El ideario del lopezobradorismo tiene en su centro la idea de que “por el bien de todos, primero los pobres”.
En este lema se engloba la bandera de la justicia social, una elección política por los pobres y la idea de que una sociedad más justa es mejor para todos. Este lema es la base ideológica de los apoyos sociales, de la construcción de universidades en zonas apartadas, de las becas a estudiantes de escuela pública y de los aumentos al salario mínimo. Los resultados, aunque aún insuficientes, ya se constatan en una disminución de la pobreza y la desigualdad.
La idea de “primero los pobres” se contrapone a la ideología neoliberal que entiende la pobreza como un asunto individual y que plantea que toda intervención social y económica del gobierno es mala. En la concepción neoliberal la pobreza y la riqueza es justa, fruto de las buenas o malas decisiones individuales. Por lo tanto, la justicia social no debería de existir ya que el capitalismo y el mercado son justos por naturaleza. Aunado a esto las sociedades clasistas y racistas, como la mexicana, se fundan en la legitimación de la desigualdad y en acrecentar la brecha entre ricos y pobres. La desigualdad se naturaliza y a los pobres se les humilla culturalmente. De ahí que la idea de “primero los pobres” que lleva implícita la idea de justicia social rompa esquemas y genere odios enconados, en las “buenas consciencias” neoliberales.
Esta idea-práctica de “primero los pobres” le da un carácter disruptivo y popular al lopezobradorismo. Ya que AMLO se presenta como representante de las aspiraciones de justicia del pueblo. En esta idea se encuentra la fortaleza y las posibilidades de transformación popular de la 4T. Defender la bandera de la justicia social expresada en el “primero los pobres” es la batalla interna más importante de MORENA.
Ante el oportunismo, la traición y la elitización que padece MORENA, la defensa de las ideas implica la única manera de darle continuidad a un proyecto que tiene como núcleo la justicia social y el apoyo a los pobres. Esto es aún más urgente ante el retiro de la vida pública de AMLO, máximo líder de la izquierda en las últimas décadas. El relevo generacional y de dirección, tiene que ser una actualización del “primero los pobres”, de lo contrario los rasgos disruptivos y populares del lopezobradorismo se perderán.
En
este contexto salta a la vista la campaña rumbo al gobierno de la CDMX
de Clara Brugada
en la que se ha actualizado el “por el bien de todos, primero los
pobres” agregándole “a los pobres lo mejor”. Reafirmando la elección por
el pueblo y haciendo una declaración de principios. Esta frase no es un
slogan más, sino que se fundamenta en la lucha social por décadas
de Clara Brugada y en su acción trasformadora como alcaldesa de
Iztapalapa. Si alguien se cuestiona el significado de “a los pobres lo
mejor”, basta con visitar alguna de las doce UTOPIAS
que se construyeron en Iztapalapa para que esta idea-fuerza adquiera
materialidad. En estos centros de bienestar ubicados en colonias
populares se ofrecen de forma gratuita servicios de cuidados, se
practican deportes, son espacios comunitarios de desarrollo
y se fomenta el arte y la cultura. Constatar la calidad y calidez de
los servicios que se ofrecen, hace soñar con una sociedad más
igualitaria donde todos tengamos derecho a lo mejor. A los “pobres lo
mejor” es defender lo público como un gran patrimonio social
y como el espacio por excelencia para el pleno desarrollo del pueblo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.