Cualquier acontecimiento en el mundo en el presente, debe ser analizado desde muchas aristas, sobre todo ante el convulso mundo en que se vive.
El considerado intento de golpe registrado en Bolivia el día 26 de junio, resulta sumamente curioso, hasta se podría decir, inédito. Un general que había sido defenestrado, acompañado de un puñado de militares, protagoniza una intentona golpista con características casi grotescas. Las Fuerzas Armadas bolivianas tienen en su historia, una larga tradición golpista, lo que hace suponer que cuando realizan un intento de golpe, dada su experiencia, lo harían con los requisitos básicos que requiere el caso. Lo visto el miércoles 26, no reúne ni remotamente esos requisitos básicos.
En vista de la complejidad en que está envuelto el hecho, lo que cabe hacer a esta altura del proceso, es formular hipótesis multidimensionales.
Contexto internacional.
El contexto en el que se produce el llamado intento de golpe en ese país situado en el centro de Suramérica, es el de un mundo convulso de disputa hegemónica y en función a ello, la disputa por los recursos naturales de países menos desarrollados. Ahora, uno de los más preciados es el litio. Se sabe a ciencia cierta que Bolivia posee casi el 30% de la reserva mundial del metal. Y hoy se sabe que el cruento golpe que derrocó a Evo Morales, en buena medida tuvo que ver con el litio. Hay en EEUU una indisimulada inquietud ante el avance de inversiones de China y Rusia en esta región que históricamente fue su patio trasero. Tanto es así, que la jefa del Comando Sur, la generala, Laura Ricardson, expresó de forma desembozada, que había que tener mucho cuidado en Latinoamérica ante el problema del terrorismo y el avance de China y Rusia, en la región.
En Bolivia hay un proyecto en curso del Consorcio ruso Rosaton y la empresa estatal boliviana, YLB, para trabajar en la extracción del litio. Por otro lado, se sabe que el gobierno actual, solicitó su ingreso al BRICS. Dicho esto, la inferencia inmediata sobre todo desde la izquierda antiimperialista, es que EEUU, una vez más, tuvo que ver con esta intentona golpista. Sin embargo, habría que considerar que, desde hace unas décadas, las determinaciones e injerencias imperiales, ya no están recurriendo a este tipo de mecanismos, siendo reemplazados por los llamados golpes de colores o blandos, basados en la desestabilización, los law fare etc.
Qué pasa al interior de Bolivia.
En Bolivia se está viendo desde hace pocos años, para ser más precisos, desde la asunción de Luis Arce, primero un resquebrajamiento y más tarde, en el presente, una fractura importante en el seno del partido de gobierno, MAS. Esa fractura da lugar a una polarización entre dos facciones lideradas ambas por Evo Morales por un lado, y el actual Pdte. Luis Arce. El año que viene son las elecciones en Bolivia, y en setiembre del año pasado, Evo Morales anunció su participación en las mismas, con miras a volver a gobernar. Por supuesto, esto causó y sigue causando un escozor en las filas de los seguidores de Arce.
Los cuestionamientos de Evo Morales hacia el gobierno de Arce apuntan a descalificarlo porque, según él, se desvió de la línea de cambio que fuera dada en su gobierno que fuera abruptamente interrumpido por el golpe militar del 2019.
A propósito del gobierno de Evo, cabe remarcar que su administración puede ser calificada sin riesgo a equívoco, como la mejor en la historia de Bolivia. La revista The Economist, había calificado el crecimiento económico de Bolivia en tiempos de Evo, como la mejor de la región y hasta del mundo. Por otro lado, hubo avances muy significativos en términos sociales, y se logró una integración social sin precedentes en su historia. Por primera vez, indígenas tuvieron inserción en la sociedad boliviana.
En la actualidad, sin entrar a considerar las causas, están habiendo problemas de escasez de insumos como combustibles y otros. Además, la suba del dólar porque los empresarios exportadores, en lugar de ingresar al país, envían al exterior. Esta situación como es obvio, ocasiona malestar en la población. Es difícil saber si estos problemas tienen que ver con una mala administración, o alguna componenda del gobierno con poderes fácticos internos. Afirmar eso sin pruebas sería poco responsable. Pero de que existen esos problemas, existen.
Esta situación de malestar está ocasionando una merma progresiva de la aceptación popular de Arce, y en contrapartida cobra fuerza una nostalgia hacia la bonanza gozada en el gobierno de Evo Morales.
El hecho.
Decíamos que lo que pasó el miércoles pasado fue muy extraño por sus características. Un general ya defenestrado, aparece con una tanqueta acompañado de un puñado de militares sin ningún acompañamiento explícito de las diferentes armas de las Fuerzas Armadas. Después de atropellar violentamente el portón del Palacio Quemado, se baja y lanza una arenga política. Y en una escena casi surrealista, aparece el pdte. Arce enfrentando al general de apellido Zuñiga, y le ordena que deponga su actitud. Es evidente que Arce hizo ese espectáculo “heroico” porque sabía del desamparo del general Zuñiga.
Independientemente de que haya sido o no un autogolpe, es más que claro, que el llamado intento de golpe, favoreció a Arce, porque estaría levantando su alicaída imagen, porque todos los sectores populares condenaron el intento de golpe y apoyaron al Pdte.
El problema, es que pasadas las horas y los días, la idea del autogolpe se fue consolidando y pareciera que ahora, es una creencia instalada en la mayoría de la población.
No se puede descartar a la hora de hacer hipótesis y trazar perspectivas, que ese intento de golpe haya sido un ensayo, y que, de acuerdo a los efectos, vendría el golpe definitivo. Como ocurrió con Perón en el 55 y Allende en el 73.
Tampoco hay que dejar de considerar que el gran imperio que tenemos sobre nuestras cabezas, apela a todo tipo de mecanismos con tal de recuperar su hegemonía en derrumbe. Y con ese propósito, que uno de esos mecanismos sea quebrar la estructura de poder de proyectos alternativos. Recuérdese al tristemente célebre, Lenin Moreno.
Y para concluir: lo que pasó y está pasando en nuestra sufrida región, debe ser necesariamente analizado en el marco de la gran disputa hegemónica en curso entre occidente y oriente. Y a ese efecto, tomar recaudos y estar bien atentos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.