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Líder en las protestas por la guerra contra Irak, cuenta con tres discos; /Vértigo/, el más reciente Los temas de sus letras son los sociales y políticos, más los que invitan a la diversión

Sugarless no recurre al panfleto, sino a los sentimientos: Ivahn

Fuentes: La Jornada

Llegó a México en plan de promoción Sugarless, potente banda de rock/metal del sur de Madrid, España. Abiertamente política, tanto en sus letras como en su convicción ciudadana, critica la política belicista de George W. Bush, el cierre de espacios para el rock en Cuba y la censura a las manifestaciones artísticas, siempre huyendo del […]

Llegó a México en plan de promoción Sugarless, potente banda de rock/metal del sur de Madrid, España. Abiertamente política, tanto en sus letras como en su convicción ciudadana, critica la política belicista de George W. Bush, el cierre de espacios para el rock en Cuba y la censura a las manifestaciones artísticas, siempre huyendo del panfleto.

Tienen tres discos desde su formación, en 1994: /Asegúramelo/ (2000), /Más gas/ (2002) y /Vértigo/ (3003), con el que llegaron a Cuba y del que han vendido más de 20 mil unidades, todo un logro para un grupo de su estilo que incluye elementos hardfunk, stoner rock, hardcore, punk, grunge, acid-jazz y hip-hop.

En entrevista, Ivahn, vocalista del conjunto, quien llegó a esta redacción con tremenda greña rasta, dijo. «Estamos vendiendo más que muchos grupos de pop, y eso en España no es poca cosa.»

Cantan en español, aunque en sus inicios interpretaban en inglés. «De ahí nuestro nombre, Sugarless. Cuando cambiamos a cantar en español lo dejamos -su nombre- porque es muy fácil. En Europa la gente se quedaba con él, en la memoria. Además, en inglés se dificulta la comprensión. En español hay muchas cosas interesantes qué decir y nunca vas a dominar un idioma mejor que el tuyo.

«Sugarless porque quedaba irónico, contra toda la cultura de lo /light/, de todo sin azúcar, que chicles sin azúcar, refrescos, que para no engordar. Es un nombre muy pop para un grupo de rock duro. La ironía también es la base de nuestro mensaje y el nombre es parte del concepto. En la portada del primer disco,/ Asegúramelo/, figura un bote de sacarina. Parecíamos un grupo fresa.»

-¿Cuáles son los temas que abordan en las letras?

-De todo. Habría que ir de canción en canción, pero para resumir destacan los sociales, los políticos y los que invitan a la diversión. Estas son las menos. La mayoría son como /Guantánamo/, que en España gustó mucho y causó mucho revuelo hace un año, cuando gobernaba Aznar, que como todos sabemos se alineó con Bush y con Blair para la guerra contra Irak, apoyando a muerte todo ese proyecto.

«Sugarless lo que hizo fue encabezar las manifestaciones contra la guerra. Recordemos que en España 92 por ciento de los ciudadanos no quería guerra y Aznar no nos hizo caso. Entre todo ese fascismo, Sugarless tuvo el valor de que, aunque Aznar controlaba el PP y a muchos medios… la televisión; tenía mucho poder, y nosotros sacamos /Guantánamo/, que habla de la soledad y la impotencia que siente un preso afgano en la base estadunidense que hay en Cuba.

«Lo bueno de esa canción es que no es un panfleto. No decimos ‘¡presos fuera, libertad!’. Es algo más sencillo; trata de los sentimientos de un preso hacia su novia. Como sabemos, Estados Unidos coge ahí presos un poco al azar también. Hay terroristas, pero también campesinos del pueblo, que porque eran moros y llevaban barba. Eso nos dolió mucho; nadie protestó realmente a escala internacional, pero algunos grupos sí. Ese era un tema tabú y nosotros fuimos por él.

«Trata de los sentimientos de ese chico afgano que araba el campo, con su familia; de repente se lo llevan ahí y le ponen el mono (overol) naranja y le aplican régimen de combatiente ilegal, con lo cual le privan de los derechos de la Convención de Ginebra. Lo incomunican; no puede hablar, no puede oír. ¿Para qué recurrir al panfleto? No, nosotros lo hacemos desde los sentimientos.

«Fue un tema sacado con muchos cojones, como decimos en España. Fue muy valiente y lo mejor es que MTV y los demás canales de televisión, lejos de censurar el tema, lo apoyaron y lo programaron a cañón, todo el día, lo que generó una bola y se vendieron los discos. /Guantánamo/ se escuchó, aunque no quisiera gente del PP; no nos llegó una censura y fuimos subiendo. Cambió el gobierno y con ello las cosas.»

El rock, provocador

-¿El rock llega a provocar a los políticos españoles?

-Sí, sí. De hecho ha habido censura. Otros grupos la han sufrido, por considerar que apoyan al terrorismo. Pero a grupos de ultraderecha sí se les permitía tocar en mítines políticos prelectorales, en la Plaza Oriente. Esa es una doble moral, una hipocresía, del antiguo gobierno del PP.

-¿Ustedes van a contracorriente?

-Sí, pero nuestro mensaje no es el típico, ese de camarada y el puño en alto. Esos grupos ya no sorprenden y la gente duda de hasta qué punto puede ser verdad. Que sí, que buen rollito, pero estás ganando tu dinerito. Nosotros preferimos la ironía y nos reímos del racismo, de nosotros mismos, del fascismo. Tocamos temas de ecología; estamos contra las corridas de toros.

«Por eso en nuestros conciertos hay punkies con cresta, hasta gente sin ningún tipo de cultura, matrimonios mayores de 40 años. Nuestro público es una suma rarísima».

Música de consumo fácil

-Los jóvenes también escuchan a Shakira y a Enrique Iglesias…

-Desgraciadamente, supongo, eso es universal. En México o Estados Unidos hay una música que yo llamo de consumo fácil, que no es complicada. Hay otra capa de grupos que tratamos de subir, pero a los que acaban de meternos en esas listas de poularidad. MTV España hace una lista en la que están Shakira y luego Marylin Manson, Enrique Iglesias y Miguel Bosé, y luego Sugarless con /Guantánamo/. Eso era muy chocante, pero yo no elijo donde me ponen, y tampoco voy a renegar de mi mensaje por salir en MTV. No hemos hecho concesiones. Sugarless es como es. Los otros que hagan lo que quieran, pero no es lo nuestro: ni pegarnos a un mensaje de la izquierda para vender discos ni desvincularnos del mensaje para no hablar de nada. Hay que buscar el equilibrio en todas las cosas.

«Yo soy claramente de izquierda. ¿Socialista o comunista? ¡Coño! Acabamos de llegar de Cuba. Para hablar de comunismo hay que estar en Cuba. Hay que ver lo que la gente está pasando. Me hace gracia gente supuestamente de izquierda de España que va con la hoz y el martillo, y grita que venga la revolución, ¡joder!, y tienen su móvil, su coche… así también protesto yo. No. Que se vayan a Cuba y vean lo que está pasando. Si me preguntan qué soy, no sé, pero sí se lo que no soy: no soy fascista».

Sugarless considera a Bush como «un tocapelotas en política exterior. No estamos contra EU en sí, que tiene cosas magníficas. Estuvimos en Cuba y ahí hay algo muy complicado. Para empezar, el rock ahí está un poco maldito. Cuando llegas no eres bienvenido como roquero; como persona y español sí.

«Que porque llevas un tatuaje y porque es una moda estadunidense. Uno de nosotros lleva un tatuaje de la Polinesia, otro uno azteca. Si te chocas con el que te tiene que dar el paso, pues es difícil. Eso es una tontería. Pero estar en Cuba, con su economía… y yo comprando leche semidesnatada para no engordar. Solamente se da en la estupidez que se da en la sociedad occidental… ¡99 por ciento libre de grasa…! ¡por favor! Estar en Cuba te cambia el /chip/ de la cabeza.»