1. Es magnífica la idea de un «Congreso Popular» si evita prolongar o aletargar la dominación, si realmente se busca levantar la lucha del pueblo dado que como se dice en la Convocatoria: «La clase política ha traicionado al pueblo. Se violan cotidianamente los derechos enarbolados por la Constitución de 1917. La mal llamada «transición […]
1. Es magnífica la idea de un «Congreso Popular» si evita prolongar o aletargar la dominación, si realmente se busca levantar la lucha del pueblo dado que como se dice en la Convocatoria: «La clase política ha traicionado al pueblo. Se violan cotidianamente los derechos enarbolados por la Constitución de 1917. La mal llamada «transición democrática» no cumplió con el mandato ciudadano para acabar con la corrupción, la violencia, la pobreza, la mentira y el abuso de poder de oligarcas apátridas y avariciosos». ¡Clarísimo!
2. Las 100 personalidades políticas, sindicales, artistas, intelectuales, que firman la convocatoria a la instalación del Congreso Popular son gente muy honesta que a través de los años ha venido protestando o manifestándose contra la situación política y económica de México provocada por malos gobiernos y empresarios explotadores; por esa honestidad de los firmantes se puede garantizar que mediante un intenso trabajo de análisis, difusión y agitación del problema, millones de personas pueden acudir al llamado.
3. Si todos los firmantes -y otros más cuyos nombres no aparecen- hicieran a un lado los asuntos de liderazgo, de caudillismo, de personalidad y de hegemonía, el movimiento de masas rebasaría cualquier expectativa. Por ello el pueblo ha reclamado siempre ¿Cómo seguir creyendo en «representantes» dizque populares que no representan al pueblo; en instituciones que no aseguran el respeto a la ley; en gobiernos que no miran por el bien común por estar coludidos con los más abyectos intereses; en medios de información hegemónicos que ocultan, desinforman e incomunican?
4. Debe aplaudirse el enorme trabajo de reunir a tantos convocantes honestos y de enorme valía, pero convocar a un Congreso Popular, seleccionar diputados, cumplir con formalidades burguesas (llamadas constitucionales), incluso la posibilidad de inventar jerarquías en un movimiento que debe ser de masas, absolutamente homogéneo, igualitario, sin líderes autoproclamados, sin partidos, me parece que se juega al gobierno burgués sustituto, a la diputación paralela, en eso formal y burocrático que tanto han sido ridiculizado.
5. Ustedes mismos lo dicen correctamente en su Convocatoria: El pueblo no cree ya más en partidos, medios de información, instituciones fallidas, ni en los mismos políticos de siempre. Los procesos electorales ya no son confiables por los continuos fraudes en la urnas desde 1988, en especial en 2006 y 2012, así como la avalancha de reformas antipopulares en materia energética, educativa, política, financiera, fiscal, laboral, evidenciando la esterilidad de las instituciones. Necesitamos masas de informadores no diputados.
6. Concluye la Convocatoria de manera combativa: «Es hora que la sociedad ejerza su poder de manera directa por medio de acciones coordinadas». Adelantan que serán pacíficas como si la violencia no esté instalada en el gobierno que impone leyes sin consultar y en las fuerza armadas que prohíben, impiden y reprimen. Si hay consecuencia en la Convocatoria se esperan grandes movilizaciones de masas, pero sería nuevamente condenable que se convierta en un nuevo entretenimiento o dispersivo que luego aleje a los luchadores sociales.
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