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El triunfo de Evo Morales en Bolivia

Una buena noticia para rojos nepantla

Fuentes: Rebelión

Evo Morales ha ganado las elecciones presidenciales en Bolivia con más del cincuenta por ciento de los votos. Es la primera vez que un dirigente campesino, de origen pobre e indígena, gana con esa mayoría unas elecciones en el mundo. Y las ha ganado, además, en el país en que murió Ernesto Guevara, apoyado por […]

Evo Morales ha ganado las elecciones presidenciales en Bolivia con más del cincuenta por ciento de los votos. Es la primera vez que un dirigente campesino, de origen pobre e indígena, gana con esa mayoría unas elecciones en el mundo. Y las ha ganado, además, en el país en que murió Ernesto Guevara, apoyado por el pueblo campesino que décadas atrás no pudo o no supo hacer realidad su utopía y tuvo que limitarse a la creación del mito, pintando anónimamente sobre un muro blanqueado de Vallegrande las viejas y conocidas palabras de esperanza:

Che, vivo, como nunca te quisieron

Evo Morales tiene ahora 46 años. Nació el 27 de octubre de 1959 en Isallavi, en el cantón de Orinoca, en el departamento de Oruro y en el seno de una familia numerosa aymara. La comunidad en la que nació carecía entonces de los servicios más elementales: no tenía luz, ni agua ni alcantarillado; los padres de Evo, Dionisio Morales Choque y Maria Ayma Mamani, vivían de la agricultura y alternaban eso con la crianza llamas. Cuatro de sus hermanos murieron, otros tres han sobrevivido. Se formó en el colegio Beltrán Ávila, de Oruro, hizo el servicio militar y después fue a vivir, junto con sus padres, en la región del Chapare, principal zona coralera de Bolivia. Allí trabajaron en el cultivo y producción de frutas.

Las duras condiciones de vida de su familia fueron llevando Evo Morales a tomar conciencia social de la situación de los indígenas, al haber sido él mismo víctima de la discriminación y de la represión, por ser cocalero. En una entrevista concedida hace unos meses recordaba lo pasado para explicar sus hábitos en el presente:

«Cada vez valoro más la enorme calidad humana de mi padre. Fue un hombre de una solidaridad impresionante. Y eso es algo que marca para siempre. A mí todavía se me hace extrañísima la posibilidad de tener una empleada de la limpieza. A veces, allí en el Chapare, me lavan la ropa, pero mis calzoncillos y mis calcetines me los lavo yo. Eso es sagrado. Explicaré una anécdota: en 1971, cuando yo tenía catorce años, en la región del Ayllu, donde crecí, hubo una sequía total y tan sólo teníamos un gangocho [saco] de maíz para toda la familia. Había algo de carne de llama y de oveja, pero eso era la única cosa de comer que nos quedaba. Mi padre decidió sacarme de la escuela y me fui con él, y con cincuenta llamas, a buscar más maíz a otro lado del país. Viajamos, siempre a pie, durante una semana desde nuestra tierra, Orinoca, hacia Oruro y de allá, caminando hacia la región del valle. Un día llegamos a la carretera que lleva de Oruro a Cochabamba y cuando lo estábamos cruzando pasó un bus desde el cual los pasajeros tiraban peladuras de naranja por la ventana. Nosotros las recogimos y nos las comimos: ¡Nos parecía un manjar exquisito! A nuestra región llegaba una naranja al año y los tres hermanos nos la disputábamos. Desde entonces, mi gran deseo fue poder viajar un día en aquellos autobuses, lanzando peladuras de naranja por la ventana…».

En 1983 Evo Morales comenzó a participar en la actividad sindical. Fue primero secretario de deportes de su sindicato, en Puerto San Francisco. Cinco años más tarde se encargó de la secretaría ejecutiva de la Federación del Trópico, implicándose cada vez más en la actividad sindical. Ya entonces Evo Morales se distinguió por su defensa de los recursos naturales, de los derechos humanos y de la justicia social. A partir de 1990 participó en la Central Obrera Boliviana (COB) y en ella se manifestó a favor de la alianza entre obreros y campesinos. Y en ese ambiente se aproximó aún más a los dirigentes de los sindicatos cocaleros. Se planteó entonces, junto con otros militantes, la necesidad de crear una organización política y contribuyó a fundar lo que se llamó Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP). Al no conseguir registrar legalmente la organización, entró en el Movimiento al Socialismo (MAS), organización por la que fue elegido parlamentario en 1997. En el Parlamento boliviano se enfrentó abiertamente a los partidos tradicionales (MNR, MIR, ADN) que terminaron expulsándolo del Congreso.

En 2002, Evo Morales se presentó como candidato del MAS a la presidencia de Bolivia, siendo el primer líder indígena en postularse para ese cargo. Llegó al segundo turno, contra Sánchez de Losada, a quien el Congreso escogió como Presidente. Luego participó activamente en las grandes manifestaciones de 2003 y de 2005 que acabaron con el derrocamiento de Sánchez de Losada primero y de su sucesor, Carlos Meza, después. Mientras tanto, ha manifestado repetidas veces sus ideas anti-imperialistas, contrarias al neo-liberalismo. ¿Qué ideas son éstas? Básicamente tres: nacionalización de los principales recursos, defensa del cultivo de la coca y Asamblea Constituyente para un estado que reconozca jurídica y políticamente la diversidad cultural del país y de voz a los indígenas sin voz durante siglos.

El Movimiento al Socialismo, al que representa Eva Morales, propone la nacionalización de los hidrocarburos, en particular del gas, principal riqueza del país, así como de los recursos naturales para su industrialización. Considera inconstitucionales los contratos denominados de riesgo compartido y afirma en su programa que defenderá ante cualquier Corte Internacional la obligatoriedad de la revisión de estos contratos, por lo que no se aceptará ninguna posición de permanencia o prolongación del anterior régimen de concesiones. En consonancia con esta posición, el MAS proclama que «todo el gas y el petróleo que se extrae en Bolivia tiene que ser entregado en propiedad al Estado boliviano» y que ha de ser el Estado boliviano quien defina las condiciones soberanas de utilización de los hidrocarburos. Esto incluye total libertad para determinar o fijar los precios. Por otra parte, el programa del MAS establece que el Estado boliviano asumirá la industrialización del gas natural, con la consideración de que eso ha de permitir dar inicio a un proceso de superación de una larga historia que ha consistido en concentrar la actividad económica en la producción y exportación de recursos naturales como materias primas. Propone dar prioridad al aumento de la producción, a la industrialización del gas para obtener el diesel ecológico, a la fabricación de plásticos y proyectos de industrialización general en un periodo de 5 años. En esto su obstáculo principal será Repsol, pero también las constricciones que supone el actual Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA),

Luego está el asunto de la coca, que es clave para los campesinos del país. Evo Morales ha declarado en varias ocasiones que el Movimiento al Socialismo no defiende, sin más, el libre cultivo de la coca y que plantear la cosa así es un error. De lo que se trata es de que en Bolivia existe un mercado legal de coca, del que se derivan una serie de productos industrializados (no cocaína) beneficiosos para la gente. Propone, por tanto, la ampliación de ese mercado, lo cual, entre otras cosas, permitiría negociar en condiciones favorables otros países y multiplicar la venta de mate de coca para infusiones. En esto Evo Morales y el MAS chocan con la política de la actual administración norteamericana. Morales argumenta al respecto: «Ellos quieren que haya coca cero (erradicación total de cultivos de coca), pero eso es totalmente absurdo. Hablar de coca cero es hablar de cero quechuas, cero aymaras y cero guaraníes, porque para estas culturas la hoja de coca es un producto sagrado». En consecuencia, exige que se paralice la erradicación forzosa de los cultivos de coca y que se estudie a cuánto nos toca por familia. Es a partir de ahí desde donde se puede proponer un pacto internacional para luchar contra el narcotráfico.

En el plano estrictamente político, el programa del MAS propugna la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, con el argumento de que, después de 180 años de historia republicana, por primera vez los pueblos autóctonos, los sectores sociales expoliados y las minorías han de tener la posibilidad de participar en una Asamblea que refleje de verdad la composición multinacional y pluricultural de todo el territorio de Bolivia. El MAS aspira a un Estado cuya identidad moral y ética estará basada en «la simbiosis, en la interculturalidad, en el equilibrio y en el respeto a la naturaleza, en el amor a la vida, a la libertad y a la sabiduría, para vivir bien». El objetivo es fundar un nuevo Estado, compuesto por naciones milenarias y por la diversidad de culturas, recuperando la herencia tradicional y promoviendo la revitalización de las identidades, valores y saberes.

En http://www.masbolivia.org/mas/programa/principios.htm se puede leer el programa del MAS. No es un programa propiamente «socialista» en la acepción que esta palabra tuvo durante décadas en la Europa occidental. Tampoco tiene gran cosa que ver con las frases sobre el «socialismo» para el Gran Día de San Jamás que suelen adornar, de vez en cuando, las proclamas social-liberales a las que estamos acostumbrados por estos pagos. Es un programa para la soberanía (empezando por la soberanía alimentaria y siguiendo por la soberanía de los sin voz) en el que resuenan viejas palabras quechuas y aymaras que tienen directamente que ver con lo que nosotros llamamos dignidad, igualdad, solidaridad y fraternidad.

Evo Morales suele resumir este programa recordando precisamente el código ético de los quechuas y los aymaras: ama asua, ama llula, ama quella, o sea: no ser ladrón, no ser mentiroso, no ser ocioso. Tal vez a algunos les suene a poco hoy para un programa socialista. Pero los socialistas nepantla de Occidente, de vuelta ya del mito aquel sobre los «pueblos sin historia» (al que tanto contribuyó el socialismo etnocéntrico europeo) saben, precisamente por lo que ha sido durante el último siglo la historia de los pueblos que supuestamente no tenían historia, que por ahí se empieza. Cuando se va en serio, quiero decir.