Bajo el áurea protectora de la revolución cubana los jóvenes del Movimiento de Hip Hop reclaman un sitio para proyectar su mensaje contra cualquier signo de apatía política, conjuran su espíritu rebelde y se adscriben a la tradición comunitaria de América Latina en el empeño de atraer a las instituciones culturales del país porque «es […]
Bajo el áurea protectora de la revolución cubana los jóvenes del Movimiento de Hip Hop reclaman un sitio para proyectar su mensaje contra cualquier signo de apatía política, conjuran su espíritu rebelde y se adscriben a la tradición comunitaria de América Latina en el empeño de atraer a las instituciones culturales del país porque «es hora de que tomen en cuenta cómo queremos trabajar, cómo queremos expresar este movimiento y esta cultura dentro de la gran cultura de Cuba».
Así expresó Irak Sáez, uno de los integrantes de la banda rapera Doble Filo, cuando en un breve impasse de los últimos días del Simposio, conversábamos bajo la sombra de uno de los frondosos árboles que adornan el colorido patio de la Casa de la Cultura del céntrico municipio de Plaza de la Revolución en Ciudad de la Habana.
¿Cuáles son las principales dificultades del Movimiento de Hip Hop en Cuba?
La falta de espacios y la promoción. No hay muchos lugares donde hacer conciertos y presentarnos. Sin dudas son los problemas que más afectan al género en Cuba. Son muy negativos porque existen varios raperos y teóricos que trabajan para que la gente nos conozca a profundidad, sin superficialidades. Somos jóvenes que también estamos ofreciendo soluciones, construyendo alternativas a los problemas de la sociedad cubana
¿Causas de la falta de promoción?
El primer motivo es el miedo, el prejuicio. Mucha gente se ha dedicado a mantenernos en el anonimato, no sé por qué. Sin embargo, hay una Agencia Cubana de Rap que nos ha apoyado y se ha demostrado que tenemos proyecciones muy revolucionarias. No me puedo explicar porque los medios no se hacen eco de eso y de hecho ahora mismo, se le da más promoción a la música más comercial, menos reflexiva. No solamente se perjudica al rap, sino también a la trova, al rock…
¿Cómo influye el reguetón en el movimiento?
Por carecer de una buena promoción no hay conocimiento real de qué es el rap o acerca de las manifestaciones de la cultura Hip Hop. No tengo nada en contra del reguetón. Cada cual hace lo que quiera en su trabajo. Pienso que las mayores confusiones están dentro del estilo de darlo… Además, los objetivos son diferentes, a pesar de que yo conozco músicos que trabajan los buenos textos dentro del reguetón. Pero la falta de difusión ha confundido a la gente que hace esa música. No conocen las diferencias entre el rap y el reguetón.
¿Las discográficas?
No entiendo todavía y desde hace muchos años vengo planteando en entrevistas, conferencias, el problema de que las discográficas no se fijan en nuestros proyectos y sin embargo vienen empresas extranjeras a robar talentos. Eso es una cosa absurda. Ya conocemos el caso Orishas. En Cuba hay grandes grupos de muy buena calidad tan buenos como Orishas y nadie los ha grabado. Las disqueras cubanas la mayoría de las veces buscan la opción más fácil y comercial.
¿La Fabrik-a?
Cuando La Fabrik-a regresó de sus conciertos en Estados Unidos se dio cuenta de que el objetivo no solamente era cantar, sino demostrar una posición comunitaria mucho más social, llevar el mensaje a la comunidad directamente, no sólo a la gente del Hip Hop, sino activar puntos de la misma cultura y unirlos todos para el desarrollo social. Eso es lo mejor que nos ha sucedido. Las alternativas están surgiendo desde el movimiento. Ahora con La Fabrik-a trabaja Hermanazos, uno de los grupos de la nueva escuela y eso asegura trascendencia. Así se construye otra opción dentro de la cultura para sanar la mente.