La indignación colectiva de los días, semanas, meses y años que le siguieron a la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, fue de tal magnitud que los medios tradicionales no pudieron minimizar el caso.
Por más que en el gobierno de ese entonces se apresuraron a concluir la investigación, no pudieron hacer prevalecer su “verdad histórica” (2015). Tan les fallaron los pronósticos que hoy millones de personas alrededor del mundo están familiarizadas con los 43 de Ayotzinapa. Y a 7 años de lo ocurrido la gente sigue pendiente, y se mantiene la esperanza de que algún día se va a conocer la verdad.
Con lo ocurrido aquella noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, aprendimos que en ese crimen de Estado estuvieron involucrados los tres niveles de gobierno. Y fue tan solo después de esos hechos que muchos se fueron dando cuenta que las instituciones del Estado mexicano estaban metidas en cosas del narco. Quedó de manifiesto que muchas instituciones no servían al pueblo sino que solo servían a una minoría adinerada, o sea, no servían para nada.
Ayotzinapa también nos enseñó, especialmente a quienes quizás todavía no se habían dado cuenta, que el gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN) no tenía autoridad, ni moral ni política, por lo que tampoco contaba ni con legitimidad y menos con disposición como para velar por la justicia. Cómo íbamos a esperar que el gobierno de las complicidades del poder se iba a investigar a sí mismo.
No fue una casualidad que esa “verdad histórica” se fuera al carajo casi tan pronto y la sacaron a la luz pública. La llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el 2018 representó para todos esos conservadores cínicos morales del gobierno priista de EPN su entrada al basurero, no al de Cocula sino al basurero de la historia.
Con todo y lo enmarañado que la administración de EPN dejó el caso Iguala/Ayotzinapa, hoy, en tiempos de la 4T, la investigación sigue adelante. Con la colaboración entre familiares de las víctimas, expertos independientes, gobierno y autoridades judiciales, y con el mismísimo presidente AMLO estando vigilante, se avanza rumbo a la verdad y paradero de los 43.
Esperamos que Iguala/Ayotzinapa no se quede en una simple injusticia en la historia de México. Que no quede en la impunidad. Que ya no se repitan este tipo de actos siniestros. Nunca más crímenes de Estado contra la población mexicana. Nunca más gobiernos corruptos y asesinos. ¡Nunca más!