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Entrevista a Alfredo Grande, presidente de ATICO

«Que la pandemia traerá un cambio cultural al servicio del bienestar general es una afirmación que no suscribo»

Fuentes: Rebelión

M.H.: Escuchando acordes de “La Internacional”.

A.G.: Muy lindos, para mí “La internacional” es el himno de guerra más importante. “La Marsellesa” también porque está muy presente la cuestión que para mí es fundante, de enfrentamiento con el enemigo. El “Himno nacional argentino” fue castrado y dejó de ser un himno de guerra para ser prácticamente una invitación de cumpleaños.

En “La internacional” es muy explícita la lucha de clases, el poder obrero, y eso la transforma en absolutamente necesaria, no solo para el 1º de Mayo, sino también para cuando escuchamos que la CGT acepta un 25% de disminución del salario. Si no te refugiás en “La internacional” te da un ataque de desesperación aún mayor.

M.H.: ¿Cómo estás pasando estos días de cuarentena?

A.G.: No sé si están pasando  o me están pasando a mí. Escribí bastante sobre el tema, hoy sale en Pelota de trapo mi último artículo que se llama “Coronar la vida” y con este son ocho que publiqué y la posibilidad de escribir, pensar y compartir es una manera de pasarla. Sería mucho más difícil si no tuviera esa posibilidad. Participar en algunos foros con este furor del Zoom que hay, tratar de prenderme en actividades que organizan otras instituciones, Topía, por ejemplo, te da un aire, que es viciado.

En Ático empezamos una campaña que llamamos “respiradores vinculares” justamente para poder poner en superficie el tema de los vínculos. Sin la dimensión vincular el sujeto se convierte en alguno de los sitios del espectro autista. Así que lo que trato es la dimensión vincular, que tiene un registro virtual; mantenerla. No siempre, ni con la misma intensidad, pero esta misma charla forma parte de ese respirador vincular.

M.H.: ¿De qué tratan esos artículos que has escrito en estos últimos dos meses?

A.G.: El primero fue la dimensión viral de la cultura represora, que tiene parte uno y dos. Traté muy al comienzo de relacionar el virus como un artefacto de la cultura represora. Luego el tema de la captura reaccionaria de la condena, que fue más un aforismo y después escribí sobre enemigos visibles, para salir de esta jerga militarista que inauguró el Presidente hablando de “enemigo invisible”,  un disparate interesante, no sé qué hubiera pensado Pasteur o Sergio Berni, que decía “no hay lugar para los libre pensadores”. Eso es durísimo. Pero pasó, es como con Macri, “si pasa, pasa”.

Hay una publicidad de YPF que me divirtió mucho porque el locutor tiene una voz parecida a la de Galtieri cuando estaba borracho y que dice que es “un virus que no da la cara”. Difícil que un virus de la cara. Se llega a disparates muy terribles y en ese sentido es muy importante escribir. “Sonríe, la cuarentena te ama”, “La insoportable borrosidad del ser” y “Coronar la vida” son formas de resistencia al represor, porque uno a veces resiste a su deseo. Creo que en ese sentido, la lectura, la radio forman parte de todo eso, sin todo eso las cosas serían realmente peores. Lo de las redes de lo que tanto se habla, y que hay que reconocerle cierto mérito. El único riesgo es tomar lo virtual por real.

En algún escrito que leí hace poco se afirmaba que lo virtual era lo real, eso me parece peligrosísimo, va a seguir habiendo virtualidad inevitablemente y genera un riesgo subjetivo creer que lo virtual es lo real, porque lo virtual es pura manipulación. Y me retrotrajo a 1984 donde Orwell, evidentemente un talento impresionante, anticipó la manipulación de la realidad a través de la virtualidad con los elementos de la época. Y hay una película norteamericana sobre una guerra que no existe también. El tema es realmente importante e interesante para mí.

M.H.: ¿Cómo pensás que vamos a salir de esto? ¿Mejores?

A.G.: Primero, distintos, tiene mucho que ver con qué evaluación hacemos. Yo creo que no es que este virus destruye al capitalismo, sino que es al revés, el capitalismo ha traído el virus, no tanto por haberlo armado o fabricado, aunque hay muchas teorías bastante serias que afirman que sí, es un virus de manipulación, sino por la manera en que lo utilizó.

Sin la pandemia a nadie se le hubiera ocurrido en un contexto hiperinflacionario como el que hay en Argentina, rebajar los sueldos. Y las empresas que van a echar a millones de empleados, reducir jornadas laborales, el trabajo en casa también llegó para quedarse. Mi impresión es que va a ser peor, que la capacidad de explotación del capitalismo se va a ver muy favorecida por la ultra precarización laboral y creo que en algún momento la misma idea de trabajo va a desaparecer.

Los futuristas hace 30 años hablaban de la desaparición del trabajo ya. En un artículo muy bueno que no recuerdo el autor, hablaban de la “uberización”, todos vamos a depender de una aplicación. Cuando apareció Uber me pareció increíble que una aplicación destruya a un sindicato. Y es así, hay muchos países en que es legal, acá no lo es, pero sigue habiendo Uber e hizo pelota un sindicato.

M.H.: También podríamos hablar de la “uberización” del psicoanálisis.

A.G.: Es una pregunta más que interesante. Puede ser, y ya hay posibilidades de atender virtualmente. El psicoanálisis siempre resistió. Los pacientes van a empezar a pedir sesiones virtuales para no viajar, ahorrarse el boleto, el tiempo de viaje. Va a ser algo normal y cómo decir que no cuando vos mismo le ofreciste esa forma. Así que sí, yo creo que de la misma manera que cuando apareció lo de las 40 sesiones, que obras sociales y prepagas tenían que dar obligatoriamente y cambió el mapa, porque ahora el encuadre terapéutico te lo da la prepaga. Yo creo que va a haber cambios importantes.

M.H.: También en tus actividades teatrales, ¿cómo la ves?

A.G.: Ahí estamos en la lona total. Este año tenía un unipersonal pensado y con mucha resistencia a hacerlo, lo quise hacer en enero y no me dio la cabeza, pero es un elemento que va directamente al exterminio. Por ahí se pueden hacer funciones en lugares muy grandes para pocas personas. La única sala en la que he trabajado siempre que ahora se llama “Tercer acto” daría para que entren 20 personas bien distribuidas, algún recurso va a haber pero evidentemente en el marco de una situación que va a ser persecutoria, porque si a un espectador se le ocurre estornudar se para la función, se para todo. O toser un poquito.

Se ha creado una paranoia total, porque a pesar de ser muy contagioso el virus tiene muy baja letalidad, sin embargo, uno piensa en Coronavirus y piensa en muerte y eso es un artificio que no es casual como todo artificio. Así que creo que por lo menos este año y parte del que viene está complicado.

Y después todos los recursos digitales y virtuales que uno pueda generar con la computadora, en un momento amenazaban con no usarlos mucho porque iban a colapsar las redes, se proponía no subir fotos ni videos, con los millones de datos que manejan las grandes empresas imaginate que va a colapsar porque uno mande un videíto. Hay una desmesura importante. Como el supuesto peligro de desperdicio de litros y litros de agua de una canilla que gotea cuando las empresas mineras utilizan cantidades ridículas de agua. Se pierde la dimensión.

Habrá un cambio cultural, pero decir que va a haber un cambio cultural al servicio del bienestar general por una pandemia es una afirmación que no suscribo, sobre todo porque antes de la pandemia, algunos gobiernos se la veían muy negra, como el de Piñera y ahora de golpe está bárbaro.

En este momento en EE UU hay más muertos que en la guerra de Vietnam, que encima perdieron. Esto habla de la extrema fragilidad del sistema. Ahora, lo van a reelegir a Trump o no, no sé. Pero en general los cambios son para peor. Es muy difícil concientizar un barrio en este contexto. Ya están aumentando los contagios en los sectores de mayor precarización y ahí hay que ver cómo se maniobra, va a ser muy penoso. Además Christine Lagarde lo dijo: “hay una población sobrante de gente vieja”. No es una teoría conspirativa, es una teoría expresada claramente, es el plan, sobran viejos, el sistema jubilatorio colapsa. El mismo Alberto rebajó las jubilaciones para no hablar de Macri. Esta este tema de igualar para abajo, para salvar a los de la mínima están fondeando a los que ganan menos que la canasta familiar.

Y por otro lado el tema de la renta básica universal que está bien, pero ¿cómo se va a financiar? Toda la ayuda que da el Estado está sostenida desde la financiación de los impuestos que recauda. Están dando muchísimas vueltas para aplicar el impuesto a la riqueza por única vez. Pero el IVA a los alimentos básicos se paga todas las veces y es uno de los impuestos más regresivos. Macri lo sacó después del desbarajuste de las primarias y los gobernadores casi lo fusilan.

M.H.: Estamos también en el marco de una negociación de la deuda externa cuando en el mundo se habla de una situación de no pago generalizado.

A.G.: Tocaste otro puntito, no pagar ahora está bien, pero no podés ocultar que estabas dispuesto a pagar. Desde muchos sectores incluso desde el peronismo se reclamaba el no pago, investigar la deuda y no dieron bola.

M.H.: Nos metieron una vez más en este tipo de negociación. Recordaba en estos días que se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Alejandro Olmos.

A.G.: El Juez Ballesteros falló a favor de Olmos y eso se cajoneó miserablemente. Pero quién se acuerda quién lo cajoneó. Ellos sí son traidores a la patria, y de eso no se habla. Esto no es por el virus, el virus llegó y encontró todo ideal.

Yo soy médico, las medicinas prepagas son seguros de salud, no son medicinas. Cuando existía AMSA que era bien de la burguesía nacional, la compró una aseguradora que nada sabía de medicina y la fundió. Cuando se habla de medicina prepaga, está mal planteado, son seguros de salud y ahí lo que cuenta es la baja siniestralidad no el bienestar del paciente. Si sos joven y sano está todo bien, si sos viejo y enfermo no.

Yo siempre cuento que una amiga, que fue paciente, tiene 94 años y ella sola está pagando más de 20.000 pesos y no se puede cambiar de plan porque pagaría más y el plan que tiene es con obstetricia, encima de la edad ella no tiene útero porque la operaron de muy joven. Decime si no es un mundo psicótico que una mujer sola pague eso, que incluye un servicio que no va a usar jamás pero la ley es tan rebuscada que no puede renunciar a eso. Le dije millones de veces que renuncie y use la plata para viajar, que si alguna vez se enferma en el hospital público la van a atender bien. Nunca la pude convencer. Pero es loquísimo esto. Forma parte de un pacto perverso entre muchos, muchas y muches y no se plantea en estos términos. Habría que confiscarlas y cerrarlos a todas.

Hablemos de religión, por qué en términos de catástrofe económica seguimos sosteniendo el culto católico apostólico romano, por qué nadie salió a decir que se terminó el dinero para las iglesias. No sé si no sería tan útil como la renta básica o como el impuesto a la riqueza, porque ese también es un impuesto a la riqueza. Por eso lo digo, hay cosas que se dejaron de hablar, como la separación de la Iglesia y el Estado.