Publicado por la editorial El Viejo Topo The Yes MenISBN: 84-96356-53-1144 páginasPrecio: 15 euros Un conocido grupo de «artivistas», RTMark, «secuestran» el dominio Gatt.org, al que se relaciona con la Organización Mundial del Comercio, y lo convierten en una fina parodia que denuncia los desmanes del comercio internacional. Pero la parodia es tan fina que […]
- Publicado por la editorial El Viejo Topo
- The Yes Men
ISBN: 84-96356-53-1
144 páginas
Precio: 15 euros
Un conocido grupo de «artivistas», RTMark, «secuestran» el dominio Gatt.org, al que se relaciona con la Organización Mundial del Comercio, y lo convierten en una fina parodia que denuncia los desmanes del comercio internacional. Pero la parodia es tan fina que muchos no se dan cuenta; medios de comunicación y organizadores de simposiums y conferencias se ponen en contacto con Gatt.org creyendo que están hablando con la OMC, y les invitan a participar en eventos y en programas de televisión. Desde ese momento RTMark se convierten en The Yes Men, unos infiltrados en la estructura del comercio global impecablemente trajeados. Las aventuras de The Yes Men por programas de la televisión americana y congresos de derecho mercantil se recogen en este libro y en la película que lleva su nombre, todo un compendio de episodios a cada cual más alucinante. Lo más increíble es que casi nadie pilla el chiste; Mike y Andy pueden decir las barbaridades más desquiciantes sobre el funcionamiento del mercado global encima de un estrado y nunca pasa nada.
Practican lo que llaman una «corrección de identidad»: Fingen ser representantes de poderosas organizaciones o compañías y se aprovechan de la autoridad de estas entidades para expresar verdades que, evidentemente, estas organizaciones no se atreverían nunca ni a mencionar.
En su última intervención aparecieron en la BBC como portavoces de Dow Chemicals, empresa causante de la catástrofe de Bhopal en India en la que murieron sesenta mil personas. Al declarar que la empresa admitía por fin sus responsabilidades, The Yes Men consiguieron crear un escándalo público de dimensiones mundiales. «¿Sabes cómo los espejos deformantes exageran tus rasgos más horrorosos? Nosotros hacemos esta misma operación, pero con las ideas. Nos parece bien que mientras hablamos la gente pueda ver distorsionadas sus ideas en nuestro juego de espejos. O por lo menos esto es lo que tratamos de hacer, pero resulta que esta imagen distorsionada siempre les resulta absolutamente normal.»