1. Nunca he votado, pero no me opongo a que lo hagan los que quieran; pueden votar, abstenerse o anular. Me gustaría que votaran por López Obrador, del Movimiento Progresista, para probar si al llegar a la Presidencia puede evitar más privatizaciones, sobre todo en PEMEX y la electricidad; para ver si puede bajar el […]
1. Nunca he votado, pero no me opongo a que lo hagan los que quieran; pueden votar, abstenerse o anular. Me gustaría que votaran por López Obrador, del Movimiento Progresista, para probar si al llegar a la Presidencia puede evitar más privatizaciones, sobre todo en PEMEX y la electricidad; para ver si puede bajar el salario a la mitad de todos los altos funcionarios; para observar cómo puede hacer que los grandes magnates del empresariado pueden reducir al 50 % sus ganancias y para comprobar si con todo ese dinero se puede crear el millón 300 mil empleos anual que México necesita. Si AMLO no gana estoy seguro, no tengo duda alguna, que el del PRI (Peña) y la del PAN (V. Mota) continuarán con el neoliberalismo, con la línea política que se impuso por De la Madrid-Salinas en 1982, con la privatización de todo y, sobre todo, con el incremento del despotismo y la represión.
2. Si gana López Obrador no podrá hacer nada sin la movilización de los ciudadanos y los trabajadores y es allí donde todos debemos participar con un apoyo continuo, crítico y reflexivo. ¿O creen acaso que los otros partidos y los empresarios lo van a dejar libre para que les reduzca al 50 % sus salarios y ganancias? ¿Piensan acaso que no acudirán al señor Obama o al embajador en México para exigirles apoyo a la propiedad privada, tal como ha sucedido a través de la historia del mundo y América Latina? Si asumen Peña o Vázquez los millonarios continuarían con sus alegres fiestas, pues no pasará nada porque todo sería más de lo mismo: mayores riquezas para políticos y empresarios y mayor miseria para el 70 por ciento de la población; eso significa que los servicios de salud, de educación, asistencia social, se reducirán. El gobierno tendrá presupuesto para otras cosas, nunca para las necesidades de los trabajadores.
3. Muchos se ríen de mí por esas -aunque leves- esperanzas en que López Obrador pudiera ganar la Presidencia; y más risas en que desde el gobierno se pudiera hacer una reforma de las leyes, de las normas y los reglamentos que rigen desde hace muchas décadas en la política y la economía mexicana. Me preguntan: ¿Qué cambios importantes logró el PAN en 12 años de gobierno que no fuera aplicar la mismita política del PRI, repetir los mismos métodos corruptos en beneficio de unos cuantos multimillonarios y profundizar la inseguridad que ha vivido el país? La realidad es que Lampedusa, el personaje de «gatopardismo» de la famosa frase de «hacer cambios para que nada cambie», parece haber tomado la idea en México después de escuchar los discursos de las campañas electorales y observar los primeros meses de un gobierno del PAN y del PRI, o también de los gobernadores del PRD.
4. El Peña y la Josefina son igual a peores que Salinas, Fox o Calderón; no porque sean tan derechistas o proempresariales como sus «maestros», sino porque heredan una situación donde tienen que «dar golpes de timón» para que la economía mexicana se enganche de una vez por todas con los EEUU. No debe olvidarase que desde 1982 nos enganchamos con la «carta de intención» que firmó el gobierno de De la Madrid con el FMI, tres años después con el GATT que firmó con Reagan y once años después con el TLCAN que comprometió Salinas con Bush-Clinton. En AMLO se tiene alguna esperanza a pesar de las fuertes presiones que tendrá el gobierno yanqui. ¿Puede alguien imaginarse cómo por órdenes de las agencias de noticias de los EEUU se presionará a López Obrador para que haga lo que los grandes empresarios quieran? Por eso sería el de AMLO un gobierno difícil si la gente no sale a las calles.
5. Muchos pensaban que dado que López Obrador había recorrido todos los municipios del país en tres ocasiones, durante seis años y organizando miles de comités de apoyo, la candidatura presidencial estaba más que dominada. Pues el PRI -con el total apoyo empresarial y de los medios de información- impone la candidatura de Peña Nieto y al siguiente día se publicó -sin que nadie lo conozca- que iba en primer lugar de las encuestas, muy por encima de AMLO. Al siguiente mes el PAN lanzó la candidatura de la señora Vázquez y de inmediato apareció en segundo lugar, muy por encima de AMLO que fue colocado en tercer lugar. La gente preguntó: ¿Cómo se hacen las encuestas? Entonces recibimos la respuestas: El PRI y el PAN partieron de cero y AMLO de menos cero, es decir, tenía en su haber seis años de errores, tales como haber bloqueado el Paseo de Reforma, ser amigo de Hugo Chávez y ser violento.
6. Por eso hoy nadie habla ya de socializar la economía o de la vida en comunidad. Estamos muy lejos ya de las luchas por la equidad, por la distribución igualitaria de la riqueza o la igualdad entre los seres humanos. Hoy se piden servicios sociales de salud, de educación, de vivienda, menos malos; se lucha por democracia y justicia pero dentro de la sociedad totalmente desigual e injusta de explotación capitalista. Nuestras demandas -por lo menos desde la década de los ochenta- han cambiado radicalmente. Estamos jodidos pero no queremos estarlo tanto; nos explotan, pero queremos que no sea mucho; nos roban, pero que no sea tan descarado. La lucha por el socialismo o la igualdad se ha olvidado o sólo produce rechazo de quienes están en la inmediatez, en lo práctico y lo posible. Por eso el grito de la izquierda radicalizada parece sólo convocar al vacío, ser el grito desesperado de quienes están fuera de la realidad.
7. Estaré en la gran marcha del Primero de Mayo en la ciudad de México. Acudirán -como todos los años- cientos de organizaciones independientes que no encuentran solución a sus demandas. Lo funesto es que se tome como una movilización conmemorativa de sucesos obreros de fines del siglo XIX, más cuando los problemas del país se han agudizado y es necesario presionar de verdad fuerte, en serio, para que sean resueltos. Esas grandes marchas deben transformarse en plantones, bloqueos, tomas de edificios e instituciones para obligar a las autoridades a actuar en beneficio de los trabajadores. Lo nefasto es que todos se retiren a sus casitas a ver televisión como si nada pasara, cuando todos sabemos que el gobierno avanza hacia las llamadas «reformas estructurales» que significan la privatización de PEMEX, de la electricidad y de la imposición de una ley del trabajo para beneficio de los empresarios. ¿Por qué los lópezobradoristas no salen con sus matas el Primero de Mayo?
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