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Rateros pobres y ricos

Fuentes: Rebelión

1. Vecinos de Iztapalapa -la delegación más poblada, miserable y conflictiva de la ciudad de México- acaban de colocar una gran manta en todo lo ancho de la calle que dice: «PINCHE RATERO, si te agarramos robando no te vamos a remitir a las autoridades, te vamos a PARTIR TU MADRE» (firman) «Vecinos Unidos contra […]

1. Vecinos de Iztapalapa -la delegación más poblada, miserable y conflictiva de la ciudad de México- acaban de colocar una gran manta en todo lo ancho de la calle que dice: «PINCHE RATERO, si te agarramos robando no te vamos a remitir a las autoridades, te vamos a PARTIR TU MADRE» (firman) «Vecinos Unidos contra la delincuencia». Me suena un poco o mucho a los «linchamientos» que han sufrido «delincuentes» humildes en varias delegaciones de la misma ciudad de México. Es como si dijeran: «lo que tengo lo he ganado con muchos sacrificios y tú, flojo, que no trabajas, me lo vienes a quitar». Aparentemente tienen razón los vecinos, pero no se dan cuenta de que su conciencia ha sido hecha por la TV y el sistema capitalista.

2. Los «ladrones» son siempre desempleados, trabajadores con salarios miserables que ponen en juego su vida y su libertad. Si nuestro sistema económico tuviera asegurado un trabajo y un ingreso decente para todos no habrían ladrones desesperados por llevar algo de comer a su familia. Por ello veo y reveo la película «Los miserables», novela de Víctor Hugo que no es sólo robar un pan, sino todo el mundo de despreciado y perseguido que lo rodea. ¿Por qué antes de la palabra «ratero» no se puso la palabra «gobierno» o «empresario»? Porque a los pocos minutos las fuerzas del orden retirarían la manta y mandaban encarcelar a los que la pusieron. Lo que pasa es que la conciencia ciudadana confunde el efecto con la causa, al títere con el titiritero.

3. Eso hacen los medios de información, en particular la TV, que se pasan todo el día calumniando, haciendo campaña contra la vida de los pobres y miserables porque se robaron un pan y silenciando todas los robos, desfalcos y malas políticas de gobiernos y empresarios que, obviamente, les pagan. He visto la barbarie y el salvajismo de los pueblos «linchando» con golpes y patadas a un joven ladrón que amenazaba con entrar a una casa, pero nunca los he visto lanzando insultos y piedras a un político de corbata y traje, de coche último modelo, por haber desfalcado al pueblo y con sus políticas llevado al desempleo. Éstos generalmente son recibidos con aplausos, halagos y, se sabe además, que llegan rodeados de cientos de policías uniformados y no.

4. Yo en esa misma manta les diría: «ladrones, por favor, no vengan a colonias proletarias del Oriente o Norte de la ciudad de México; vayan a las colonias de los millonarios que tienen todo lo robado, además de lo depositado en los bancos, ¿no se dan cuenta que también nosotros estamos jodidos como ustedes»? Ellos me responderían: «Ni madre esos fraccionamientos están llenos de policía y militares cuidando las 24 horas; además poseen vigilancia estricta de milicos -por entrada y salida- que ellos mismos pagan». La realidad es que sabiendo que no nacieron ladrones ni hombres malos, que son producto de esta sociedad capitalista que los ha marginado, lo único que podría plantearles es que se organicen y luchen contra la sociedad que los jode.

5. Pero es un asunto difícil porque la mayoría de la gente «no ve más allá de sus narices», es decir la han enseñado a ver las cosas inmediatas y a no ver más allá para comprender «de donde viene la friega». Ve que «el tendero de la esquina» aumenta los precios e ignora la política del secretario de Hacienda y lo que sucede en el país; pelea por trivialidades con el vecino y es incapaz de luchar contra un gobierno y empresarios que lo mantienen en la pobreza y la miseria. Esta grave limitación para entender la problemática general -bloqueada por los medios de información- es el origen de que sólo se vea la inmediatez y se hable de «molinos de viento» cuando una gran burguesía e imperio nos tiene como perros, pisado la cabeza y sin poder respirar.

6. Cuando «el pueblo se hace justicia por su propia mano» es porque el gobierno que se supone eligió ha demostrado incapacidad a pesar de que le entrega un enorme presupuesto para dar seguridad a los ciudadanos. Esto de los vecinos del DF amenazando y retando a los «ladrones», esto de la policía comunitaria de Guerrero o las autodefensas de Michoacán son una clara demostración de la ineficacia del gobierno. Me recuerda que a mediados de los setenta a los profesores de la Prepa Popular se nos decía que estábamos regalando al gobierno nuestras clases gratuitas; pero lo importante es que desarrollamos una conciencia de lucha en las calles contra ese mismo gobierno; eso era lo importante. ¿Se está desarrollando hoy la conciencia anticapitalista?

7. Me duele que todas esa batallas sean entre el mismo pueblo pobre; entre los mismos campesinos de Guerrero y Michoacán contra sus hermanos de clase. Me duele que los «delincuentes» perseguidos, pobres y asesinados pertenezcan a la clase desempleada y oprimida; pero lo que más me disgusta es que la mayoría de la gente no se dé cuenta de quienes son los verdaderos culpables de la situación que se vive en México. Me encantaría que este 31 de diciembre, último día del año, se acabe junto a todas las injusticias que albergó. No pido que el salario mínimo sea de 400 pesos diarios y que el salario máximo sea de dos mil cada día porque la bronca no se resuelve pidiendo sino organizándose para luchar contra los acaparadores del poder y las riquezas.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.