1. Manlio Fabio Beltrones (quizá al nivel de Carlos Salinas) es -después del presidente Peña Nieto- el personaje del PRI con mayor influencia. A pesar de que Peña tenía ya seis años en campaña presidencial y que ya era un hecho que Televisa era su principal impulsor, Beltrones a última hora quiso disputarle al interior […]
1. Manlio Fabio Beltrones (quizá al nivel de Carlos Salinas) es -después del presidente Peña Nieto- el personaje del PRI con mayor influencia. A pesar de que Peña tenía ya seis años en campaña presidencial y que ya era un hecho que Televisa era su principal impulsor, Beltrones a última hora quiso disputarle al interior del PRI la candidatura por pensar que se la merecía eso y más por los largos años que lleva como gran jefe de la clase gobernante. Por esa fuerza que posee no se muerde la lengua al declarar lo que quiera y en fustigar a todos aquellos que se han apuesto a la privatización del petróleo. Por eso ha dicho: «Pese a hipócritas nacionalistas hay reforma», es decir sólo son nacionalistas de pacotilla aquellos que se oponen a la privatización del petróleo.
2. Las palabras de Beltrones son, desde que terminó su gubernatura en 1996, como una orden. Este tipo de personajes, al igual que Salinas, tienen extendido su influencia en todos los campos. Si bien Salinas durante su Presidencia hizo multimillonarios a Slim y muchos más, Beltrones sin ser presidente ha colocado como gobernadores, diputados y senadores a más de dos centenares de priístas. Es hoy quien mayor fuerza tiene entre los políticos y el que trabaja con mayor intensidad para ser el sucesor en la Presidencia, llevándoles por mucho la delantera a Videgaray y Osorio Chong. ¿Quién iba a pensar en 1994 -cuando lo implicaban fuertemente en el asesinato de Colosio- que surgiría como el personaje más importante del PRI? Beltrones está cargado de historias e interpretaciones.
3. Beltrones dirige a diputados y senadores, se impone en el PRI y obliga a Peña a actuar de acuerdo a lo que él negocia desde el interior del aparato político-financiero. En México no se sabe cual es -de la santísima trinidad- «el dios verdadero» o quizá no lo hay porque Peña -como gobernante joven, inexperto y sin ideas- tiene que consultar todo con Beltrones y Salinas, que controlan todos los contactos. Fuera de dos o tres diputados y senadores inteligentes, los demás son manejados como borregos por los cuidadores del conjunto, no sólo del PRI sino también de los otros partidos. Pero Carlos Salinas, que maneja el gobierno desde los tiempos de De la Madrid, es más cuidadoso con sus palabras y sus formas de intervenir son otras; Beltrones no lo tiene en cuenta.
4. No debe olvidarse que Manlio Fabio Beltrones, después del asesinato de Colosio en 1994 y el gobierno de Salinas, se ha dedicado a brincar de gobernador a coordinador de los senadores luego a coordinador de los diputados y de vuelta a la coordinación de la senaduría. Estuvo muy por encima de los priístas durante los gobiernos del PAN. Empezó su carrera -dicen los historiadores- en la narco-política como asistente del secretario de Gobernación Reyes Heroles en 1976; luego fue su secretario particular, mismo cargo que ocupó cuando fue de Gobernación el profesor Enrique Olivares. En 1982 ocupó la diputación federal por Sonora, después la presidencia del PRI de su estado para luego ser secretario de gobierno de Sonora. En el 88 fue designado senador, pero lo cambiaron a subsecretario en Gobernación. Tres años después ocupó al fin el gobierno de Sonora.
5. Se ha publicado que su maestro fue Fernando Gutiérrez Barrios, aquel cacique veracruzano, con quien fungió como secretario particular y ayudante personal en la Dirección Federal de Seguridad (policía política). Escriben los que saben que «si ha existido un personaje negro en la historia moderna de México, ése ha sido precisamente Gutiérrez Barrios, quien usaba casas de seguridad para trabajar y que el infortunado que llevaban ahí no salía vivo. De decía que una de las funciones de la policía de Gutiérrez Barrios era atrapar a los supuestos guerrilleros comunistas que robaban bancos y secuestraban gente para «financiar» sus operaciones. La gente de Gutiérrez atrapó a guerrilleros urbanos de la Liga 23 de Septiembre.
6. Así que Beltrones se las sabe de todas, todas. Es un político-policía experimentado que se cuela en todos los campos. Su discurso contra los que él llama «hipócritas nacionalistas» va contra las izquierdas y los nacionalistas cardenistas. Al fustigarlos como cobardes y derrotados porque han sido muy pacíficos e inconsecuentes, cree tener la razón. Espero que no tenga la razón y que las izquierdas, los nacionalistas y progresistas no sólo dediquen tiempo y energías a sólo recoger firmas, a organizar consultas y a confiar en instituciones fe justicia que siempre han servido al poder; espero que salgan a la calle a luchar, a pelear en serio por los intereses de los explotados. ¡Basta ya de lloriqueos por lo que se burla Beltrones y pasemos a las acciones en serio!
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