1. A López Obrador -por encima de su «República juarista», de la separación de la iglesia y el Estado- le renace su espíritu religioso: «No venganza, lo pasado pasado, son colegas expresidentes, son seres humanos». Sin embargo, desde abajo (electores y pueblo) siguen las exigencias: «Hemos sido toda nuestra vida pobres y miserables, pero a […]
1. A López Obrador -por encima de su «República juarista», de la separación de la iglesia y el Estado- le renace su espíritu religioso: «No venganza, lo pasado pasado, son colegas expresidentes, son seres humanos». Sin embargo, desde abajo (electores y pueblo) siguen las exigencias: «Hemos sido toda nuestra vida pobres y miserables, pero a partir de 1982 nuestra miseria se agudizó con el neoliberalismo y la privatización. No pedimos más de que se haga justicia expropiándole todas sus riquezas a los Salinas, Fox. Calderón y Peña que desde 1988, con el apoyo de sus partidos (PRI y PAN), valiéndose de todo su poder, se han hecho multimillonarios; además, como castigo, hay que ponerlos tras las rejas.
2. La realidad es que muchos ricos y clasemedieros no comprenden -ni les interesa entender- lo que es la pobreza, la miseria y el desempleo. Para ellos son simples palabras y frases que se repiten; jamás comprenderán lo que es no tener dinero para comprar comida para los hijos, para el pago del agua, la luz, el gas, el autobús o la renta. Si me he pasado las semanas «mendigando» cualquier empleo y siempre me tratan con la punta del pie, no puedo tener otra salida que robar o secuestrar. ¿O cuántos días pueden aguantar los niños sin comer? Mientras eso sucede en 50 por ciento de la población, los grandes empresarios y políticos abultan sus cuentas bancarias haciendo negocios y cobrando salarios que son una mentada de madre.
3. Dado que el 99 por ciento de la población apoya el castigo a expresidentes -que podría muy bien convertirse en ejemplar- es obvio que no se requerirá de una tercera consulta. Se sabe que a pesar de las diferencias físicas y de personalidad, todos los presidentes del país han gobernado a la sombra del llamado «presidencialismo mexicano» (obediencia ciega a lo que diga y mande el señor presidente) y siguiendo las ideologías de sus partidos al servicio del capital. Me pregunto: ¿Hasta qué grado la sumisión, la dependencia, el miedo de nuestra población al despotismo presidencialista, ha contribuido a la despolitización y repudio a la participación política? López Obrador sabe y debe acabar con ese «presidencialismo».
4. López Obrador, por sus muchísimas conferencias de prensa y discursos, por el mismo carácter que refleja, no parece que dará cabida al autoritarismo, mucho menos a la dictadura personal despótica; pero no estaría mal que el lopezobradorismo mantuviera una estrecha vigilancia sobre la derecha empresarial y política para evitar casos como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, países que en los últimos 18 años han sufrido la brutal intervención de los gobiernos de EEUU que han usado de manera abierta a grandes empresarios y políticos de derecha, para que mantengan una permanente amenaza de golpe de Estado, como sufrió Chávez en Venezuela en 2002 u otras formas muy estudiadas o sofisticadas de intervención.
5. Preguntan: ¿Qué le pasa a López Obrador cuando se reúne con empresarios organizados; cuando crea un cuerpo de asesores con los empresarios más poderosos; cuando se reúne cordialmente con empresarios más grandes de los medios de información: cuando acude a entrevistas por los mismos e invita a comer al presidente Peña Nieto en su domicilio? Eso pasaba con los gobiernos del PRI y PAN porque son la clase social burguesa a que pertenecen; pero López Obrador que los ha calificado justamente como «la mafia que se apoderó de México» que ahora esté actuando como el PRI y el PAN. La realidad es que muchos piensan que sólo es una estrategia política para no acelerar los choques. Por ello hay que esperar un poco.
6. A partir del 1 de diciembre -cuando AMLO inicia su gobierno- ya no habrá ningún pretexto para no actuar o dar explicaciones válidas. Morena sólo tendrá fuerza en sus palabras si cumple lo que ofreció en beneficio del pueblo. De lo contrario comenzará a parecerse al PRI, PAN, PRD, que cada vez que abren la boca les sale sangre o basura vomitiva porque no pueden criticar ni hablar de nada en el campo de la justicia, la democracia, la libertad o la honradez. Sólo bastaría pensar un minuto para recordar si esos partidos han cumplido alguna vez con esas demandas mayoritarias de la población. Espero que sigan muy activos y pensantes los 10 o 12 jóvenes que integran las redes sociales que ayudan a dar mucha claridad al proceso del lopezobradorismo.
7. Los chavos de las «redes sociales», que desde 2006 han apoyado y seguido a López Obrador, han protestado justamente porque éste ha regresado con sus eternos enemigos Televisa, TV Azteca, Imagen y Tele Fórmula. Preguntan en «las redes». ¿Qué honda con AMLO si éstos han sido siempre enemigos? Sin embargo salen los Noroña y los Villamil a defender esa política de AMLO y hasta a condenar a los chavos de «las redes». Me recuerda que hace unos 40 años el gobierno del DF entregó a los «vendedores ambulantes» un edificio de mercado en la estación Pino Suárez del Metro. Ese mismo día los «exambulantes» declararon: «somos enemigos de los futuros ambulantes». No creo que los Noroña, Villamil o Astillero estén contra «las redes sociales» porque busquen acomodarse ellos.
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