Después de un año de gobierno de facto con una política internacional de servilismo e incondicional sometimiento a las políticas de Estados Unidos, Bolivia no solamente ha recuperado el proceso democrático emancipador sino que ha avanzado en una estrategia de posicionamiento de dignidad y soberanía en los contexto de las relaciones regionales y mundiales, retomando así los hitos de la diplomacia de los pueblos, la autodeterminación nacional y los proyectos de integración liberadora de América Latina y el Caribe bajo la perspectiva bolivariana de la Patria Grande impulsados por el gobierno de Evo Morales del Movimiento Al Socialismo (MAS) de 2006 a 2019.
El presidente Luis Arce, el vicepresidente David Choquehuanca y el canciller Rogelio Mayta, responsables de las relaciones internacionales del país, han conducido las iniciativas diplomáticas de los últimos doce meses priorizando los vínculos con los gobiernos progresistas, nacionalistas y antiimperialistas de la región; retomando las relaciones con China y Rusia para enfrentar la pandemia del covid-19, impulsar los proyectos de industrialización y ratificar el reconocimiento de la multilateralidad; y posicionando los principios soberanos del país en los organismos internacionales.
Los primeros pasos estuvieron vinculados a romper el aislamiento internacional y a enfrentar la crisis sanitaria. Al respecto las relaciones con el gobierno argentino de Alberto Fernández fueron vitales tomando en cuenta que éste manifestó su total apoyo al flamante gobierno democrático de Luis Arce; de la misma importancia han sido las relaciones con el gobierno de México del presidente Andrés López Obrador que demostró plena Solidaridad durante el Golpe de Estado y dispuso enviar un avión para rescatar a Evo Morales ante el peligro que corría, además que su embajada en La Paz aseguró el asilo de los perseguidos políticos y tuvo choques diplomáticos con el desgobierno de Añez.
INTEGRACIÓN EMANCIPADORA
Las relaciones con estos dos países se han fortalecido en el último año y se han abierto proyecciones muy importantes en las relaciones bilaterales y de acción conjunta en el plano regional reimpulsando los principios de la integración soberana de todos los países de América Latina y el Caribe a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), tomando en cuenta que la CELAC se ha convertido en el interlocutor privilegiado de las relaciones económicas y políticas con China.
Las tradicionales relaciones de hermandad con los gobiernos antiimperialistas de Venezuela, Cuba y Nicaragua se recompusieron rápidamente después de los disparates del gobierno de facto que reconoció a Juan Guaidó como presidente, suspendió relaciones diplomáticas con Cuba y retiró a las brigadas voluntarias de los médicos y personal de salud cubanos, cerró la embajada de Bolivia en Managua (igual lo hizo con Irán) y se alineó con la política de Washington a través del Grupo de Lima y la OEA.
Notables y rápidas fueron las acciones de política internacional para enfrentar los efectos de la pandemia. El propio presidente Luis Arce encabezó los contactos con el presidente Vladimir Putin de Rusia y el presidente Xi Jin Ping de China para conseguir las vacunas necesarias para inmunizar a la población, lo que permitió al país frenar los efectos de la enfermedad. En ese mismo sentido las relaciones económicas y comerciales con estas dos potencias se fortalecieron en el marco de los principios de respeto y soberanía en un mundo multipolar.
CELAC, ONU, GLASGOW
La participación de Luis Arce en la Sexta Cumbre de Presidentes de la CELAC, realizada en México en septiembre de 2021, fue muy importante para recuperar el impulso de la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe y dar mayor potencial a la integración soberana de la región y manifestar desde Bolivia el total respaldo al gobierno mexicano que preside pro tempore este proyecto.
De igual manera, el presidente Arce participó en el 76º periodo de la Asamblea de la ONU en Nueva York para manifestar la vital importancia de la recuperación de la democracia en Bolivia, los avances de reactivación económica y de lucha frontal contra la crisis sanitaria, demandando asimismo el respeto a la soberanía de los pueblos y denunciando los efectos nocivos del Golpe de Estado y del apoyo de algunos países al margen de los principios internacionales.
En la Cumbre del Clima en Glasgow, Escocia, el presidente reforzó la posición boliviana de lucha contra el cambio climático bajo los principios de la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y los de la Madre Tierra – la Pachamama -, identificando al capitalismo metropolitano como la causa principal del calentamiento global, el mismo que pretende transferir las responsabilidades a los países del Tercer Mundo.
PERSPECTIVA LATINOAMERICANA
En la región, la política internacional de Bolivia priorizó la perspectiva latinoamericana de la integración soberana retirándose del Grupo de Lima que favorecía las políticas de injerencia e intervención del gobierno de Washington; denunciando las acciones abusivas del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, impulsor del argumento de fraude electoral en las elecciones de octubre de 2019 sin ninguna prueba.
Asimismo, se avanzó en la complementación de iniciativas y proyectos con el nuevo gobierno de Pedro Castillo del Perú con la realización del gabinete binacional de ambos países; y fortaleciendo las relaciones con Cuba, Venezuela y Nicaragua en la Alternativa Bolivariana de los Pueblos (ALBA) creada por los comandantes bolivarianos Fidel Castro y Hugo Chávez.
El pasado 30 de diciembre el presidente Arce se comunicó telefónicamente con el flamante presidente electo de Chile, Gabriel Boric, con el que coincidieron en llevar adelante una relación bilateral que mejore las relaciones exteriores en la perspectiva de encontrar mayores coincidencias a nivel regional.
SOBERANÍA Y AUTODETERMINACIÓN
En otro ámbito, Evo Morales ha impulsado la formación, en abril de este año, de RUNASUR (seres humanos del sur), instancia internacional constituida por sindicatos, organizaciones indígenas, campesinas, de mujeres y populares de América Latina para acompañar y apoyar los procesos nacionalistas progresistas, nacionalistas y antiimperialistas y rechazar y resistir las políticas conservadoras y neoliberales de otros gobiernos de la región.
El reciente capítulo de las relaciones diplomáticas de Bolivia ha sido el respaldo de Argentina y Nicaragua a través de la presencia de los embajadores Ariel Basteiro y Elías Cheves en la Marcha por la Patria, en defensa de la democracia y de apoyo al gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca con la participación de un millón de trabajadoras y trabajadores del campo y las ciudades encabezadas por el ex presidente Evo Morales Ayma.
En síntesis, la política internacional de Bolivia en la gestión de un año ha recuperado los principios de soberanía nacional, de autodeterminación de los pueblos y ha priorizado las relaciones de integración y unidad de los países y pueblos de la Patria Grande.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo y docente de la UMSA.
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