Recomiendo:
0

Segunda vuelta en Bolivia o el triunfo del mal menor

Fuentes: Rebelión

Ayer domingo se llevó a cabo – por primera vez en su historia – la segunda vuelta para la elección presidencial en el Estado Plurinacional de Bolivia.

Con la derrota de la izquierda en la primera vuelta del 17 de agosto, la opción en la segunda vuelta era entre Rodrigo Paz Pereira que podríamos llegar a catalogar como de centro derecha del Partido Demócrata Cristiano y Jorge “Tuto” Quiroga de extrema derecha de la Alianza Libertad y Democracia (Libre).

Según datos del Sistema de Resultados Preliminares (SIREPRE) con el 98,2% de los votos computados, Paz Pereira obtuvo el triunfo con el 54,53% contra el 45,5% de Tuto Quiroga (quien ya reconoció su derrota y felicitó al ganador) y asumirá el cargo el próximo 8 de noviembre.

En un artículo anterior en el cual analizábamos los resultados de la primera vuelta1, avizorábamos el probable triunfo de Paz Pereira en la segunda vuelta y los problemas de gobernabilidad que tendría desde el vamos. Sin mayorías parlamentarias propias (16 senadores en 36 y 49 diputados en 130) y ante la nula representación de la izquierda (sin senadores y sólo 1 diputado) tendría que recurrir a los votos de la derecha y negociar con el empresario Samuel Doria Medina cuyo grupo Alianza Unidad obtuvo 7 senadores y 26 diputados, y de esta forma no recurrir a Quiroga.

Pero todo apoyo tiene un precio. Veremos en el futuro cercano las concesiones que deberá llevar a cabo.

El campo popular

La derrota del campo progresista luego de un proceso de cambios de 20 años es de por sí lamentable.

Pero lo más preocupante a mi juicio es el actual estado de situación del campo popular.

Los personalismos dentro y fuera del gobierno que llevaron a múltiples fracturas en las diversas organizaciones sindicales y las sociales de campesinos y pueblos originarios reunidas en el llamado Pacto de Unidad – conformado por la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia «Bartolina Sisa» (CNMCIOB-BS), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), además de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) – permanecen incambiados.

La Central Obrera Boliviana (COB) tuvo del 6 al 10 de octubre en Cobija su XVIII Congreso.

En el mismo se designaron nuevas autoridades con el dirigente minero estatal Mario Argollo como Secretario Ejecutivo, desplazando a las muy cuestionadas anteriores que estuvieron por más de siete años con Juan Carlos Huarachi al frente, cuando debían haber estado por dos años.

La nueva directiva, dando una buena señal, ya manifestó que se opondrá férreamente a toda medida gubernamental de carácter neoliberal, sea la supresión de subvención de los combustibles o la privatización de la salud y la educación o la enajenación de los recursos naturales.

Para volver a la senda de cambios será menester comenzar desde ya un proceso de acercamiento de todas las organizaciones populares a los efectos de llegar a una suerte de congreso del pueblo en el cual confluyan las autocríticas y entre todos se vayan elaborando las bases de una plataforma programática.

Sin negar la importancia de los liderazgos que puedan ir surgiendo, ésta plataforma deberá ser el instrumento que concientice y movilice a las masas en pos de luchar por mantener sus derechos conquistados y enfrentar las medidas neoliberales en el próximo quinquenio.

Será un proceso nada fácil para el cual se requerirá mucha paciencia y sobre todo una actitud de amplitud fraterna; que sea el germen fundacional de una fuerza política unitaria que pueda disputar exitosamente el gobierno en el año 2030.

Nota:

1 https://rebelion.org/elecciones-en-bolivia-cronica-de-una-derrota-anunciada/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.