El famoso rockero japonés Kazufumi Miyazawa se encuentra en Cuba para precisar detalles de sus conciertos en octubre próximo en los que compartirá escenario con músicos locales. Miyazawa es mundialmente conocido por temas como «Shimauta» («Canción de la isla»), sobre el genocidio causado por el ejército estadounidense en la invasión a la ciudad de Okinawa […]
Miyazawa es mundialmente conocido por temas como «Shimauta» («Canción de la isla»), sobre el genocidio causado por el ejército estadounidense en la invasión a la ciudad de Okinawa en la Segunda Guerra Mundial, y «Human Rush», relacionada con los miles de emigrantes cubanos que se lanzaron al mar, atraídos por La Ley de Ajuste Cubano, en busca de la costa norteamericana en agosto de 1994, uno de los momentos más duros del denominado Período Especial ( etapa de grave crisis económica), el cual según palabras del mandatario Fidel Castro en comparecencias públicas de días recientes, Cuba va dejando atrás.
El artista, nacido en 1966, en Kofu, ciudad cercana a Tokio, es identificado por el sentir progresista de sus textos y la imbricación musical de ritmos tradicionales del Medio Oriente con géneros de otras latitudes, entre ellos el reggae y el rock. En su visita al país explora dentro de los afamados ritmos cubanos nuevas armonías para su universo sonoro.
«Hace 12 años visité por primera vez a Cuba para conocer su quehacer musical, pero en esta ocasión pretendo estudiar algunos compositores de la Nueva Trova para incluir sus piezas en mi repertorio», declaró el músico.
El pasado 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional en la Isla cuando se recuerda el asalto al cuartel Moncada (en la oriental ciudad de Santiago de Cuba) en 1953 por Fidel Castro y sus compañeros, Miyazawa se presentó ante cientos de admiradores, en un foro realizado dentro del marco de la Exposición Mundial de Aichi.
Allí aprovechó para enviar un mensaje al país caribeño: «Cuba, pequeña isla del mar Caribe, que acunó y lanzó hacia el mundo muchos de los géneros de la música latina como la rumba, el mambo y el cha cha cha».
Miyazawa junto a su grupo «The Boom» se ha presentado en diversos escenarios del orbe, en los que ha fungido como activista social al llamar la atención sobre la guerra, la emigración y el deterioro del medio ambiente, razón por la cual participó junto a músicos de diferentes latitudes, como Catia (Francia), Tomek Makowiecki (Polonia) y Diana Arbenina (Rusia) en el Día del Planeta Tierra, al que ofrendó el tema «Hitotsushika nai Chikyu (The One and Only Earth)» en el estadio Nippon Budokan de Tokio.
Sin prestarle demasiada importancia a la categoría comercial «WorldMusic» dentro de la cual los agentes del mercado segmentan su música, Miyazawa recorre el mundo como Qujote de los sonidos, absorbiendo la cultura étnica de los países a los que visita desde Japón hasta Argentina, donde junto al músico gaucho Alfredo Casero cantó «Tango para Guevara» demostrando así su admiración por la figura del Comandante Latinoamericano, frente a un público que lo ovacionó de pie mientras explicaba a los presentes cómo nació la canción y que seguirá cantándola mientras haya alguien que quiera escucharla.
The Boom» ha editado más de 11 discos junto a tres en los que Miyazawa ha actuado como solista («Sixteenth Moon», «Afrosick» y «Miyazawa»), los dos primeros se destacan por la influencia del rock británico al estilo de Sting y por la conjunción de los ritmos brasileros respectivamente, sonoridades señeras dentro del contexto melódico de «The Boom» en el que se apuesta por la imbricación de armonías para penetrar el corazón musical del planeta, donde la diversidad cultural se esgrime como bandera ante la irrupción hegemónica de los sonidos y estereotipos empaquetados en los laboratorios de las trasnacionales de la música.
Miyazawa en la misma línea que los integrantes de la banda inglesa Asian Dub Foundation, otra de las importantes agrupaciones que han incluido Cuba como foro para sus actuaciones, se consagra a los textos nacidos en aras de ser fiel a su arte y su comprometimiento social.
La afamada formación se caracteriza al igual que «The Boom» por su inmensa experimentación y diversidad armónica, fe de esto lo dio el concierto protagonizado por la banda inglesa el pasado 2001 en el Salón Rosado, plaza insignia de la Salsa Cubana, la que recientemente, de acuerdo a la apertura hacia el rock de las autoridades de la Isla desde la develación de la estatua del ex Beatle, John Lennon en un céntrico parque de la barriada capitalina del Vedado, abrió sus escenarios para las actuaciones de grupos del género tanto locales como foráneos.
Asian Dub Foundation al igual que otras agrupaciones que han tocado suelo cubano en los últimos meses apostó por Cuba como espacio alternativo de expresión cultural al brindar ritmos mezclados de disímiles tendencias musicales, ragga, dub, rap, armonías, orientales, indostaníes -como el banghra- y una rebelde actitud punk.
Los músicos ingleses desarrollan textos en los que se denuncia el racismo contra las minorías en Inglaterra, sobre el desorden neoliberal, contra la guerra de Irak y con especial énfasis fueron promotores de la exitosa campaña para la liberación de Satpal Ram, joven asiático condenado por asesinato en un juicio colmado de fuertes matices racistas del que esperó leyes justas que, en el momento, nunca llegaron.
Fundaron, además, la plataforma de artistas británicos contra la guerra de Irak ‘Stop the war’ (Paren la Guerra), preocupación a la que también su suma en sus composiciones Miyazawa, artista que dedica gran parte de su arte y presentaciones públicas a recordar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que asoma su rostro en los misiles norteamericanos y aboga por encontrar en las lecciones del pasado fuerzas para crear un mundo de paz, en el que no tengan cabida genocidios como el de Hiroshima y Nagazaki, de los que el mundo rememora el 60 aniversario en medio del terror impuesto en el milenario territorio Iraki por el nuevo reinado del mal, el Reichstag de la Casa Blanca.
Miyazawa, admirador de la música caribeña, espera, en sus conciertos en la temporada otoñal de la Isla, unirse a la creciente lista de bandas foráneas llegadas a tierra cubana para realizar actuaciones caracterizadas por un penetrante mensaje antibelicista al que Miyazawa se sumará con su popular tema «Shimauta» (Canción de la isla), y la esperanza expresa de que «la paz del atardecer sea para toda la eternidad».