Tratado para radicales. Manual para revolucionarios pragmáticos, de Saul Alinsky. Traducción: Marta Álvarez Sáez.
Otoño caliente…otoño inteligente
Rescatamos «Tratado para radicales», la obra clásica del padre del «community organizing» estadounidense, Saul Alinsky. Presentamos un libro repleto de consejos prácticos sobre tácticas concretas y formas de entender la comunicación y la movilización.
«No olvidéis nunca la primera regla de la táctica del poder: el poder no es solamente lo que tenéis, sino también lo que el enemigo cree que tenéis…
Esta es la segunda regla: no salgáis nunca del campo de experiencias de vuestra gente. Cuando, de hecho, una acción o una táctica es completamente ajena a su experiencia, provocáis en ellos confusión, miedo y deseos de marcharse. Esto significa también que la comunicación fracasó…
La tercera regla: salid del campo de experiencias del enemigo cada vez que podáis. Porque es la confusión, el miedo y el abandono lo que queréis provocar en él…
La cuarta regla, es poner al enemigo contra el muro de su propio evangelio. Por ahí lo podéis pillar, porque no podrá seguir respetando sus propias reglas como la Iglesia no puede vivir su cristianismo…
La quinta regla confirma la cuarta: el ridículo es el arma más poderosa que tiene el hombre…
La sexta regla es que una táctica es buena sólo si vuestra gente disfruta aplicándola. Si no se entusiasman es que en esta táctica hay algo que no funciona…
La séptima regla es que una táctica que se prolonga mucho en el tiempo se vuelve aburrida…
La octava regla consiste en mantener la presión, por diferentes tácticas u operaciones, y utilizar en provecho vuestro todos los acontecimientos del momento…
La novena regla es que la amenaza, por lo general, asusta más que la propia acción…
La décima regla: el principio fundamental de una táctica, es hacer que los acontecimientos evolucionen de tal manera que mantengan, sobre la oposición, una presión permanente que provoque su reacción…
La undécima regla es que llevando lo suficientemente lejos una desventaja, ésta se convierte al final en una ventaja…
La duodécima regla es que un ataque sólo puede tener éxito si tenéis preparada una alternativa constructiva…
La regla decimotercera: hay que elegir el blanco, personalizarlo, inmovilizarlo y concentrarse sobre él al máximo.«
Un grupo de vecinos protesta ante la puerta del diputado de distrito exigiendo mayor atención para la zona. Un grupo de mujeres interrumpe el normal funcionamiento de un centro comercial que no contrata latinas. Un grupo de afroamericanos se dirige al barrio rico de la ciudad con el fin de señalar a los dignos propietarios de las infraviviendas que habitan. En EEUU, este tipo de acciones han sido desarrolladas desde los años cincuenta por el movimiento del community orginazing (organización comunitaria).
Saul Alinsky tuvo un papel protagonista tanto en los comienzos como en el primer desarrollo de esta rama del activismo estadounidense: participó en la organización de los guetos negros de Chicago y Nueva York, animó la constitución de las primeras fundaciones y asociaciones del organizing y a partir de su experiencia y de sus reflexiones formó a cientos de activistas. En 1971 escribió Tratado para radicales con el fin de condensar estos saberes acerca de cómo conectar con la gente y cómo poner en marcha tácticas y campañas divertidas y siempre eficaces. Una colección de métodos y sugerencias pragmáticas que parten de un análisis realista de la situación y que básicamente tienen un solo objetivo: demostrar que con organización sí se puede arrancar el poder a los poderosos, que nuestro horizonte puede ser la revolución.
Saul Alinsky (1909-1972) fue un activista y pensador estadounidense, considerado el «padre» del community organizing, una corriente estadounidense de organización comunitaria. Fue fundador de la Industrial Areas Foundation, organización con presencia en todo EEUU que cuenta en nuestros días con miles de socios. Además de Tratado para radicales, escribió en 1946 Reveille for Radicals, sin traducción al castellano.