1. La introducción e imposición de la Revolución Mexicana (1910/17) a Yucatán en marzo de 1915 por Salvador Alvarado, con la oposición armada organizada por los hacendados terratenientes; así como la lucha de Felipe Carrillo (1918/24) por continuar la revolución campesina en el estado, han sido momentos culminantes de la historia yucateca Luego de Carrillo […]
1. La introducción e imposición de la Revolución Mexicana (1910/17) a Yucatán en marzo de 1915 por Salvador Alvarado, con la oposición armada organizada por los hacendados terratenientes; así como la lucha de Felipe Carrillo (1918/24) por continuar la revolución campesina en el estado, han sido momentos culminantes de la historia yucateca Luego de Carrillo ha destacado la expropiación de tierras en 1937 y la creación de ejidos henequeneros realizados por el presidente Cárdenas con la oposición de los hacendados y toda la derecha yucateca. Antes de todo, como episodio importante estuvo presente la valerosa Guerra de Castas de mediados del siglo XIX que fue un levantamiento indígenas contra «los blancos» explotadores. Han sido los temas favoritos en que recurrentemente acudo en los pocos trabajos que dedico a esta entidad.
2. Yucatán, durante los 35 años del gobierno de Porfirio Díaz en la república mexicana (1876-1911), fue uno de los estados más ricos del país por sus grandes exportaciones de fibra de henequén a los EEUU y por la profunda explotación de trabajadores que vivían en las haciendas (acasillados), trabajadores «libres» de los pueblos y esclavos venidos de otros lugares. Cada hacienda tenía un «encargado» patronal y muchos capataces que se encargaban de administrarlas mientras sus propietarios vivían en gigantescas mansiones en la ciudad de «Mérida de los blancos» o en Europa y los EEUU. Eran todos ellos unos señores feudales que por su estrecha relación con el clero, hacían regalos para aplacar los «malos pensamientos de descontento». (Ver mi libro: La haciendas henequeneras a través de la historia, 2005)
3. El hacendado-periodista Manuel Escofié Z., muy destacado por su luchas por la «separación» de Yucatán, que publicó además su periódico ultraderechista: El Yucatanista, escribió: «Aquí en Yucatán, con muy pocas excepciones, todos comíamos bien y vestíamos bien. Se traían de Europa y de los EEUU, en constante y gran abundancia, las mejores conservas alimenticias, jamón, queso, mantequilla, salchichón, salchichas; productos de harina de trigo, cerveza, vino y en general licores finos; grandes remesas de telas, casimir inglés, etc., etc., que enriquecían la calidad de nuestra vida comercial y que consumían en abundancia los adinerados y en menor cantidad todas las demás clases en cuya mesa nunca faltó la suficiente comida…» Obviamente no se refería a las miles de familias explotadas y miserables de trabajadores.
4. El levantamiento de Francisco I. Madero el 20 de noviembre de 1910 -día conocido como el inicio de la Revolución Mexicana y la renuncia de Díaz a la Presidencia a mediados de mayo de 1911, obligó al congreso de Yucatán a nombrar gobernador interino, luego constitucional con apoyo de Madero, a José María Pino Suárez provocando descontento entre los seguidores del derechista reaccionario Delio Moreno Cantón, (sobrino del general porfirista y exgobernador Francisco Cantón) Luego Pino Suárez -que había aceptado la candidatura a la vicepresidencia con Madero, dejó en su lugar a Nicolás López Rivas. Derrocados y asesinados Madero y Pino en 1913 por un Golpe de Estado de Victoriano Huerta y la embajada de EEUU, Moreno Cantón viajó a México, pero a su regreso a Yucatán fue repudiado por los antigolpistas. (Ver mi libro: Política en Yucatán en el siglo XX, 1985)
5. La realidad es que hace 100 años el pueblo de Yucatán no tenía la menor idea de lo que era una revolución; sólo había oído hablar de la «Guerra de Castas» de mediados del siglo XIX y del exterminio de indígenas en 1901 por el gobierno de Porfirio Díaz para crear el territorio de Quintana Roo, separándolo de Yucatán. Pero en las mentes de los aproximadamente 80 mil yucatecos ya se les había metido por la iglesia, los hacendados y la derecha reaccionaria, que la revolución vendría a asesinar a sus familias, eliminar a sus hijos y a acabar con la «santa paz» que gozaba el pueblo, aunque viviera en la miseria, el hambre y la desnutrición. Con ello los hacendados convencían a sus esclavos y sirvientes a luchar contra los «huaches» (extranjeros) que buscaban invadir Yucatán introduciendo la revolución.
6. El estado de Yucatán -donde se estableció parte de la cultura maya hace más de dos mil años- apenas tiene hoy dos millones de habitantes de los 120 millones con que cuenta la república mexicana; además es un estado económicamente pobre (por el monocultivo del henequén que vivió de 1870 hasta desplomarse en 1970), cercano a lo miserable y con una escasísima participación política y falta de integración por su lejanía con del centro de los poderes de las decisiones nacionales. Incluso por ello se le ha acusó a través de la historia, de ser autonomista o partidario de independizarse de México. Pero a pesar de ese aislamiento, Yucatán vivió de 1915 a 1924 un interesante ciclo revolucionario que acabó con dos personalidades: Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto.
7. Se ha comparado en estatura política a estos dos personajes por representar las figuras revolucionarias más importantes y casi únicas de la entidad. A Alvarado le cupo la gloria de ser el introductor indiscutible en marzo de 1915 de la revolución mexicana en Yucatán, cuando el estado estaba totalmente en manos de los hacendados terratenientes; a Carrillo (que se acercó al zapatismo en Morelos) le tocó la suerte de integrarse al gobierno de Alvarado y recibir su apoyo para impulsar el reparto de tierras y crear el Partido Socialista del Sureste. Me llamó la atención que fueron asesinados el mismo año (1924): Alvarado en Tabasco siendo un rebelde, por el ejército del gobierno Obregón-Calles, y Carrillo en Yucatán siendo gobernador derrocado por la rebelión de la huertista y los hacendados yucatecos.
8. La revolución mexicana de 1910-17 fue indiscutiblemente una revolución burguesa o simplemente fue un acomodamiento al modo capitalista de producción que comenzó a implantarse en el mundo en el siglo XVI. Ya desde mediados del siglo XIX -durante el juarismo y la reforma- se hablaba de la «acumulación originaria de capital» con las leyes de desamortización y nacionalización de las tierras. Así que desde entonces todos los gobernantes desde Juárez, Díaz y los de la revolución mexicana, sólo tuvieron en objetivo de consolidar el capitalismo con políticas nacionalistas, privatizadoras o neoliberales. Los gobiernos de Alvarado y Carrillo fueron sólo una forma de desarrollar el capitalismo combatiendo el conservadurismo atrasado, retrógrada y buscando modernizar la relación con los trabajadores.
9. A los dos les correspondió tareas diferentes: Alvarado fue comisionado por Venustiano Carranza -el máximo representante de la revolución- para que derrotara a aquellos que se habían sublevado en Yucatán y aún peleaban por la autonomía del estado; este general tuvo que entrar a Yucatán -por el estado de Campeche- con sangre y fuego por la resistencia que organizaron los hacendados yucatecos contra la revolución. Luego tuvo que imponer medidas que urgían en Yucatán donde llegaron a existir mil 500 haciendas propiedad de unos 50 poderosas familias que con las riquezas que obtuvieron construyeron el «afrancesado» Paseo de Montejo, las mansiones que lo adornaron, fastuosas casas principales en las haciendas y enviaron a sus hijos a estudiar a Europa y los EEUU.
10. Hay que recordar que antes de enviar a Alvarado a Yucatán, Carranza comisionó en 1914 (meses antes) para ser gobernadores a Eleuterio Ávila y a Toribio de los Santos; llegaron al poder de Yucatán con el apoyo de las fuerzas revolucionarias constitucionalistas. Ninguno supo o pudo resistir la presión que la oligarquía yucateca capitaneada por el poderoso hacendado y cacique Olegario Molina. En febrero de 1915 el general Abel Ortiz Argumedo (agente de Molina) tomó la plaza de Mérida y se autoproclamó gobernador y comandante militar del estado mediante un discurso autonomista para ganarse la voluntad de los yucatecos; lo que obligó a Carranza -al ver el fracaso de los dos enviados- a mandar a Alvarado respaldado por su prestigio militar.
11. Alvarado, para imponer la Revolución en Yucatán, tuvo que luchar muy fuerte contra lo que él bautizó como «la casta divina», es decir, la estrecha unidad del todopoderoso clero con los hacendados terratenientes. Alvarado llegó a Campeche en los primeros días de marzo de 1915. El día 14 tuvo los primeros enfrentamientos con las fuerzas argumedistas a las que derrotó. El día 16, en Halachó se consumó la derrota definitiva de los rebeldes. Ortiz Argumedo partió de Mérida hacia el oriente rumbo al puerto de El Cuyo. Ahí tenía planeado embarcarse para huir del estado. Zarpó hacia Cuba llevándose con él buena parte del tesoro estatal, junto con otros fondos privados que sus patrocinadores le habían confiado para conducir los hechos bélicos.
12. El 19 de marzo de 1915 entró Alvarado a la ciudad de Mérida; hizo reformas políticas, económicas, sociales y legislativas; de entrada integró al poder público a la Comisión Reguladora del Mercado del Henequén, instrumento clave para el control de la principal actividad económica. Decretó la liberación de los trabajadores domésticos que vivían en condición de esclavitud. Se reconocieron los derechos laborales, incluyendo el derecho de huelga. Se hizo lo mismo con los derechos de la mujer. Se reglamentó el salario mínimo. Se promulgaron leyes de gran contenido social, entre las más importantes las denominadas «Cinco hermanas»: La ley Agraria, la de Hacienda, del Trabajo, del Catastro y la Ley Orgánica de los municipios del Estado. Se enfrentó al poder del clero.
13. Se apunta además que Alvarado, con el apoyo de Carrillo, estableció la Casa del Obrero Mundial (aunque engañada y comprada por el mismo Obregón en 1915) para servir -según dijo- de apoyo a los trabajadores yucatecos. También organizó el primer Congreso Pedagógico, por un lado y el Feminista, por otro. Fundó, entre otras, las escuelas de Agricultura, de Artes y de oficios, de Bellas Artes y la de Libre Derecho Estatal. Expidió una importante ley de repartición de tierras y de protección a los Obreros. Declaró a Yucatán el primer estado seco de la República, buscando acabar el alcoholismo entre los indígenas. Combatió la prostitución y a sus principales explotadores. Luchó contra el fanatismo religioso.
14. En las elecciones de 1917 organizadas por Salvador Alvarado, poco antes de su salida de Yucatán, se restableció el Partido Liberal Yucateco integrado en buena medida por miembros activos de los grupos que habían sido afectados por Alvarado y que contaron con el apoyo de Carranza. Este partido postuló como candidato a la gubernatura al militar Bernardino Mena Brito. Por otro lado, el Partido Socialista de Yucatán, Alvarado y Carrillo, dio su apoyo al obrero Carlos Castro Morales, dirigente ferrocarrilero que había participado en la primera huelga obrera de Yucatán en 1911. Éste triunfó para gobernar cuatro años (1918-22) pero le tocó la confrontación de Obregón-Carranza del Plan de Agua Prieta, el asesinato de éste último y varios interinatos.
15. Salvador Alvarado salió de Yucatán el 1 de febrero de 1918 después de organizar y llevar a cabo las elecciones estatales de noviembre de 1917, de acuerdo a lo establecido en la recién promulgada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Intentó contender él mismo en el proceso electoral pero no obtuvo el permiso porque no tenía el tiempo legal de residencia requerido en Yucatán para aspirar a la gubernatura. Ocupó varios cargos nacionales en el interinato de Adolfo de la Huerta, compró un periódico de circulación nacional y luego en la confrontación y rebelión de De la huerta contra Obregón-Calles, tomó partido por la rebelión, mientras Carrillo lo hizo por el callismo. Los dos fueron asesinados defendiendo su bandera.
16. Alvarado vivió en Yucatán la consolidación del poder carrancista, más no su caída en 1920. Gobernaba cuando Villa fue derrotado por Obregón en Guanajuato; cuando Obregón expidió el decreto sobre el salario mínimo para los estados de Michoacán, Querétaro, Hidalgo y Guanajuato; cuando el gobierno yanqui de Wilson reconoció al constitucionalismo como gobierno de facto; cuando Villa invadió al norteamericano pueblo de Columbus; cuando se fundó la Confederación de Trabajadores de la Región Mexicana y cuando se amenazó a los obreros con pena de muerte por irse a la huelga. Por último vio lanzarse la convocatoria para el Congreso Constituyente y como éste prohibió -a los que no tuvieran cinco años de residencia en el estado, que pudieran ser gobernadores.
17. A Carrillo lo he tratado en más de diez artículos anteriores, por ello va una pregunta final: Si los dos gobernantes: Alvarado y Carrillo contribuyeron a enterrar al Porfirismo y a sus herederos, así como a modernizar el capitalismo en México y Yucatán, ¿Por qué a los dos, que estuvieron contra los hacendados y la reacción clerical: a Alvarado (sinaloense) apenas lo recuerdan algunos y a Carrillo (yucateco) como un ícono, le hacen homenajes cada año por el gobierno y el PRI desde que fue fusilado en 1924? ¿Tiene que ver con alguna herencia? Obviamente el pueblo yucateco nunca ha sido participe de ningún homenaje porque sabe que este es un oficio que sirve de exhibición a los políticos en los que no tiene estima alguna. (1/III/15) (Ver mi libro: Prensa y poder en el neoliberalismo)
18. Se han registrado a lo largo de la historia política de Yucatán muchas ideas acerca del personaje Felipe Carrillo Puerto, asesinado en enero de 1924 por fuerzas combinadas de la Rebelión encabezada por Adolfo de la Huerta, los hacendados yucatecos y probablemente sus enemigos políticos. Se recuerda a Carrillo por la derecha en negativo como un «socialista», apoyador de los campesinos y enemigo de los hacendados. Los gobiernos centristas del PRI repiten lo anterior pero en positivo convirtiéndolo por conveniencia en un mito diciendo que fue un verdadero socialista, que fue el salvador de los campesinos y enemigo de los hacendados. La izquierda, que es inteligente y debe hacer análisis reflexivos y críticos, no puede caer en la propaganda de uno u otro: ni del Diario de Yucatán y el PAN que lo condenan, ni del gobierno del PRI y los periódicos que falsamente lo idolatran.
19. Quizá sería importante repetir que en ningún país del mundo (Rusia, China o Cuba) ha existido socialismo. Lo que se registró en esos lugares fueron revoluciones -mal llamadas socialistas- que se plantearon voluntariamente construir el socialismo, que sus dirigentes (entre ellos, Lenin, Mao y Castro) hicieron «hasta lo imposible» para cumplir con honestidad, pero no pudieron porque las fuerzas del capitalismo y el imperialismo se los impidieron. El regreso al capitalismo ha sido real y lo que se registra en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, a pesar de los enormes esfuerzos de sus gobiernos antimperialistas, son muestras evidentes de que mientras el poderoso imperialismo de los EEUU y sus apoyadores como Inglaterra, Israel, Alemania, siga en pie, será casi imposible ningún socialismo que avance hacia la eliminación del trabajo asalariado, de la plusvalía y la implantación de la igualdad.
20. En México, como país, nunca ha habido socialismo: ni en los tiempos de Obregón o en el sexenio cardenista; mucho menos en alguno de sus estados de la República: llámese Yucatán, Tabasco, Veracruz, Michoacán o Jalisco. Lo que sucedió en los años veinte con Obregón es que esos años fue la etapa más radical de la revolución (burguesa) mexicana (1910-17) y surgieron personajes muy radicalizados: Soto y Gama, Tejeda, Zuno, Carrillo Puerto, Mújica, Garrido Canabal, muy dependientes del obregonismo y el callismo. Muchas medidas que tomaron en sus respectivos estados buscaban cumplir radicalmente con la revolución e inclusive superaban en algunos estados al mismo obregonismo. En aquellos estados, Yucatán entre ellos, se endureció la línea porque la reacción de los hacendados, de la derecha y de la iglesia era fuerte. La revolución burguesa buscaba enterrar el feudalismo. Nada más.
21. Quien trajo la Revolución Mexicana a Yucatán y la introdujo con sangre y fuego en 1915 fue el sinaloense Salvador Alvarado. Los hacendados yucatecos buscaban imponer la autonomía de Yucatán cuando Carranza envió a Alvarado para parar esa autonomía. Éste radicalizó su gobierno a pesar que Carranza se oponía; Alvarado fundó la Casa del Obrero Mundial en Yucatán y fundó el Partido Socialista Obrero después «de Yucatán». Él recibió a Carrillo en su gobierno y también impuso a un obrero ferrocarrilero -Castro Morales- como gobernador del estado cuando la Constitución de 1917 prohibía que nadie que no viviera cinco años antes en el estado pudiera ser gobernador. Alvarado era radical, pero al final tuvo que conciliar ante la fuerza de los hacendados. Bautizó a esto como la «casta divina» (alianza de ricos hacendados y clero), pero también disgustado llegó a decir que los yucatecos eran unos cobardes.
22. De 1918 a 1921 Carrillo convocó a dos congresos obreros socialistas -uno en Motul y otro en Izamal- sin existir clase obrera numerosa y una entidad 90 por ciento campesina. La realidad es que la mayor influencia la tenía la CROM de Luis Morones representado por Samuel Yúdico. Las demandas respondían a la lucha antifeudal y «modernizadora» y en ningún momento se apoyó a la revolución rusa ni a Lenin; al contrario, se tuvo mucho cuidado de no contaminarse. La realidad es que en vez de obreros (que no existían) los asistentes eran campesinos henequeneros de Motul e Izamal y sus alrededores que reclamaban tierras de los latifundios de las haciendas. El llamado socialismo era de arriba-abajo, del gobierno a las ligas de resistencia campesina. En aquellos años el carrillismo se opondría a los obreros ferrocarrileros y a los obreros progreseños.
23. La vena de Carrillo iba naturalmente hacia los campesinos y hacia la repartición de tierras y no hacia los obreros donde dominaba la CROM. De socialista sólo tiene el nombre, como miles de gobernantes en el mundo que así se autodefinieron. No debe confundirse nunca la demandas socialistas con las demandas «modernizadoras burguesas» que buscan acabar con el atraso semifeudal. Repartir tierras, aumentar salarios, hacer una huelga, debe apoyarse, pero no dejan de estar dentro del campo de las reformas burguesas; las demandas socialistas o de transición son otra cosa: tienen que avanzar hacia la igualdad política, económica y social; deben buscar abolir el trabajo asalariado y establecer el gobierno autogestivos horizontal, revocable y, como se dice hoy: que gobierne obedeciendo. Carrillo fue hombre bueno -como hay millones- pero nunca se salió de la sociedad burguesa. Nada más.
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