Recuperar de manera crítica la Memoria Histórica de la España post-franquista es un trabajo fundamental en los confusos tiempos que corren. Sergio Gálvez Biesca ( Madrid, 1980), doctor en Historia contemporánea, ha realizado un impresionante documento sobre la Huelga General del 14 de diciembre de 1988, convocada por CCOO y UGT contra el PEJ (Plan […]
Recuperar de manera crítica la Memoria Histórica de la España post-franquista es un trabajo fundamental en los confusos tiempos que corren. Sergio Gálvez Biesca ( Madrid, 1980), doctor en Historia contemporánea, ha realizado un impresionante documento sobre la Huelga General del 14 de diciembre de 1988, convocada por CCOO y UGT contra el PEJ (Plan de Empleo Juvenil) que estaba a punto de aprobar el Gobierno del PSOE liderado por Felipe González. Puede parecer que un libro de más de setescientas páginas es excesivo para explicar la Huelga General de un solo día. No es así, ya que el autor va mucho más lejos al analizarlo desde el contexto político en el que aparece, con todas sus complejas implicaciones.
Hasta pasada la página doscientas hay un análisis de la política económica del gobierno de Felipe González y de la conflictividad obrera desde 1983 a 1988 (primer quinquenio de gobierno del PSOE). Hay todo un análisis de los antecedentes del PEJ. Luego entramos en los trece días anteriores a la Huelga General, con todos los tejemanejes del PSOE y el intento de dividir la UGT, de desprestigiar y hacer fracasar la convocatoria. Luego la descripción precisa de la Huelga General, de las tensiones y los conflictos que movilizó. Hay que agradecer a Sergio Gálvez Biesca el inmenso trabajo (de diez a doce años) de recopilación de datos que refleja en las notas a pie de página. Las entradas y la bibliografía. El estilo combina el rigor con la claridad claro.
Un análisis objetivo que nos permite superar tópicos y colocar a cada uno en su lugar, como el supuesto «obrerista» Alfonso Guerra cerrando filas con los socialliberales contra los sindicatos. Tenemos también todo un análisis crítico, muy bien argumentado, contra el PEJ, en el que muestra como beneficiaba a los empresarios a costa del empleo juvenil y del dinero público. Imprescindible el seguimiento de las relaciones entre el PSOE y la UGT y de como, a partir de la crisis que se abre entre partido y sindicato, se va abriendo la unidad sindical de este con CCOO. Especial protagonismo el de Nicolás Redondo, secretario general de la UGT.
Hay también una interesante constatación de la dinámica de la propia convocatoria, que hace que se desborde las propias expectativas de los dirigentes sindicales. De esta forma convierte una huelga que originalmente era defensiva en una movilización ofensiva que recoge todo el malestar de los trabajadores contra medidas del gobierno del PSOE. Lo que nos plantea Gálvez Biesca es que la política del PSOE dirigida por Felipe Gonzalez-Miguel Boyer-Carlos Solchaga no es socialdemócrata sino neo (liberal). En este sentido hay aquí una posción muy clara por parte del historiador, que es la de considerar que la modernización dirigida por el PSOE de Felipe González tiene una orientación, dice, liberal o neoliberal, según las opiniones. Está bien que nos recuerden lo que hizo el PSOE cuando gobernó en esta etapa, porque los gobiernos del PP pueden hacer que, por reacción, los acabemos idealizando. Me parece que es indiscutible la prepotencia de estos dirigentes, empezando por el Presidente del gobierno, su falta de coherencia con el proyecto socialista que decían representar, la orientación liberal de Boyer y Solchaga, descubrir donde están los orígenes de la flexibilización laboral cuya lógica conducirá (con los toque de gracia del PP) a la actual precarización laboral. Ahora bien, ¿existe en España un Estado del bienestar? ¿Lo montó el PSOE? La respuesta es compleja. Habría que analizar si el PSOE no tuvo un papel ambivalente, entre la socialdemocracia y el socialliberalismo. Sergio Gálvez Biesca se pronuncia por un no: considera que el proyecto del PSOE en todos estos años de gobierno es el de adecuar la economía a las necesidades de reestructuración del capitalismo. El debate sigue abierto.
El autor nos sumerge en una crónica intensa de lo que fue esta jornada memorable, que como bien apunta conecta con lo más combativo de la tradición obrera y del sindicalismo de clase. Tanto CCOO como UGT estuvieron a la altura de las circunstancias, con los efectos traumáticos que ello supuso para la UGT. Acaba con un análisis de los dias siguientes a la Huelga General. El discurso final de Nicolás Redondo, con el que termina el libro, es un emotivo y desgarrador testimonio de lo que significó esta movilización para las relaciones del sindicato con el PSOE. Queda el tema de las consecuencias políticas de esta gran movilización. Sergio Gálvez considera que no se aprovechó suficientemente, que no se llevaron a un cuestionamiento del statu quo. ¿Pero qué quiere decir el statu quo: el Régimen del 78? ¿El Sistema? El autor cree que Antonio Gutierrez, secretario general de CCOO, fue algo tibio. Sergio Gálvez Biesca no es imparcial, ya que adopta una perspectiva muy crítica respecto al gobierno del PSOE y apuesta por la legitimidad de la convocatoria de la huelga.
Los hechos son lo que son, pero la manera cómo los relacionamos, los ligamos, explicamos unos a través de otros, ya implica una posición política. Pero de lo que se trata, y el autor cumple con ello, es que la perspectiva que adoptamos no nos lleve a distorsionar los hechos o hacer una selección interesada de ellos. Sergio Gálvez de define como un historiador marxista y esto significa, para él, elegir una metodología científica.
En todo caso el libro es una crónica necesaria, muy útil, de lo que fue aquella gran Huelga General y lo que podemos aprender de esta experiencia.
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