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Ediciones Bellaterra, Barcelona, España, 2014

Reseña de «Karl Marx, antropólogo», de Thomas C. Patterson

Fuentes: Rebelión

Este interesante y valioso libro del antropólogo de la Universidad de Berkeley, es un trabajo de investigación del pensamiento y la trayectoria intelectual y política de Karl Marx centrado en sus concepciones históricas y antropológicas de lo que es la naturaleza y la sociedad humanas. El autor recupera ideas, sugerencias, propuestas, líneas de seguimiento y […]

Este interesante y valioso libro del antropólogo de la Universidad de Berkeley, es un trabajo de investigación del pensamiento y la trayectoria intelectual y política de Karl Marx centrado en sus concepciones históricas y antropológicas de lo que es la naturaleza y la sociedad humanas.

El autor recupera ideas, sugerencias, propuestas, líneas de seguimiento y de interrelación, continuidades y discontinuidades, afirmaciones y «maduraciones» del proyecto de Marx (y en alguna medida del de Friedrich Engels, su amigo y colaborador): re-construcción y recorrido antropo-socio-histórico de las potencialidades del ser y la historicidad humanas como fuerzas y relaciones. Destaca las estructuras inmersas en ello así como el devenir, la capacidad de re-modelación y las potencialidades de autoemancipación a partir de la naturaleza dada.

Se apoya en una bibliografía extensísima y en el estudio profundo de los escritos de Marx (y un poco de los de Engels), trabajando sus concepciones sistemáticas como: modos de producción, alienación, etc., aunque no profundiza en otras, como: escasez, estética, amor, revolución y comunismo.

A continuación conforme está seccionado el libro, hacemos breves síntesis y algunos comentarios:

Prefacio:

Denuncia el acoso, la antipatía y la minusvalorización «anticuada», de la teoría social marxista en las ciencias sociales en EUA y en general en la antropología. Aunque no cita a Marvin Harris quien explícitamente señaló hace varios años que la antropología ha debatido implícitamente con Marx para refutarlo y acallarlo, y que su obra es fundamental para la antropología. Sí recuerda su vinculación con Lewis Morgan en los EUA y Europa que afectó al mismo Morgan y su progresismo democrático y generó reacciones teóricas e investigativas como el culturalismo y el estructural-funcionalismo.

Cronología: Presenta una cronología de la vida de K. Marx en su contexto histórico.

Introducción:

Comienza señalando que hubo cursos de antropología impartidos por filósofos, historiadores, etc., desde el siglo XVIII en Europa; en la Universidad de Berlín se impartieron cursos y conferencias a los que Marx asistió (con H. Steffens y C. Ritter). En el siglo XIX se forma como disciplina académica y profesión.

Distingue dos modalidades de Antropología: «Empírica» y «Filosófica», entretejidas e interinfluyentes. Además existen tradiciones diferentes de investigación antropológica. Ambas se pueden reconocer desde la Antigüedad hasta la Ilustración cuando se habló de rasgos nucleares y de estructuras ontológicas que constituyen a los seres humanos. Destaca que Marx fue «antropólogo», tuvo contacto o participó directamente con la antropología empírica. Recuerda que Engels y su Situación de la clase obrera en Inglaterra es la primera etnografía urbana. Considera a El manifiesto del partido comunista una modalidad de «antropología aplicada» porque se hacen «un conjunto de recomendaciones políticas» para el «bienestar de las gentes». Otros como El Dieciocho Brumario y La Guerra Civil en Francia: describen, analizan, fundamentan y sugieren propuestas, de alguna manera también La Crítica al Programa de Gotha y Los Apuntes etnológicos.

Patterson señala que le interesa resaltar los debates antropológicos (principalmente desde el siglo XVIII), la influencia en el pensamiento de K. Marx y los matices de su antropología que son cruciales para la antropología contemporánea. A partir de su teoría del sujeto histórico, de su teoría histórica de la sociedad y de su teoría revolucionaria. Teniendo en cuenta los siguientes aspectos: 1) La linealidad o las diversas trayectorias sociohistóricas (mecanicismo versus complejidad y dialéctica); 2) la determinación económica en última instancia (determinismo, mutua determinación, dominio e influencia de la base, retroacción, etc.). 3) Los sujetos como meros portadores de estructuras o, por el contrario, con autonomía de acción y capacidad para cambiar esas estructuras. 4) La concepción de la sociedad como totalidad sociohistórica con origen y con fines, o «lo siempre pre-dado de una unidad compleja estructurada» (L. Althusser). 5) La relación entre ser y pensar (estructura y sobrestructura, materia y vida). 6) La estructura de clases sociales por rasgos universales de la condición humana o por circunstancias y condiciones determinadas. 7) Los individuos y sus subjetividades: autoconstruidos, alienados de suyo, contradictorios de por sí o ubicados en un conjunto concreto de relaciones sociales. 8) Sobre la naturaleza (medio ambiente o ecología).

Aclara nuestro autor que entre 1830-1840 Marx elaboró su antropología filosófica sobre 13 temas: a) la organización física de los seres humanos, b) el conjunto de relaciones sociales, c) la relación del individuo con la sociedad, d) la diversidad e historicidad de la sociedades humanas, e) la alienación, f) la objetivación, g) la producción, h) la reproducción, i) el trabajo, j) la libertad, k) la actividad práctica, l) la historicidad de los modos de ser y m) las relaciones atribuidas a la naturaleza humana.

A continuación el Capitulado con 6 Capítulos:

1. La Ilustración y la antropología

Considera a la Ilustración o la edad de la razón como periodo revolucionario: desde el siglo XVI hasta 1830. Hubo procesos que se reforzaron entre sí: 1) Formación de imperios mercantiles y colonias de ultramar. 2) Aparición de sentimiento antiautoritario, escepticismo y apelación a la razón. 3) La revolución científica y la conquista de la naturaleza. 4) Capitalismo industrial e innovaciones tecnológicas. 5) Reforma y guerra de las iglesias. Todo ello proporcionó categorías analíticas y marco conceptual y de lenguaje para debatir temas. Ha sido usado para expresar y reforzar planes y objetivos de reformistas y líderes de movimientos. Los puntos de vista de 1750 en adelante afectaron e influyeron a Marx. Allí se forjaron las bases empíricas y filosóficas de la nueva antropología: a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Hace sintéticas revisiones de las ideas y planteos «antropológicos» de: Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz, Barón de Montesquieu, Conde de Buffon, Juan Jacobo Rousseau, David Hume, Adam Smith. Respecto a Immanuel Kant señala que inició su curso anual de antropología en 1772 en la Universidad de Königsberg, discutiendo los escritos de Rousseau «Es en esta época, la década de 1770, que la antropología quedó institucionalizada en la Universidad de Göttingen» (p. 55). La antropología pragmática de Kant se basa en su filosofía práctica. Reflexiona sobre los sentimientos y experiencias diferentes entre el hombre civilizado y el natural, compara a los seres humanos entre sí (su estado moral) para un mapa integral de la especie humana, concibe a los seres humanos sensuales-naturales y seres éticos, morales; da importancia a la educación. Respecto a la cultura la considera compuesta de habilidades y disciplina, máximo potencial en la civilización. Pero considera a los no europeos carentes de civilización y cultura.

Después plantea una antropología «histórico-dialéctica» de Johan G. Herder basada en la interacción entre historia y filosofía y tomando en cuenta el espíritu de los cambios en diferentes épocas; así cada pueblo y época con sus propias formas y modos. Para Herder la antropología filosófica está interesada en lenguaje, cultura, historia y sus conexiones. La cultura como configuración de conjunto en una comunidad de organismos interactuantes en compleja tensión. Su noción de historia está entre la bildung o asimilación con adición de nuevos materiales y la tradición. Las concepciones de Herder dan importancia al idioma común, los hábitos, los modos de vida y la nación y el carácter nacional; y la cultura radica en la creatividad y espontaneidad del pueblo: es algo «orgánico».

Hace referencia a Ernest Platner y su nueva antropología para doctores y filósofos que une fisiología, moral y estética, interdependencia entre cuerpo y mente y fuerzas naturales, y a J. F. Blumenbach de que junto a Kant-Herder consideraba el desarrollo de la especie humana como genético y la historia como el camino diario de los pueblos. También a los románticos como F. Schelling sobre la diversidad en varios niveles: naturaleza, sociedad e individuos. En Göttingen -observa- se codeaban C.G. Heyne, Von Schlozer, escribían sobre filología, historia, lingüística y etnología de los pueblos de los márgenes de Europa: «antropología histórica y comparativa».

Posteriormente enfatiza la antropología histórico-crítica de G. F. Hegel basada en antropología filosófica. Hegel da importancia a las configuraciones culturales de diferentes civilizaciones y épocas históricas, desarrollo desigual y resolución de conflictos y soluciones. Así Hegel veía la historia como un devenir progresivo de la razón y la conciencia y del desarrollo del espíritu que se autoproduce (como cultura). Finalmente cita a H. Saint-Simon, señalando el vínculo entre Estado y sociedad civil pero éste los vio como entidades opuestas en su desarrollo. Esto para señalar la importancia de estas temáticas.

2. La antropología de Marx

Patterson indica que Marx fue hijo de la ilustración, leyó varios autores desde Homero, Shakespeare y hasta Saint-Simon, fue «ratón de biblioteca», hizo lecturas con sumo cuidado y comentadas. Participó en el debate de la política revolucionaria del siglo XIX y pulió su antropología filosófica en torno a qué son los seres humanos y qué los hace humanos. Para él (como dice K. Kosik) la praxis es actividad creativa y recreativa, o sea el trabajo como dominio de la naturaleza y la formación del individuo como sujeto social. Desarrolla una teoría antropológica histórico-dialéctica

Para Marx el ser humano es natural, la premisa de la historia son los seres humanos vivos y su organización físico-corporal; los seres humanos son parte de la naturaleza, seres sensuales, sensibles, implicados activamente en el mundo. reconoce dos procesos básicos: 1) subjetivación o autoexpresión del individuo y 2) objetivación o autoobjetivación en los objetos externalizados que satisfacen necesidades humanas. El proceso de trabajo condiciona la existencia y la autorrealización, supone aptitudes utilitarias, intencionalidad voluntad, conciencia y estética. Reflexiona sobre las necesidades, los tipos y niveles de desarrollos. Concibe a los individuos como resultado de las relaciones sociales y la socialidad. Considera la conciencia como aptitud mental bajo condiciones y expresión de las condiciones sociales, implica conocimiento del mundo, la conciencia comunitaria es históricamente específica y transmitida entre generaciones. En ese sentido la conciencia es recreada, retrabajada, transformada y se vincula con la cultura, también reconoce la importancia de la tradición en la personalidad humana (individuo y lo que le es extraño). La individualización de los individuos se da a través del proceso de la historia.

Plantea a la Historia como única ciencia: «la ciencia de la Historia». La historia de Marx rechaza el reduccionismo atomista y cartesiano, la historia como totalidad: historia natural e historia humana: proceso, relaciones, interacciones más que la suma, flujo y cambiantes, transformaciones/destrucciones. Las variaciones en el tiempo y el espacio y sus particularidades; por ejemplo limitaciones de las condiciones medioambientales, regionales y epocales (no cita a Engels en la Dialéctica de la Naturaleza). Marx tomó en cuenta el accidente, el azar, los saltos, la contingencia. Su ciencia de la historia no es filosofía de la historia sino su ubicación determinada en el tiempo y el espacio. Las variaciones y la diversidad de comunidades o sociedades tiene límites y hay elementos comunes de los diferentes tipos de sociedad.

Recuerda Patterson que Marx en Los Grundrisse analiza los modos de producción capitalistas y precapitalistas. Se centra en la separación versus el control y la propiedad de los medios de producción y los medios de subsistencia. Considera los cambios históricos y el desarrollo de las fuerzas productivas, así como la historicidad de las transiciones y las tensiones, p. e. en las formas tradicionales y su disolución.

La teoría marxiana de la historia trabaja con nociones de estructura, transformación y direccionalidad no teleológica, sino con un determinismo contingente. Para Marx la praxis es verdadera debido a que es: 1) actividad humana y producción con propósito y voluntad; 2) crea conciencia como producto social, conciencia de las necesidades, sensaciones y sentimientos de otras personas, 3) contiene y genera crítica implacable de todas las condiciones existentes. La crítica que despliega Marx es sobre la base de preguntas: argumento, presupuestos, evidencia, implicaciones para la acción, tipo de acciones, evaluaciones y balances, trayectorias particulares de la acción. Es una crítica de las ideas, instituciones y creencias para su comprensión (y agregamos: para su superación). Para la construcción de su antropología histórica concreta, dice Patterson, «Marx privilegió el punto de vista de las clases trabajadoras políticamente comprometidas y socialmente conscientes que son capaces de exponer y superar potencialmente la inhumanidad de sus relaciones reales existentes» (p. 107). Puso énfasis y se fundamentó en la praxis revolucionaria y compromiso político. Marx transitó desde su posicionamiento de filósofo simpatizante desde afuera a ser participante y conocedor de la vida y las luchas cotidianas de la clase trabajadora. Fue un evaluador crítico de las fuerzas e ideador de tácticas y estrategias para alterar el balance del poder y las circunstancias de los trabajadores y sus luchas.

Patterson dice que no elaboró una teoría de la práctica revolucionaria pues la revolución es dialéctica, con contingencias, contradicciones, etc., pero más bien querrá decir que no elaboró un manual de práctica revolucionaria que guiara la práctica política coyuntural. Plantea que no tenía Marx una trayectoria fija del cambio y de la revolución, sino como potencial de la práctica revolucionaria. P. e. estudiando (con aportes de Engels) el potencial de las lucha de clases en Rusia. Sin embargo, el desarrollo capitalista se mueve «cercano a las leyes» y por tanto se posibilitan predicciones, por ejemplo la concentración y centralización de la producción, las tasas de innovación tecnológica y la formación de nuevos mercados.

3. Los seres humanos naturales

La perspectiva materialista de Marx converge con la de Darwin respecto a la evolución histórica de plantas y animales. Aunque Marx la planteaba como una historia de la «tecnología natural» y la formación de los órganos de las plantas y animales como instrumentos de producción para el sostenimiento de su vida. El afirmó que «la anatomía humana contiene la clave para la anatomía del simio». Marx entendió el planteo de la lucha por la vida de Darwin, en la historia natural y su analogía con la lucha de clases, pero no aceptó argumentos teleológicos ni el darwinismo social. Patterson define «teleología» como las ideas o esencias subyacentes que provocan las transformaciones, cambios o evoluciones. Marx diferenció los «motores» internos de la formación y cambio como contrapuestos a los «motores» externos de desarrollo.

Patterson recupera la teoría evolutiva de la síntesis moderna creada a principios de los 60, y en la cual se desarrollaron las categorías de la adaptación, el organismo individual, la teoría de la microevolución, la biología molecular, los genomas, el código ADN, los pares genéticos, etc. Se describe y explica un «mundo dialéctico que nos ayuda a pensar en los genes, organismos y medios como partes interactuantes de un todo más que como distintas entidades con sus propios roles» (p. 124).

Hace referencia y dice que Marx hubiera apreciado el enfoque dialéctico y no reductivo (que concibe a los organismos como influidos en su desarrollo por la interacción de los genes y las circunstancias y que a su vez «crean, modifican y eligen el medio ambiente en el cual viven») de biólogos como R. Lewontin y R. Levins. Sin embargo no menciona a otros biólogos y antropólogos biológicos que reivindican la dialéctica y la complejidad, las bifurcaciones, la no linealidad, etc., como I. Prigiogine, E. Morin, etc.

Siguiendo estos planteamientos Patterson considera que entonces los seres humanos son naturales: son «cuerpos que caminan, hablan, manufacturan instrumentos y tienen cultura»; y existe dialéctica entre la organización social, las relaciones sociales, los órganos corporales, los instrumentos de producción y a cultura. En la actualidad se han avanzado definiciones científicas del género homo: ubicado circa 1.5-3.2 millones de años, y se ha correlacionado la dialéctica: posición-instrumentos manufacturados-cerebro-lenguaje y cultura.

Esto coincide con los puntos de vista de Marx y Engels, específicamente en El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, donde éste utiliza argumentos «deductivos» y datos de su época (incluido El origen del hombre de Darwin de1871). Una de las premisas es que simios y humanos son organismos integrados estructuralmente y conductualmente bastante complejos. Así, la conducta o praxis humana, su constitución y por ende su transición es por articulación combinatoria de cambios de estructuras y órganos anatómicos y sensoriales. Según observa Patterson, El papel del trabajo es un texto discutido con Marx quizá en conversaciones (1875-1876). La secuencia dialéctica de cambios articulados y combinados de Engels se ha venido sosteniendo y aún con las grandes cantidades de información desde los 1950 que precisan no los pasos esbozados por Engels sino más bien dónde y cuándo tuvieron lugar.

Más recientemente están las portaciones de anatomía comparativa, huesos fosilizados, diferencias de ADN, secuencias de proteínas, reloj molecular, paleomedioambientes, primatología, etología, paleoantropología, geología (levantamientos tectónicos) del Valle de Rift y África oriental. P. ejemplo la importancia del desarrollo del cerebro (neurobiología), estudios sobre endocastos y circunvoluciones, el 20% de la energía metabólica para regular la temperatura del cerebro y el sistema vascular, la reorganización por presiones, los hábitats, el estrés térmico, las presiones de selección, el volumen del cerebro, las glándulas sudoríparas, la distribución del pelo y la piel, la regulación del calor; las áreas del lenguaje, el parto y canal de parte, etc.; igualmente las investigaciones sobre la peculiaridad del lenguaje humano, las diferencias anatómico-neuronales, los circuitos neuronales, (la protocultura) y la cultura.

La secuencia de Engels es la siguiente: 1) Postura erecta, bipedismo. 2) Anatomía y destreza de la mano, mano y manufactura de instrumentos por habilidades (bimanismo). 3) Desarrollo del cerebro, expansión y reorganización, circuitos neuronales, inteligencia práctica (L. Vigotsky y A. Luria), áreas de Wernike y Broca (no menciona amígdalas y afectividad). 4) Lenguaje, distinto a otros sistemas de comunicación: fonología, morfología, sintaxis, semántica, simbolismo y abstracciones. 5) Desarrollo de la cultura (y la sociabilidad-cooperación, ayuda mutua, compartir comida, etc.). Así Patterson observa que, en efecto, se ha constatado las circunstancias cambiantes que han llevado a las evoluciones y co-evoluciones que van de los australopitecus a los homo sapiens: de 2.5 millones a 100 000 años de evoluciones simultáneas. Concluye este argumento señalando que Engels tuvo razón en la secuencia, en líneas generales.

Patterson enseguida plantea que Marx y Engels consideraron y fueron conscientes de la centralidad en los procesos de cambio de la demografía y estructura de la población (y, por supuesto, de la economía); ellos afectan y producen estructuras sociales diversas. En esa dirección están los estudios recientes sobre la mortalidad, la fertilidad, la estructura de edades y las ventajas reproductivas (y la ¡sexualidad!); igualmente la cooperación, la crianza, los trabajos de recolección y caza; también la edad, los grupos sanguíneos, el compartir alimentos, etc. Respecto a los estudios actuales sobre las primeras poblaciones humanas, destacan los factores de la hechura de instrumentos, de las experiencias, las innovaciones en las formas de cooperación y organización social; así como los cambios significativos en la cantidad de individuos que sobreviven a la edad adulta en los últimos 50, 000 años.

Cabe cuestionar aquí (por la importancia que tendría en la continuidad del desarrollo histórico humano) que T. C, Patterson no menciona ni discute El Origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado de F. Engels. Sin embargo, sí reconoce la crítica que Engels hizo (completando a Marx) a los «darwinistas burgueses» que han llevado a cabo una «naturalización de las desigualdades sociales y trasposición de las relaciones sociales a las de la naturaleza», usando los «mismos marcos conceptuales, analogías y metáforas en ámbitos humanos y naturales»; lo que ha llevado a ese darwinismo social ha justificar el individualismo, la meritocracia, la lucha por la existencia y hasta el racismo científico. Así hay que insistir en la crítica a los discursos que naturalizan la jerarquía y las relaciones de poder.

Thomas C. Patterson cierra este capítulo haciendo el señalamiento que la antropología como disciplina emergente sucede en la década de 1860-1870 con los temas de la variación humana, las evoluciones de las sociedades y las prácticas culturales de comunidades determinadas (aunque en este tema se vició la perspectiva culturalista décadas después como reacción al evolucionismo con pretensiones universalistas). Patterson ya no menciona las importantes conexiones y críticas de Marx y Engels con J. Bachoffen, J. McLennan, J.Lubbock, L. Morgan (incluso con Ch. Fourier y los socialistas utópicos) respecto a la familia, la promiscuidad, el matriarcado, la religión, el derecho, las sociedades sin Estado, el comuntarismo, la vida colectiva, la propiedad de la tierra, el parentesco y otros temas que son tratado precisamente en Los Manuscritos, Las Formen, Los cuadernos etnológicos de Marx y en Los Orígenes y en Del socialismo utópico de F. Engels.

4. Historia, cultura y formación social

Marx leyó por segunda vez (la primera fue en décadas antes) mucha antropología e historia en la década de 1870. Se cuentan cincuenta cuadernos de notas sobre Rusia, 450 páginas sobre Europa prehistórica, historia de la India, colonialismo holandés, familia y género en Roma, sociedades nativas norteamericanas (y, agregamos nosotros, problemas agrarios y tenencia de la tierra). Observa que en las «Notas etnológicas» publicados por L. Krader sólo están una tercera parte de ese material.

Durante 1853-59 publicó artículos sobre India, China, Imperio Otomano (y los Grundrisse). Porque leyó y se interesó en áreas no capitalistas, y su punto de vista y comprensión cambió de la década de1850 a la de 1870 (30 años). En esta década David Smith dice fue por el segundo tomo de El Capital para conocer y ahondar la especificidad multicultural del mundo que el capitalismo estaba conquistando (re-colonizando), por eso -según él- necesitaba saber todo sobre las estructuras sociales no capitalistas; eran parte integral de la investigación acerca del capitalismo. Cambió su visión que tenía sobre el colonialismo europeo como fuente de civilización y progreso, y transformó su teoría sobre las transiciones históricas eurocéntricas y «unilineales» (K. Anderson). Prestando -nos dice Patterson- más atención a la variabilidad en términos histórico-dialécticos. El «desarrollo industrial» muestra el sendero a los que siguen ese mismo, su imagen de su futuro. Clarificó y precisó la especificidad de formaciones sociales y transiciones, vías alternativas y diversidad de sociedades, residuales, dominantes y emergentes.

El por qué el «retorno» de Marx a la antropología e historia precapitalistas, desde nuestro punto de vista por profundizar y apuntalar los siguientes aspectos:

La fundamentación en la ecología y en las formas de propiedad en lo comunitario. Por el fundamento histórico-natural-social del comunismo por venir. Por la importancia de sociedades basadas en el valor de uso y en las fuerzas productivas procreativas. Por la concepción de las riquezas limitadas pero complementarias entre precapitalismo y capitalismo para encontrar y realizar la superación en la verdadera riqueza y plenitud. Así, con el estudio del capitalismo fundamentó las condiciones objetivas tecno-tecnológicas y las fuerzas productivas objetivas hacia el automatismo. La superación de la escasez y los límites de dependencia «infantil» con la naturaleza, la desenajenación integral. De esta manera el comunismo como primera síntesis y resultado de la prehistoria humana (también transitoria, una tercera transición histórica propiamente dicha; esto acorde a lo que dice Patterson: las trayectorias y contingencias históricamente determinadas de las transiciones].

Respecto a los «modos de producción». T. Patterson señala que Marx contrastó y distinguió el capitalista de una serie de modos de producción precapitalistas. Sobre la base de los rasgos distintivos de las sociedades: 1) la producción de mercancías, 2) la propiedad privada de los medios de producción, 3) la división social del trabajo entre clases, 4) la apropiación de la plusvalía generada por el trabajo asalariado, 5) nuevo ritmo de historia acelerada. Marx reconoció seis modos de producción precapitalistas (formas socioeconómicas): comunista primitivo, asiático, antiguo, germánico, eslavo y feudal. (Sólo menciona a L. H. Morgan como acuñador de «el comunismo primitivo»; Otra vez se nota la ausencia de Engels y otros antropólogos evolucionistas como Bachoffen, E. Tylor, Lubbock, etc.) Marx destaca la relación colectiva con la tierra como base, pero puede realizarse de muchas maneras diferentes. Patterson destaca el aporte de Stanley Diamond, respecto a las contradicciones entre organización, producción, circulación, distribución y consumo, lo que este antropólogo del siglo XX llamó «conflicto parental/civil».

Todos estos modos de producción tuvieron sus peculiaridades lógico-estructurales e históricas, Samir Amin los llamó modos de producción tributarios y habló de coexistencia y articulación de modos de producción con un modo de producción y relaciones dominantes e influyentes; también reconoció modos residuales, emergentes y culturas.

Pasa Patterson a hablar de la conexión entre sociedades y culturas; las sociedades son históricamente particulares y contienen formas de conciencia social asociadas (como cultura) entrelazadas a la praxis y las relaciones sociales, a veces a modo de «reflejo», «epifenómeno» o «superestructura paralela». (Cabe observar de nuevo que no menciona a Engels, que en algunos escritos aclaró que hay una «bidireccionalidad» base-sobreestructura y que en última instancia y generalmente la dominancia es a largo plazo).

Señala nuestro autor que K. Marx tuvo claridad de la importancia de la superestructura de sentimientos, la tradición de las generaciones; de la cultura como la expresión de la vida; de las influencias recíprocas entre producción material e intelectual. Plantea que la relación entre cultura, economía y Estado es compleja y multidimensional. Cultura es también escenario de la expresión de contradicciones y las reproducciones. Aquí recordamos que éste fue un tema abordado por B. Echeverría y otros, de las mutuas relaciones entre economía y semiosis; e igualmente presentes las «conductas de ruptura» en la re-producción, como el juego, arte, fiesta, etc.

Marx -insiste Patterson- distinguió en las formaciones históricas, tipos primarios, secundarios, etc. Detectó articulaciones desde mediados del XIX con varios tipos de sociedades precapitalistas de Asia, África y América y la diversidad de articulaciones, resistencias/contradicciones en procesos que proporcionaban alternativas hacia el futuro poscapitalista (p. 172).

Patterson aquí señala las diferencias generales entre sociedades capitalistas y precapitalistas:1) Universalidad como desbordadora de límites y barreras de lo local, de lo regional y nacional; revoluciona la expansión de necesidades y capacidades y el capitalismo se encuentra con la barrera más grande: el propio capital y sus contradicciones «costos» contradictorios. La gran industria como madre del antagonismo y clave de su resolución. Esta dimensión de la universalización es muy importante pero considero que Patterson se queda corto al abordarla pues deja truncos aspectos como el planteamiento del comunismo como solución profunda y radical debido a la generación y disfrute de riquezas cualitativas a partir de la resolución de contradicciones del trabajo enajenado, Sujeto-Naturaleza, Hombre-Mujer, Individuos-Colectivo, etcétera. 2) El asunto de las contradicciones dialécticas como motores del movimiento histórico. 3) El abordaje a diferentes escalas y niveles de generalidad de los cambios sociohistóricos; hace metáfora de uso de instrumentos de observación y análisis: telescopio, binoculares, lentes y microscopio.

Patterson llama la atención sobre la contribución de antropólogos y arqueólogos en el siglo XX sobre la comprensión de trayectorias, dinámicas, procesos, condiciones y momentos de la historia humana «desordenada». Por ejemplo en cuanto a aclarar la importancia de: a) El compartir, b) las bandas, c) los liderazgos y estatus, d) hacia 20,000-10,000 años, los «novedosos» modos de subsistencia: pastoreo y cultivo de plantas como economías diferidas, desarrollo de técnicas alimentarias, etc.; e) la estructura de grupos sociales (clanes, linajes, tribus); f) ejemplos y estudios concretos; g) el origen de la jerarquización y la estratificación con la aparición de los llamados «grandes hombres», las evidencias del aspecto oculto de la base económica enmascarado por estructuras culturales; h) Las formaciones de clases, los tipos de Estados, las ciudades (Gordon Childe), i) el estudio de las capas sociales y procesos de diferenciación social; j) la contingencia histórica de las formaciones y los colapso (por ejemploTeotihuacan) de Estados precapitalistas.

De esta manera resalta los aportes y «discernimientos» de arqueólogos e historiadores; aunque con evidencias fragmentarias de la complejidad y la diversidad. Sugiere que la teoría materialista dialéctica crítica de Marx (y, agregamos nosotros, y Engels) da coherencia al «desorden» (o aparente desorden). Para las explicaciones, las comprensiones, las re-construcciones, las comparaciones y las complementaciones del devenir humano. Aquí cabe mencionar la mención de otros antropólogos que han hecho modelos de coherencia u orden lógico; aparte de Gordon Childe, por ejemplo en América, Darcy Ribeiro y Richard Newbold Adams.

5. Capitalismo y antropología del mundo moderno

Patterson se refiere en este apartado a la investigación o enfoque antropológico histórico de la formación del capitalismo. Hace mención a varios procesos transicionales y de su desarrollo, tanto económicos, de vínculos internos y externos como de contingencias histórico-sociales, los grupos sociales, las instituciones, la tecnología, las conquistas, el mercado, etc., hasta llegar a la producción industrial tal y como Marx las entrelaza coherentemente encontrando cierta direccionalidad en esas tendencias en el Capítulo XXIV (sobre la acumulación originaria) de El Capital.

Trata aquí también el problema de la «articulación» y las transiciones» en la acumulación (permanente) del capital. Menciona que se reconocen otras transiciones no clásicas (no Inglaterra) en las que se dan intensificaciones de formas precapitalistas de extracción de excedentes. Esta también el asunto de la articulación de países capitalistas y colonias capitalistas (metrópolis-periferias) aunque Patterson no hace mención a disputas teóricas sobre estas temáticas como la teoría de la superexplotación, la teoría de la dependencia y del subdesarrollo, etc.

De esta forma nuestro autor concluye que para Karla Marx: las sociedades históricamente específicas son totalidades que manifiestan diversas combinaciones articuladas de diferentes modos de producción (y por tanto de diferentes formas de extracción de excedentes). Plantea el desarrollo del capitalismo a lo largo de diferentes trayectorias históricas, por ende está la posibilidad de desarrollos sociales futuros a través de trayectorias alternativas. Esto posibilitó su influencia con: 1) activistas políticos de países periféricos (Lenin, Gramsci, Luxemburgo, Mariátegui, Mao, Almicar Cabral) y 2) con antropólogos (aunque no menciona a antropólogos latinoamericanos y «periféricos»). Sobre estos problemas insiste en la importancia de las siguientes temáticas: 1) La teoría de la articulación colonialismo-neocolonialismo-nacionalismo-reproducción ampliada, intercambio desigual, resistencias, liderazgos, etc.; 2) las vías alternativas de desarrollo sociohistórico (Cartas a Vera Zasúlich). 3) La fragmentación de Europa y sus desigualdades históricas; 4) el caso de la India y China y otros países periféricos 5) Caso de la emigración masiva de colonias a metrópolis: racismo y la independencia política, violencia y etnogénesis (p. e., Irlanda). 6) La reproducción ampliada y las crisis, así como la coexistencia de capitalismo con modos no capitalistas para acumulación y reproducción (R. Luxemburgo). 7). Los cambios en estructura de clases y ejército de reserva, uso de mano de obra de mujeres, niños con bajos salarios por el desarrollo de la maquinaria; 8) los efectos de la producción intensificada sobre la salud.

Finalmente el asunto de los Estados-nación capitalistas. El Estado como excrecencia de la sociedad y la expresión del Estado moderno en antagonismos, alienación y explotación. La política y la cultura como espacio de lucha importante. Las cuestiones étnicas, nacionales y raciales de los proletarios; las identidades, el problema del patriotismo y la confrontación entre clases trabajadoras. La importancia de los movimientos democráticos y por derechos. La importancia de apoyar esas luchas y buscar intereses y alianzas comunes. Menciona el trabajo de Hard y Negri sobre Imperio respecto a las luchas antiglobalización y de protesta; su postura es que sigue existiendo conflicto entre corporaciones trasnacionales y poder del Estado nacional.

6. Una Antropología para el siglo XXI

Una antropología de las realidades cambiantes de la vida, de la historia de las otras sociedades. Marx realizó una verdadera antropología, incluso una antropología empírica, relatos periodísticos y análisis de la sociedad. Una antropología «prudentemente optimista» considerando las contradicciones y las vías alternativas

Una antropología de la praxis pues los seres humanos se crean a sí mismos por su praxis, toda individualización es en sociedad y en socialidad como sujetos sociales en comunidad; Marx crítica la individualidad aislada; la verdadera autorrealización de los individuos sociales es universal.

Así se aborda el problema de la «alienación» como pérdida de control, incorporación a una fuerza ajena, poder hostil, etc., y autoalienación. Cuatro formas de alienación de 2º orden (según I. Meszáros): 1) Los capitalistas se apropian y controlan las condiciones y medios de producción; los trabajadores no tienen propiedad más que su fuerza de trabajo que es comprada. 2) Son enajenados del producto o mercancía que producen. 3) Los miembros de la sociedad capitalista están alienados entre sí. 4) Enajenados en su cuerpo y en su naturaleza y de su aspecto espiritual (enajenación de especie). Algunas alienaciones se han venido generando desde las sociedades precapitalistas.

Así, están la dominación, la explotación y las formas de jerarquía social. La explotación por la sustracción de excedente: directa e indirecta (p. e. usura e impuestos). La explotación a partir de las clases sociales y por el papel del Estado como representante de la clase dominante. Y dentro de las clases y sus alianzas la cuestión étnico racial y de género. También los conflictos, las resistencias, las protestas, las revueltas o rebeliones abiertas. Y por tanto la necesidad de resolverlas, superarlas, éstas y otras como las crisis, las dualidades: pensar/ser, idea/hecho, esperanza/logro, ser/ deber, etc. Y la aparición de los objetivos revolucionarios como proyectos (no garantizados per se) de liberación y autorrealización.

De esta manera Patterson plantea sus ideas de Antropología del siglo XXI: El estudio de gente en crisis por gente en crisis (los antropólogos que enfrentan su propia alienación y buscan comprender las raíces de la misma (S. Diamond). Una antropología comprometida, activista política, crítica e implacable de las categorías, relaciones, prácticas, trayectorias, condiciones e historicidad Una antropología integral e integradora de la condición humana. Una antropología informada de las relaciones sociales, las historicidades, los conflictos políticos y económicos; sensible a la diversidad, a las decisiones, a las posibilidades de la «marea de la historia». Una antropología no determinista, abierta. Una antropología que aborda la ecología política, el desarrollo y la crisis; que aborda las periferias, los mercados financieros, el papel del Estado como controlador-represor y las estructuras e intersecciones con lo racial, lo étnico, la nación, el género, las identidades, la tradición y la cultura; igualmente la comunicación, el lenguaje, la conciencia, las relaciones sociales, la ideología, la moralidad, la ética, la libertad, la salud, el trabajo y la vida.

Por último, Patterson especula que en la actualidad Marx estaría «fascinado» por el desarrollo y manifestación de todos esos aspectos y al mismo tiempo «frustrado» por el «atraso» de la revolución. Y nosotros agregamos que Marx estaría muy preocupado y ocupado analizando y luchando por los graves fenómenos de las alienaciones extendidas (con el dominio de las nuevas tecnologías destructivas), las devastaciones ecológicas y la situación pre-apocalipsis que vive la humanidad y el planeta.

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