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Primavera en la nueva Bolivia

Fuentes: Carta Maior

Habiendo tenido el privilegio de estar aquí durante la campaña electoral que culminó con la elección de Evo Morales en diciembre del 2005, habiendo regresado para su asunción en Tiahuanaco junto a los pueblos originarios y al día siguiente para la ceremonia oficial en La Paz, pude viajar regularmente para acompañar el extraordinario proceso revolucionario […]

Habiendo tenido el privilegio de estar aquí durante la campaña electoral que culminó con la elección de Evo Morales en diciembre del 2005, habiendo regresado para su asunción en Tiahuanaco junto a los pueblos originarios y al día siguiente para la ceremonia oficial en La Paz, pude viajar regularmente para acompañar el extraordinario proceso revolucionario boliviano. Vuelvo ahora, en la primavera del 2008, 8 años después que los movimientos indígenas dieron inicio a este proceso, con la «Guerra del agua», que impidió su privatización y expulsó a la empresa francesa que pretendía privatizarla. Un proceso tan formidable que, después de cinco años de luchas, de sublevaciones populares, desembocó en la elección de Evo Morales a la presidencia de Bolivia. Y ahora da inicio a la refundación de su Estado.

El primer síntoma de como avanzó el proceso revolucionario boliviano puede ser visto en lo que sería el mayor reducto opositor – en Santa Cruz de la Sierra – por donde pasan todos los vuelos. El principal diario local, El Deber, refleja el desconcierto opositor con la victoria de Evo y del gobierno en las elecciones de agosto, con el 67% de los votos y la aprobación del acuerdo para la convocatoria de la consulta, el 25 de enero, sobre el nuevo proyecto de Constitución. El mejor síntoma de la derrota de un campo es la división de sus fuerzas, exactamente lo que sucede ahora, con los conflictos entre los intendentes de los estados opositores y los partidos de la oposición en el Parlamento, con éstos llegando a un acuerdo con el gobierno y dejando a los gobernadores aislados. Varios artículos deploran la «traición» de Podemos y del MNR, en tanto afirman que el frente del gobierno está unido. Seguirán divididos entre votar a favor de la nueva Constitución, votar contra o abstenerse, facilitando el camino de la victoria para el gobierno.

Otro síntoma del restablecimiento de la normalidad está en el tranquilo proceso de reinscripción de los electores para la consulta constitucional de enero – en Bolivia los que no votaron, que esta vez fueron el menor índice hasta el momento, porque el 86% compareció a votar, tienen que inscribirse de nuevo -, salvo en Pando, donde todavía reina el estado de sitio, después de la masacre de septiembre dirigida por el gobernador, que está preso y sometido a proceso judicial. La oposición da la pelea para que se suspenda el estado de sitio y para que el gobernador quede libre – banderas claramente defensivas, después de una batalla perdida.

En el televisor del aeropuerto de Santa Cruz – llamado Viru-Viru, principal punto de salida de los inmigrantes – se anuncia reiteradamente que «Nadie es ilegal», que alguien puede estar en la situación de ser indocumentado, pero que por esa razón no es ilegal. En seguida se dan a conocer las condiciones para obtener documentos, resaltándose al final, que Bolivia es un territorio libre para recibir a todas las personas que quieran venir al país o para los bolivianos que quieran regresar.

De la amplia ventana del hotel se ve gran parte de El Alto, la ciudad plebeya que cerca La Paz, a 4 mil metros de altura, poblada por grandes contingentes indígenas que mantienen sus valores, sus formas de vida, constituyéndose bastión más sólido de apoyo a Evo Morales, donde éste obtuvo sus índices mas altos de apoyo, próximos al 90%. Fue la población de El Alto la principal protagonista de las movilizaciones que llevaron a la renuncia de Sánchez de Losada, cuyo gobierno ejerció fuerte represión antes de salir, teniendo como resultado 80 muertos alteños, por lo que la Justicia boliviana ha solicitado la extradición de Sánchez de Losada de los Estados Unidos, donde está refugiado.

La Paz parece una ciudad tranquila, después de los momentos de intensas movilizaciones y tensiones en los últimos meses. La Bolivia de Evo Morales vive una linda primavera. Puede ser la paz entre sus tempestades, mas ya no será como lo que Bolivia vivió en los últimos meses. El gobierno se consolidó, contando con la aprobación de la nueva Constitución el 25 de agosto, pudiendo subir su índice de apoyo de los 67% actuales para mas del 70%, confirmando la posibilidad de reelección de Evo en diciembre y avanzando en la construcción del nuevo Estado boliviano. Un bello sol ilumina La Paz. El proceso boliviano abre camino para una nueva estrategia revolucionaria en el continente, produciendo una verdadera transferencia del poder a nuevos y ampliamente mayoritarios sectores sociales y étnicos. El nuevo Estado boliviano reflejará ese nuevo bloque de fuerzas en el poder.

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Traducción: Insurrectasypunto

Texto original en portugués: www.cartamaior.com.br

Texto en español: www.insurrectasypunto.org