«Es tarea más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que la de las personas célebres. La construcción histórica está consagrada a la memoria histórica de los que no tienen nombre.» Walter Benjamín. Rodolfo Walsh cuenta en su novela periodística «Operación masacre» lo sucedido la noche del 9 de Junio de 1956 […]
«Es tarea más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que la de las personas célebres. La construcción histórica está consagrada a la memoria histórica de los que no tienen nombre.» Walter Benjamín.
Rodolfo Walsh cuenta en su novela periodística «Operación masacre» lo sucedido la noche del 9 de Junio de 1956 en Buenos Aires. Primera novela que se conoce de tales características, cuya forma rompe las normas y su fondo termina con lo que se silencia de manera general en una novela y en particular en los momentos más duros de la Historia. «Operación masacre» dispone al lector contra la flojera intelectual.
Antes de continuar debe saberse que no está editada en España, territorio muy olvidadizo con su Historia. ¿Cómo decirles en estas condiciones que no dejen de leerla? Eso es lo que pensaba decirles. Háganse con ella en Ediciones de la Flor S.R.L. Gorriti 3695, C1172 ACE Buenos Aires, Argentina. WWW. Edicionesdelaflor.com.ar.
Osvaldo Bayer en su magnífico prólogo define las cualidades literarias de Rodolfo Walsh como «alma y humanidad» habiéndonos indicado previamente que era una persona de conciencia. Despreciado por las castas que viven de los claustros o asumen sus dictados y perseguido hasta la muerte por la policía y los militares argentinos, tan educados ellos en los cuarteles de la CIA, con su trabajo periodístico y literario se situó en el campo de la cultura social e hizo presente ante los lectores la realidad más palmaria a la que se enfrentaban las clases trabajadoras. «Operación masacre» se convierte así en el ejemplo de lo que la oligarquía y las multinacionales estaban probando, un régimen de terror con cuya aplicación arrasarían a los sectores más conscientes del país y lo harían retroceder en sus condiciones de vida varios siglos, para expoliarlo y dejarlo inerme en el futuro.
Osvaldo Bayer compara a Rodolfo Walsh con Eron Erich Kisch, el cronista que puso al descubierto «la falacia de Hitler y sus protectores» antes de que accediese al gobierno de Alemania, y hace algo que pocas veces, muy pocas veces he leído u oído, ya es hora, retira una capa que se hace necesario retirar al denominar a Rodolfo Walsh «el anti- Borges». «Qué rara coincidencia. Al joven Büchner (apenas con su magistral fragmento Lenz, con su Woyzeck, su Leonce y Lena, su Muerte de Dantón) lo califican el «anti-Jünger» (y a éste, el «Borges alemán»). Büchner era -como Walsh- un agitador. Walsh era, como Büchner, un contrabandista de la literatura. Büchner era comunista precoz; Walsh, un revolucionario latinoamericano consecuente y sin prisa. Erns Jünger (el Borges alemán -o Borges, el Jünger argentino-) ha sido denominado no sin cierta ternura en un seminario cumbre de Berlín «un fascista noble de frialdad proporcionada,…»
Su ética social, su conciencia, le lleva a crear una literatura abitada por los conflictos políticos y sociales, siendo uno más de las gentes que trabajan para sobrevivir, eligiendo un territorio para mirar el mundo, un punto de vista desde el que pocos miran y escriben. Buena parte de los escritores de hoy, incapaces de tener ideas propias que lleven a los lectores a cuestionarse algo por pequeño que sea, tan profesadores y transmisores de las ideas afincadas para distraer de lo esencial a los lectores, no son intelectuales, no son productores de inteligencia si tenemos en cuenta que las ideas que difunde el sistema y ellos repiten lo refuerzan, y se dedican a presentar batalla a las ideas útiles para producir razón y fantasía, motor de los cambios de progreso en las clases trabajadoras. Rodolfo Walsh transmitía razón y fantasía con brevedad y lenguaje vivo y urgente, no iba tras el santón que posa como un hombre curado de todo y hace juegos de elucubraciones esteticistas vacías, ocultando con el ruido necio que bajo su capa apoya la injusticia. «Operación masacre» nos advierte del peligro que arrastra el silencio de quienes se pretenden intelectuales, del peligro que contiene para los desposeídos la distracción idiotizada que difunden, y cómo siempre esa «cultura» es fomentadora del miedo y el asentimiento. Y ahí es donde escandaliza Rodolfo Walsh, saca al escenario novelístico el caso de los fusilados el 9 de Junio de 1956, puerta de entrada, advertencia, entrenamiento de lo que iba a ser una guerra llevada a cabo por asesinos uniformados y apoyados por el gobierno de EEUU, guerra declarada de la oligarquía ganadera argentina contra los trabajadores.
La matanza del 9 de Junio de 1956 sale a la luz porque Rodolfo Walsh oye casualmente hablar de los fusilados vivos, entonces investiga y escribe su historia. Su labor de búsqueda, cuajada de peligros, reconstruye hasta los últimos eslabones la cadena de acontecimientos. Sobrevivientes, familiares, amigos, vecinos, personas anónimas, clandestinos, van aportando datos hasta hacer una fuente que mana información fidedigna, contrastada. Otro problema será su difusión; los periódicos y las editoriales se niegan a cogerle el escrito, los «cultos». El silencio y, por tanto, los militares fascistas ganan la partida, pero sólo por el momento, la historia saldrá a la luz en papeles que correrán de mano en mano. Después, con muchas dificultades, impulsa las primeras denuncias ante los jueces y la verdad será conocida aunque arrecien sobre el texto las voces falsificadoras de tanto periodista pagado para mantener primero el silencio y entonces la confusión, y preservar así el orden. Pero tras los dueños de los periódicos y sus mercenarios periodistas arremeten los jueces, que dictan sentencias oprobiosas desentendiéndose del caso; junto a todos ellos, cómo no, sentados a su lado los mandatarios de la iglesia católica bendiciendo a los terroristas.
En el Epílogo Rodolfo Walsh escribe: «Tres ediciones de este libro, alrededor de cuarenta artículos publicados, un proyecto presentado al Congreso e innumerables alternativas menores han servido durante doce años para plantear esa pregunta (¿Acaso el teniente coronel Abraham González, juez militar, sancionó al teniente coronel Fernández Suárez, o divulgó siquiera algún resultado de ese juicio? Quiero que se me diga qué diferencia hay entre esta concepción de la justicia y la que produjo las cámaras de gas en el nazismo.) a cinco gobiernos sucesivos. La respuesta fue siempre el silencio. La clase que esos gobiernos representan se solidariza con aquel asesinato, lo acepta como hechura suya y no lo castiga simplemente porque no esta dispuesta a castigarse a sí misma.»
En el prólogo a la primera edición, julio de 1957, entre otras cosas señala que la figura del torturador que se convierte en fusilador a las primeras de cambio «es un problema actual. …en la Alemania nazi fueron necesarios años de miseria, miedo y bombardeos para sacarla a la luz.»
Al final de sus investigaciones, de sus detalladas pesquisas y del desarrollo novelístico advierte sobre el carácter de la clase dominante tan dispuesta al asesinato, al crimen masivo, cuidado, para hacerle frente es preciso conocer sus principios «para no dejarse conmover por las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos.»
«Operación masacre» termina con un documento de Rodolfo Walsh de valor histórico que es la certificación de todo lo que había anunciado en su novela periodística: «Carta abierta de un escritor a la Junta Militar», con fecha 24 de marzo de 1977, o sea, 20 años después de «Operación masacre», con lo que podemos ver que lo que el ejército terrorista argentino hizo en un momento determinado, sosteniéndolo en el tiempo con quienes les apoyaban, abrió una brecha en el futuro y se asentaron todos ellos en el.
Viviendo en la clandestinidad envió su «Carta abierta…» a los periódicos locales y a los corresponsales extranjeros. Ningún periodista la dio a conocer, solamente en el extranjero se fue difundiendo poco a poco. Carta de denuncia estremecedora, recoge el proceso político en el que los militares se hicieron con el poder, el asesinato de su hija, de sus amigos, la persecución a que le someten, los miles de secuestros que habían llevado a cabo y el asesinato de esas personas y la desaparición de sus cuerpos, los miles de presos y torturados, el secuestro de los abogados que denunciaban, las torturas que emplearon: despellejamiento en vida, muerte a palos, desnucamiento, despedazamiento con sierra, electricidad, el «submarino», soplete, … el terror absoluto para conseguir el aplastamiento total de las organizaciones sociales que defendían una sociedad con justicia social, y así consiguieron reducir «el salario real de los trabajadores al 40%, disminuir su participación en el ingreso nacional al 30%, elevar de 6 a 18 horas la jornada laboral de un obrero para pagar la canasta familiar» y continúa detallando las condiciones de vida de los trabajadores, denunciando el pago a policías y militares por los servicios prestados a la oligarquía: les subieron el sueldo el 120%.
Los grandes beneficiados: el Fondo Monetario Internacional, ITT, Esso, U.S. Steel, Siemens, … a los que aparecen ligados los miembros del gobierno y la oligarquía, no perdonaron a Rodolfo Walsh, iban a por él, llevaban mucho tiempo queriendo asesinarle y al día siguiente de enviar esta carta un comando de 14 terroristas militares y policías le rodearon en la calle y le tirotearon haciendo desaparecer su cuerpo.
Tenían tanto miedo a su palabra desobediente a su misma imagen.
Rodolfo Walsh es un referente literario, además de referente ético y rebelde, forma parte de la Memoria Histórica en Argentina, pero ¿en Argentina nada más? ¿qué significa el silencio que ponen delante de él?
«Operación masacre», establece relación entre discursos narrativos con fines particulares: el articulo periodístico, el reportaje, la entrevista, el informe y la novela, un enfoque nuevo sobre acontecimientos reales, con lo que abrió camino a una corriente novelística por la que seguiría Truman Capote con su «A sangre fría». Rodolfo Walsh editó: «Diez cuentos policiales», «Antología del cuento extraño», «Variaciones en rojo», «Cuento para tahúres y otros relatos policiales», «Los oficios terrestres», «Un kilo de oro», «La granada», «La batalla (teatro), «¿Quién mató a Rosendo» y «Caso Satanowsky». En España puede encontrar «Los irlandeses», en editorial Salamandra.
Título: Operación masacre.
Autor: Rodolfo Walsh.
Ediciones De La Flor. Gorriti 3695. C 1172 ACE Buenos Aires (Argentina)