1. En 1962, hace exactamente 50 años, fue publicado un libro que circuló mucho en la izquierda mexicana, su nombre: «¿Qué es la izquierda Mexicana?»; la entrevistadora fue la periodista Sol Arguedas. Fue muy importante la publicación de este trabajo de 120 páginas porque apareció en un momento en que lo izquierda reclamaba «unidad» después […]
1. En 1962, hace exactamente 50 años, fue publicado un libro que circuló mucho en la izquierda mexicana, su nombre: «¿Qué es la izquierda Mexicana?»; la entrevistadora fue la periodista Sol Arguedas. Fue muy importante la publicación de este trabajo de 120 páginas porque apareció en un momento en que lo izquierda reclamaba «unidad» después de: a) haberse fundado un año antes en México el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), b) cuando la revolución cubana representaba un despertar, c) cuando las guerrillas de Guatemala, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, creaban esperanzas, d) cuando gobernaba López Mateos que decía ser «de izquierda dentro de la Constitución, e) Cuando Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán disputaban mayor influencia en el gobierno.
2. Fueron entrevistados los personajes más notables de lo que entonces era la izquierda conocida: Lombardo Toledano, fundador y dirigente del Partido Popular Socialista; Manuel Terrazas, segundo de a bordo del Partido Comunista Mexicano; Carlos Sánchez Cárdenas, dirigente del Partido Obrero-Campesino Mexicano; José Revueltas y Eduardo Lizalde, dirigentes de la Liga Leninista Espartaco; Trinidad Estrada, dirigente del Consejo Nacional Ferrocarrilero; Alonso Aguilar, directivo del MLN; José Luis Ceceña, Economista y Carlos Fuentes, Escritor. Eran muy representativos porque además escribían casi todos en la revista Política, en la revista Siempre, en la Voz de México. El PPS -junto al PAN y el PARM- se preparaban a entrar como «diputados de partido».
3. Los entrevistados fueron dirigentes de cuatro partidos, un sindicalista, dos académicos de la UNAM y un intelectual; aunque al final tanto Revueltas y Lizalde, como Aguilar, Ceceña y Fuentes, se convirtieron en afamados académicos y escritores; pero el movimiento ferrocarrilero no pudo recuperarse, el MLN desapareció a los cinco años de fundarse; el PPS, PCM, POCM, espartaquistas, desaparecieron en los hechos y en la práctica; el PRI, de «nacionalista revolucionario» se transformó en neoliberal y aliado del derechista PAN a partir de 1982. El contexto político ha cambiado y los partidos (PRI, PAN, PRD y demás) están plenamente integrados al juego electoral de la burguesía. Hay lucha social de profesores, campesinos y ciudadanos, aun débil.
4. Vicente Lombardo Toledano -entrevistado en 1962- fue un gran personaje de la política: Además de fundador y primer secretario general de la CTM en 1936, creó el PPS en 1948 y fue su presidente vitalicio; además fue un polemista, escritor, intelectual y diputado. Desafortunadamente siempre estuvo cerca y apoyando a los gobiernos del PRI con el argumento de que nos gobernaba una burguesía nacionalista, antiderechista y antimperialista. Condenó todos los movimientos campesinos, obreros, estudiantiles porque -según él- «con sus luchas radicales coincidían con el imperialismo y la reacción». En 1962 López Mateos hizo aprobar los diputados de partido y regaló 20 diputados al PAN, 10 al PPS y 5 al PARM, un partido de exmilitares.
5. Manuel Terrazas -el entrevistado- aunque era el segundo del PCM, después de Arnoldo Martínez Verdugo, fue el que declaró entonces a Sol Arguedas: «Existe un solo partido de la clase obrera, fundado en 1919: el Partido Comunista Mexicano. No hay tal división de las fuerzas marxistas-leninistas. Lo verdadero es que los partidos o grupos que se denominan marxistas-leninistas no lo son en realidad; ni por las concepciones ni por la formulación de su política ante los problemas de la lucha revolucionaria de la clase obrera y del pueblo mexicano, ni por su práctica. Ser marxista-leninista es estar de acuerdo y actuar en la ideología, la política y en las cuestiones de organización conforme a los principios del marxismo-leninismo. Los grupos y grupitos como el Frente Obrero, los espartaquistas, el llamado partido obrero Trotskista, claro que no son marxistas-leninistas.
6. Carlos Sánchez Cárdenas fue el dirigente del POCM después de ser expulsado del PCM en los años 40 y de ser fundador del PPS. Planteó a Sol Arguedas los objetivos de su partido: un gobierno democrático de liberación nacional, independencia de México desplazando al imperialismo de EEUU, defensa activa de la paz mundial, ampliación de los derechos democráticos, elevación del ingreso y la seguridad. Dijo que ni el socialismo, ni el comunismo, ni siquiera un régimen de transición están a la orden del día. En este tipo de demandas coincidían el PPS, el PCM, el MLN por su concepción nacionalista del gobierno de México. La realidad es que sólo los espartaquistas, los maoístas, los guevaristas, los anarquistas, habían llegado a la concepción de que la burguesía era socia de imperialismo y que había que combatirlos por igual.
7. Revueltas y Lizalde, quienes junto a Enrique González Rojo y Jaime Labastida, también expulsados del PCM en 1960, fueron los más representativos del espartaquismo, señalaron: No existe un partido de la clase obrera en México a causa de que la conciencia socialista del proletariado no ha podido conquistar su independencia como tal. Existe una deformación histórica de la conciencia desde que la clase obrera apareció abandonada a sus propias fuerzas y luego mediatizada por la ideología democrática burguesa que encabezó la revolución mexicana y que se convirtió en ideología dominante. De esto y más, deduce Revueltas «la ausencia o inexistencia histórica del partido marxista-leninista de la clase obrera mexicana. Estos personajes debatieron en sus revistas Espartaco y Revolución, se escindieron y formaron corrientes de pensamiento.
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