Recomiendo:
0

Racismo e imperialismo contra Evo Morales en Bolivia

Fuentes: Rebelión

1. Las brutales agresiones del gobierno yanqui usando a sus incondicionales -los poderosos sectores empresariales de cada nación- para desbaratar procesos pacíficos y democráticos, hacen reconfirmar que para una transformación real y profunda de un país no se puede caminar por la vía pacífica, a pesar de los deseos e ingenuidades de los luchadores sociales […]

1. Las brutales agresiones del gobierno yanqui usando a sus incondicionales -los poderosos sectores empresariales de cada nación- para desbaratar procesos pacíficos y democráticos, hacen reconfirmar que para una transformación real y profunda de un país no se puede caminar por la vía pacífica, a pesar de los deseos e ingenuidades de los luchadores sociales y del pueblo. Las terribles experiencias en Chile de 1970 a 1973, el bárbaro proceder empresarial y de los medios de información en Venezuela cuando se derrocó a Hugo Chávez por unas horas, el cínico comportamiento de la derecha política empresarial en México para despojar a López Obrador de la Presidencia y, en estos días, el racismo a ultranza que busca desconocer a Evo Morales como presidente de Bolivia, hacen pensar que la vía pacífica está siendo cerrada por los poderosos.

2. El pueblo siempre ha querido la paz, no la guerra; ha escogido siempre el diálogo, no la violencia; ha sido siempre respetuoso del trabajo y la producción, aunque sufra malos tratos y opresión. Las luchas del pueblo son casi siempre defensivas ante las brutales agresiones del poder que no entiende razones porque siempre antepone la máxima ganancia. En América Latina casi todos los gobernantes, al depender económicamente de los gobiernos estadounidenses, se han convertido en peleles de los caprichos de de los gobiernos de EEUU. Sin embargo, a partir de la revolución cubana, algunos gobernantes comenzaron a hacer esfuerzos por independizarse de la bota yanqui, pero casi todos esos deseos fueron brutalmente reprimidos: Así fue aplastada Guatemala, República Dominicana, Panamá, Granada, etcétera.

3. Fidel Castro llegó al poder en Cuba en enero de 1959 encabezando una revolución armada después de derrocar la sangrienta y corrupta dictadura de Batista. Castro buscó inmediatamente el reconocimiento del gobierno yanqui para sacar a la isla de la miseria y el desempleo; pero Eisenhower le exigió sometimiento y, en vez de ayudarlo, lo desconoció. Le exigió a todos los gobiernos peleles de América que hicieran lo mismo bloqueando cualquier relación comercial y en 1962 ordenó Eisenhower una invasión a Cuba para derrocar al líder isleño. 45 años han bloqueado a la isla pero Cuba, a pesar de su enorme pobreza económica, creció por encima de los pueblos del mundo en conciencia, solidaridad y dignidad. Hoy es líder mundial en educación, en medicina, en igualdad social. No hay libertad para explotar, acumular capitales y privilegios.

4. Salvador Allende asume en Chile el gobierno por la vía electoral. En medio de casi una decena de guerrillas que se extendían en América Latina y a poco más de dos años del asesinato del «Che» en Bolivia, Allende busca construir el socialismo por la vía pacífica, construir un gobierno con justicia y equidad, con el total respeto de los derechos humanos. Quizá hasta hoy Allende fue el presidente más ingenuo. A partir de 1973 el gobierno yanqui de Nixon, junto con los más poderosos empresarios y medios de información chilenos, con el concurso de partidos de la derecha y cristianos, de la armada, el ejército y la aviación, dieron un brutal golpe de Estado. Los más poderosos explotadores chilenos recuperaron el poder e instalaron una sangrienta dictadura que duró hasta 1990. Chile apenas comienza a recuperarse de esa terrible pesadilla.

5 En Venezuela se busca repetir la misma experiencia chilena: el gobierno criminal de Bush, siguiendo al republicano Nixon, quiso derrocar al presidente Hugo Chávez usando los mismos métodos. También Chávez había subido al gobierno por la vía electoral y pacífica y buscaba la construcción de una sociedad en beneficio de los sectores más pobres y miserables de la población. Bush celebró muchas reuniones con los grandes empresarios de las Fedecámaras y con los medios de comunicación comerciales para trazar la estrategia de asalto a Palacio aquel abril de 2002. Pero Chávez, además de contar con el fuerte apoyo de su pueblo que salió masivamente a las calles, logró también el respaldo del ejército que pudo deslindarse de los civiles y militares golpistas que en unas cuantas horas regresaron el poder que había usurpado con apoyo yanqui.

6. En México se puso en práctica el golpe de Estado antes que López Obrador fuera declarado presidente electo. Como escribieron Marx y Engels en 1848: «Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma…». En México el gobierno de Fox, los partidos políticos derechistas, los grandes empresarios, el clero, los medios de información, el gobierno yanqui, todos, se unieron para evitar que «el peligroso AMLO» fuera candidato y que más adelante ganara la elección. López Obrador no «perdió» por errores -como dicen sus enemigos- sino por consigna. «Él no podía ser presidente por ningún motivo porque era enemigo del gobierno de Fox, del gobierno yanqui, de los empresarios, de los medios de información, de la iglesia y no estaba dispuesto a someterse. Era un peligro real».

7. ¿Qué pasa ahora con Evo Morales, el presidente indígena boliviano apoyado por los indígenas, por el pueblo miserable y despreciado? Pues que ha sido emplazado, por la clase empresarial más racista de América Latina, para que gobierne en beneficio de los ricos. Dice el periodista Sergio Carrera: Santa Cruz sigue firme en su objetivo de diferenciarse política y económicamente del resto del país, se proclama la «Nación de los Llanos» y se siente orgullosa -como lo expresó su prefecto- de sus ricos y sus grandes propietarios de tierras. Exigen la autonomía de Santa Cruz que es rica y le gusta ostentarlo en sus tiendas de marcas internacionales, en su decena de canales de televisión, en sus dos docenas de universidades privadas, en sus calles de tránsito caótico recorridas por taxistas kamikaze y onerosas camionetas Hummer que parecen tanques de guerra.

8. Aquí -dice Carreras- nadie olvida la brutalidad con que expresó un punto de vista, en el concurso Miss Mundo, en Washington, la cruceña Miss Bolivia Gabriela Oviedo: «La gente que no conoce mucho sobre Bolivia piensa que todos somos indios, gente pobre y de baja estatura. Yo soy del otro lado del país, que no es frío, es muy caliente. Somos altos y gente blanca y sabemos inglés». Mientras el presidente Evo Morales, que no sabe inglés, no abandona su chicha ni sus banderas indígenas, se interroga cómo superar este trance, los favorecidos cruceños salen en TV, arman su mejor sonrisa y aparecen con sus mejores ropas en las mejores fiestas que cada día retratan en docenas de páginas y fotografías todos los diarios de la ciudad. Otra vez la criminal experiencia golpista se repite: los multimillonarios y racista empresarios de Santa Cruz buscan un golpe de Estado para derrocar a Evo, el indígena que asumió el poder hace exactamente un año.

9. Quizá López Obrador está en mejor situación por continuar en la oposición. Con base en la experiencia cubana, chilena, venezolana y boliviana antes descrita, si a AMLO le hubieran reconocido su triunfo seguramente lo estuvieran torpedeando por sus enemigos con amenazas de retirar sus inversiones, de no pagar contribuciones, de suspender misas, de endurecer el TLC, etcétera. Pero Oaxaca quizá se hubiera resuelto en paz, se frenaría el aumento de la leche, el presupuesto se hubiera presentado predominando la inversión social y no habría ese espectáculo militarista que amenaza al país en convertirse en Estado de sitio. ¡Alto al racismo boliviano apoyado por los golpistas yanquis! ¡Apoyo incondicional al gobierno indígena de Evo Morales!