Si hubo una novedad en la solución a la reciente crisis del agua en la ciudad de La Paz, fue el uso de las redes sociales. Tanto Gobierno como sociedad echaron mano de la tecnología para informar, denunciar, demandar, agradecer y aconsejar. Nunca antes se vivió una «emergencia» de este tipo en la que un […]
Si hubo una novedad en la solución a la reciente crisis del agua en la ciudad de La Paz, fue el uso de las redes sociales. Tanto Gobierno como sociedad echaron mano de la tecnología para informar, denunciar, demandar, agradecer y aconsejar. Nunca antes se vivió una «emergencia» de este tipo en la que un fenómeno climático haya desencadenado un proceso comunicativo marcado por el ida y vuelta, en tiempo real.
#CuidemosElAgua
Cuando empezó el racionamiento del agua en ciertas zonas paceñas, apareció la etiqueta #CuidemosElAgua como una alerta ciudadana. Rápidamente corrió por las RRSS en alusión a lo primero e inmediato que podían hacer todos: cuidar el agua que había en reserva para los 94 barrios paceños que tuvieron que ingresar a una restricción paulatina. El mensaje, convertido en hastag, tuvo eco en palabras del Presidente Evo Morales, al sellar un acuerdo con el ayllu Hampaturi para ceder parte del agua de su riego: «hay que cuidar el agua», dijo, con un semblante de preocupación y absorto por la inminente escasez.
10 días intensos
A los llamados de la gente en facebook y twiter, pidiendo atención a la empresa proveedora de agua, se fue adhiriendo la acción estatal que tomó el control de la distribución de agua a través de cisternas, tanques, camiones y geomembranas en la ladera este y zona sur de La Paz.
Fueron 10 días intensos. La etiqueta #CuidemosElAgua fue tendencia en Bolivia todos los días. Según la herramienta social bearing se registró un promedio diario de 1 millón de cuentas haciendo circular esa información con 12 millones de impresiones en twitter. Minuto a minuto se conoció el caudal informativo que desprendía el operativo civil-militar. Fotografías, videos, giff, infografías y postales transportaron desde los proyectos gubernamentales, los agradecimientos de la ciudadanía consciente hasta las quejas y bloqueos que exigían su cupo de agua, la RRSS se inundaron con la agenda del déficit hídrico.
La interacción social entre ciudadanos y distribuidores del agua permitió atender cerca del 70 por ciento de demandas en las calles más lejanas, en centros de salud, orfanatos, geriátricos, hoteles, restaurantes y viviendas paceñas. Permitió, además, clarificar aspectos relacionados con la calidad del agua. Respuestas y análisis oportunos se realizaron para tranquilidad de las dudas e inquietudes de las miles de familias en emergencia.
Ésta habrá sido la prueba más evidente de que las RRSS son útiles al bien común cuando se las orienta a ese fin. Una demostración de que no todo lo que se postea remite al chisme, la falsedad, el ataque político o la publicidad mercantil.
Mensaje globalizado
Las métricas en las RRSS, en especial para el twiter, confirmaron que la etiqueta #CuidemosElAgua rompió todos los récords en días continuos. Fue tendencia a nivel nacional, de acuerdo a la herramienta trendsmap, y recibió apoyo desde países latinoamericanos como Argentina, Perú, Paraguay, México, Ecuador, Venezuela, Cuba y Brasil, cruzando fronteras hasta EEUU, España, Portugal y China.
La globalización del mensaje trascendió territorios porque había un interés común. El fenómeno de la sequía constituye un efecto del calentamiento global que azota varias naciones. La escasez de agua no representa una exclusividad boliviana, aislada de la mundialización del cambio climático. Por ello, las RRSS de varios países reaccionaron en solidaridad con Bolivia.
Las RRSS como proceso
Lo que ocurrió en La Paz sirve de alerta en otras ciudades y viceversa. Para ello actuaron las RRSS, para desarrollar procesos comunicativos que revalorizaron el mensaje individualizado pero con un carácter comunitario. Así quedó demostrado que el social media bien puede contribuir a una causa social como fue el agua en esta ocasión, un recurso estratégico para todo Estado.
En ese contexto los medios tradicionales quedaron rezagados. La velocidad de la información y la interacción inmediata dieron una ventaja a las RRSS, que los medios no pudieron acompañar. Incluso cabe hacer notar que mientras la gente usaba el mensaje #CuidemosElAgua, algunos medios, a contracorriente, insistían en #LaPazSinAgua, cuando en los hechos la población recibía el líquido de la vida.
Este comportamiento de las RRSS obliga a reflexionar en que es imprescindible comprender profundamente la importancia de la tecnología en los procesos comunicativos actuales, más aún cuando se trata de «emergencias» que pueden desatar amenazas reales a la estabilidad interna de un pueblo.
Claudia Espinoza I. es comunicadora
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.