Los países de ingresos altos han recibido 1.100 millones de vacunas frente a los 10 millones de vacunas que han recibido los países de ingresos bajos. Mientras, la UE sigue bloqueando la liberalización de patentes para producir más allá de las farmaceúticas.
Mientras Canadá, Reino Unido o España ya han suministrado al menos una dosis entre cerca del 70% de sus habitantes, países como Mozambique, Nigeria o Sudán apenas llegan al 2%. Y es que solo el 1,1% de los ciudadanos que habitan en países de ingresos bajos han recibido al menos un pinchazo, según los datos registrados por el observatorio impulsado por Universidad de Oxford Our World in Data.
Ranking de países según porcentaje de personas con alguna dosis de la vacuna por país
Raquel González, responsable de relaciones externas de Médicos Sin Fronteras, aporta más datos. “Para llegar al objetivo de inmunizar al 70% de la población, necesitaríamos 12.000 millones de dosis de vacunas (dos dosis por persona) y sólo se han puesto 3.900 millones”. Y estos millones se reparten así: Los países de ingresos altos han recibido 1.100 millones de dosis, los de ingresos medios-altos 2.000 millones, los de ingresos medios-bajos unos 700 y los de ingresos bajos solo 10 millones.
“El desequilibrio es brutal”, resume González, mientras alerta de que, en términos globales, un 27,5% de la población ha recibido al menos una dosis, y en el continente africano este porcentaje se reduce al 2%. “Canadá llegó a quintuplicar el número de su población en vacunas acaparadas”, avisa.
Mientras, los “parches” establecidos a escala mundial para procurar un reparto equitativo de dosis como el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid- 19 (COVAX) no han cumplido sus objetivos. “COVAX tenía un objetivo de distribuir 1.800 millones de dosis en todo el mundo, cubrir al 20% de la población de los países de rentas bajas. De esos 1.800 millones que se había comprometido a distribuir, lleva 153 millones de dosis. Una cantidad enormemente insuficiente”.
Fuera patentes
Al mismo tiempo, la Organización Mundial del Comercio (OMC), que estos días ha celebrado un Consejo General, mantiene bloqueada la posibilidad a una exensión a la propiedad intelectual de las vacunas, pruebas diagnóstico y otros tratamientos contra el covid-19, que posibilitaría que los medicamentos se fabricasen más allá de las fronteras impuestas por las farmaceúticas. Una propuesta lanzada por India y Sudáfrica hace ya 10 meses y presentada al Consejo de los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual con el Comercio (ADPIC) —formado por todos los países integrantes de la OMC—. El 20 de noviembre Estados Unidos, Japón y los países de la UE, entre ellos España, bloqueaban la petición.
Pero, desde entonces, ha habido avances y ya son 104 países los que apoyan la liberalización de patentes, entre ellos Estados Unidos. “Esta es una crisis de salud mundial y las circunstancias extraordinarias de la pandemia de la covid-19 exigen medidas extraordinarias”, sostenía en un comunicado la representante de Comercio Exterior estadounidense, Katherine Tai, el pasado 5 de mayo.
Poco después, el Gobierno español emitió el documento Non Paper español, una estrategia a favor de la propuesta de India y Sudáfrica, para acelerar la obtención de vacunas mediante mecanismos para compartir conocimiento, aumentar la producción y acelerar la distribución. “La propiedad intelectual no puede ser un obstáculo en la lucha contra la covid-19 ni para los esfuerzos por garantizar el acceso equitativo y universal a las vacunas. Se debe alcanzar un consenso de manera urgente sobre la propuesta de la exención temporal sobre ciertas obligaciones del Acuerdo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio”, afirma el documento.
También el Parlamento Europeo, el pasado 10 de junio, votaba a favor de una enmienda que pide a los países europeos que apoye la suspensión temporal de las reglas de propiedad intelectual para las vacunas. Desde Intermon Oxfam, miembro de la plataforma civil The people`s Vaccine que presiona para conseguir vacunas para todos, han festejado esta decisión que, aunque simbólica, lanza un mensaje claro a los gobiernos europeos para que muevan ficha a favor de la liberalización de patentes.
“Otros países que también están cualificados para fabricar más vacunas deben recibir el conocimiento y la tecnología necesarios. Esto reducirá los costes para que las vacunas sean accesibles para todo el mundo”, afirma Íñigo Macías, responsable de investigaciones de esta entidad.
“Somos testigo de lo que sucede cuando las grandes farmacéuticas solo se preocupan por sus ganancias: más muertes y sufrimiento. Es totalmente injusto que esté en sus manos la decisión de quién va a vivir o quién muere. Especialmente ahora con las nuevas cepas. La UE ha ayudado a los grandes multimillonarios farmacéuticos durante bastante tiempo, ahora tenemos que ayudar a los miles de millones personas que no tienen acceso a las vacunas. Es hora de romper los monopolios de las vacunas y priorizar la vida de las personas a las ganancias”, sentencia el portavoz de Intermón Oxfam. Sin embargo, tanto la UE como los países del entorno (Noruega, Reino Unido y Suiza), siguen cerrando la puerta a esta exención temporal.
Incremento de contagios
Y mientras que en Europa el incremento de contagios derivado de la nueva variante delta no se está traduciendo en un incremento de muertes gracias a la acción protectora de la vacuna, los países de menores ingresos se enfrentan a este escenario sin ninguna protección.
Tomemos como ejemplo Reino Unido frente a Indonesia, con un 68,72% de población con al menos una dosis en el primer caso y el 16,55 % de población con una dosis en el segundo. Mientras que la curva de contagios se ha disparado en los dos países por igual, rozando los 60.000 casos diarios a mediados de julio, el número de muertes se ha reducido en Reino Unido a una o dos al día, frente a las 1.500 diarias que ha llegado a registrar Indonesia.
En términos globales el covid-19 no golpeó en exceso a África durante 2020. “Pero en las últimas semanas ha habido aumentos del 40% de contagios semanales. Eso es una barbaridad. Por ejemplo, Uganda tuvo que cerrar sus fronteras ante el incremento de casos”, afirma Raquel González.
“Y así estamos siete meses después de conseguir tener una vacuna que fue financiada en buena parte con dinero público. Lo lamentable es que ahora tenemos vacunas pero no somos capaces de habilitar un sistema para que haya un mayor equilibrio en su distribución justa. Estamos planteándonos en Europa una tercera vacuna cuando hay países que ni siquiera tienen a los sanitarios vacunados”, expresa la portavoz de Médicos Sin Fronteras. “Esto es un problema de salud pública global y no vamos a acabar con la pandemia hasta que no acabemos con el covid-19 en todo el mundo”, sentencia.