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Si once ricos dominan México, menos de mil someten al mundo

Fuentes: Rebelión

  1. En México existen más de 106 millones de habitantes, pero sólo 11 ricos marcan el estilo de vida de los mexicanos. Son diez hombres y una mujer   los multimillonarios de México, los once empresarios que más influyen en nuestra vida privada. Lo que puede observarse es el resultado de su habilidad para […]

 

1. En México existen más de 106 millones de habitantes, pero sólo 11 ricos marcan el estilo de vida de los mexicanos. Son diez hombres y una mujer   los multimillonarios de México, los once empresarios que más influyen en nuestra vida privada. Lo que puede observarse es el resultado de su habilidad para no tener competencia, para hacer su voluntad, explicó el periodista Jorge Zepeda Patterson, al presentar su libro: «Los amos de México». Ellos mueven los hilos de cada día en nuestro país: Carlos Slim (Teléfonos, Grupo Carso); Emilio Azcárraga Jean (Televisa); Alberto Bailleres (Minera Peñoles); Roberto Hernández Ramírez (Banquero y hotelero); Lorenzo Servitje (pan Bimbo); Lorenzo Zambrano (CEMEX); Roberto González Barrera (Maseca y Banorte) y María Asunción Aramburuzabala (Grupo Modelo), que por fortunas heredadas o forjadas en imperios, son capaces de que los políticos se subordinen a sus intereses.

 

2. Como nuevos miembros de la lista se incluye a Olegario Vázquez Raña: zar de la salud privada en México, dueño de los hoteles Camino Real, Excélsior, etcétera, porque era uno de los más dinámicos en los últimos años. Alejandro Ramírez, de Cinépolis, no está entre los 20 más ricos del país, tampoco Jorge Vergara el dueño de Chivas y Omnilife, pero fueron estudiados porque ambos son los capitales más dinámicos de sus regiones En la lista faltan varios: Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca y tiendas; Jerónimo Arango, Aurrerá/Wal Mart; Isaac Saba, Medicinas, textiles y hoteles; Alfredo Harp Helú, Inbursa, Banamex, Bolsa de Valores, así como Alejo Peralta de Iusacel. Hay muchos más multimillonarios, pero los que deciden sobre programas económicos y políticos son esos personajes arriba nombrados. Son el verdadero poder tras el trono; son los que deciden por encima del presidente y demás poderes.

 

3. El dominio de multimillonarios en México no es nuevo; tampoco algún país capitalista escapa de que un puñado de ricos lo domine. Aunque la enorme mayoría de los habitantes lo ignoren, los más perspicaces estudiosos, periodistas, universitarios, están enterados de esa realidad e incluso los investigadores políticos poseen las listas de las empresas donde tienen sus negocios y capitales. Antes esos personajes caminaban erguidos presumiendo sus grandes propiedades y riquezas, pero desde hace unos 30 años (al mismo ritmo en que creció la miseria y el desempleo en la población) viven en mansiones rodeadas por policías y toda la familia es seguida por guardaespaldas. Esos personajes y sus familias son los más preocupados porque el gobierno coloque en primer lugar el llamado combate contra la inseguridad, los asaltos, secuestros y el robo. Por eso también hoy intervienen más para que los gobiernos se subordinen a sus deseos.

 

4. Algunas personas escasamente informadas siguen pensando que en los EEUU, Inglaterra, Francia o Alemania, Italia (bautizados entre ellos mismos como «países democráticos») son democracias reales, es decir, gobiernos del pueblo y para el pueblo, como la definiera Lincoln. Sin embargo, la realidad es muy distinta: en cada uno de esos países dominan unos 10 o 20 grandes banqueros, industriales e inversionistas. Lo cierto es que coinciden totalmente con la definición nada cínica de nuestro «eximio» presidente Fox ante empresarios extranjeros cuando dijo: «El gobierno democrático de México es de empresarios, por y para empresarios». Personajes ampliamente conocidos como los Rockefeller, Gate, Buffet, Brin, Page, Morgan, Murdoch, Belrusconi, etcétera, controlan la economía, la industria de guerra o los medios de comunicación de cada una de esas naciones. ¿No sería mejor decir que los ricos someten «democráticamente» a los pobres?

 

5. Antes de 1982, la política en México era diferente: los banqueros, industriales y grandes comerciantes intervenían en política indirectamente, de manera sutil o, de plano, lo hacían a escondidas. Lo mismo hacían los políticos cuando visitaban a los empresarios o a los miembros del clero. Aunque el presidente y los secretarios de su gabinete acudían a reuniones empresariales, los priístas, por proclamar «principios revolucionarios» cuidaban mucho sus apariencias. Los del PRI se acercaban más a la izquierda, aunque también se cuidaban de que no los calificaran de comunistas o amigos de ellos. Sin embargo, a partir de 1982 las relaciones políticas cambiaron radicalmente. Al proclamar De la Madrid que «el Estado devolverá a la sociedad lo que le había quitado», es decir, el estado se «adelgazaría» en beneficio de los empresarios privados, entregándoles (a precios bajos») bancos estatizados, empresas paraestatales y demás.

 

6. Salinas de Gortari, siendo presidente, reunió en febrero de 1993 a 29 magnates (de los más ricos de México) y les dijo: «Son ustedes hombres triunfadores, exitosos, con gran poder de convocatoria, gracias a lo cual están en condiciones para reunir los 75 millones de nuevos pesos». Ortiz Mena, exsecretario de Hacienda dijo: En México hay dos partidos: el PAN y el PRI y es necesario conservar a este último como primer partido, porque no puede darse el lujo de pasar a segundo plano. No mencionó al PRD que tenía ya cuatro años. Ortiz les propuso reunir cada uno 75 millones de nuevos pesos. Emilio Azcárraga, el dueño de Televisa y hombre más rico dijo: «He ganado tanto dinero en estos años que me comprometo a aportar una cantidad mayor». Así funcionaba el PRI, por eso Felipe Calderón en sus primeros actos de campaña convocaba a los empresarios para pedirles dinero de manera descarada y abierta.

 

7. López Obrador, el candidato del PRD, despreció invitaciones empresariales, incluso se atrevió a criticarlos. Zepeda Patterson, cuando le han preguntado si los empresarios participan apoyando a partidos, él responde: Sin duda. Algunos participaron mucho y otros…también. Servitje de Bimbo apoyó explícitamente las campañas a favor de Calderón y en contra de AMLO; Roberto Hernández (el ex de Banamex) enemigo declarado de El Peje, también hizo lo suyo. Slim operó para influir pero con un pie en cada uno de los partidos. Hay muchas relaciones entre los poderosos políticos y los empresarios. Por ejemplo, uno de los capítulos es sobre Roberto González Barrera, el Maseco, dueño de Banorte y de Maseca. Uno de los más ricos del país. Su hija está casada con un hijo de Hank González. Es decir su nieto se llama Carlos Hank González. Una hija de Pedro Aspe casada con un hijo de Bailleres, una hija de Servitje casada con el que fue de comunicación social de Zedillo.

 

8. Por ese dominio empresarial, aunado a la asociación de las organizaciones empresariales con inversionistas y gobierno norteamericano, resultan muy difíciles los avances de organizaciones de izquierda electoral. Cuando son grupos u organismos pequeños pueden mantener su radicalismo en beneficio de los sectores mayoritarios de la población, pero para crecer tienen que realizar alianzas con la clase empresarial y el gobierno. O son organismos pequeños, aislados y radicales o crecen con la protección y apoyo de la burguesía para luego convertirse en más de lo mismo, incluso en enemigos de los mismos trabajadores. Hay varias decenas de diputados y senadores en los partidos políticos que están al servicio de los grupos empresariales. Personajes como Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los diputados del PRI, es el que se muestra más abiertamente, pero más de 50 no hablan pero sí votan y convencen a otros. ¿Qué hacer?

 

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