Editorial Martínez Roca, Barcelona, 2009. El libro de Clara Valverde «Pues tienes buena cara» Síndrome de Fatiga Crónica. Una enfermedad políticamente incorrecta, es también –afortunadamente– un libro tan políticamente incorrecto como necesario. Alguien tenía que poner negro sobre blanco la narrativa personal de una enfermedad como el Síndrome de Fatiga Crónica… Y quien mejor que […]
Editorial Martínez Roca, Barcelona, 2009.
El libro de Clara Valverde «Pues tienes buena cara» Síndrome de Fatiga Crónica. Una enfermedad políticamente incorrecta, es también –afortunadamente– un libro tan políticamente incorrecto como necesario. Alguien tenía que poner negro sobre blanco la narrativa personal de una enfermedad como el Síndrome de Fatiga Crónica… Y quien mejor que Clara Valverde, que sabe escoger las palabras que mejor capturan y proyectan la incomprensión y el sufrimiento de las personas con SFC, pero que sólo llegan a oír y entender quienes escuchan desde la ausencia de dogmas, preconceptos y mediocridades tan al uso. Clara habla desde su experiencia y su dolor, pero en su libro se reconocerán muchas Claras –demasiadas– todas pacientes e impacientes, todas perplejas e insumisas. Un mundo plural de Claras con buena cara víctimas de la incomprensión crónica de las personas supuestamente sanas que no se asoman de su mundo umbilical, de las batas blancas con manual aprendido y del personal de ministerios y conselleries que han substituido neuronas por diagramas en un intento desesperado por aparentar eficacia en la gestión sesgada y socialmente incompetente.
Clara sabe encontrar las palabras. De casta le viene… Y en sus palabras doloridas, también, la poesía… Y en su libro nos ofrece este descubrimiento lento y muy, muy personal, de cómo se opera y se metaboliza la metamorfosis invalidante de una enfermedad crónica y –sin inocencias– especialmente negada y escondida.
Si algo se le puede pedir a Clara Valverde es que se replantee los dos últimos capítulos de su libro como la futura introducción de una épica más plural, donde lo invisible cruce al otro lado del espejo y las moléculas confundidas de tantas personas con SFC no necesiten perdón y encuentren, finalmente, en una ciencia y una sociedad mejor, el necesario alivio.