1. A mediados del siglo XIX los federalistas, luego los conservadores y liberales yucatecos, plantearon varias veces su independencia de México y en varios períodos la lograron. La ciudad de México está a 1,500 kilómetros de distancia y sin aviones y carreteras, sólo se podía viajar por barco a Veracruz y de aquí a México […]
1. A mediados del siglo XIX los federalistas, luego los conservadores y liberales yucatecos, plantearon varias veces su independencia de México y en varios períodos la lograron. La ciudad de México está a 1,500 kilómetros de distancia y sin aviones y carreteras, sólo se podía viajar por barco a Veracruz y de aquí a México por ferrocarril desde el último tercio de siglo. Los ricos yucatecos, por ese motivo, tuvieron más contacto e identidad con Cuba y los EEUU. A partir de los treinta del siglo XX, además del arribo de los barcos, comenzaron a aterrizar los aviones y 20 años después llegaron los ferrocarriles y los automotores del DF. Quizá eso explique un poco el «separatismo» de los yucatecos respecto a México y la formación del espíritu «independista» que sigue latente. ¿Qué papel jugaron los ricos yucatecos que no querían la competencia de los «huaches» del Centro?
2. Yucatán es un estado lejano del centro político, es conservador y con poca presencia nacional. Yucatán se formó con una ideología conservadora profundamente católica, no con aquel cristianismo combativo que expulsó del templo a los comerciantes que engañaban al pueblo. En Yucatán no solo no hubo lucha de Independencia, de Reforma y de Revolución, sino que se recibió con gran boato en la catedral a la Emperatriz Carlota cuando los mexicanos en armas, encabezados por Juárez, luchaban contra el Imperio de Maximiliano. Se combatió contra Salvador Alvarado cuando introdujo e «impuso» la Revolución Méxicana en Yucatán en el momento que los hacendados yucatecos exigían la independencia del estado. En los veinte Carrillo Puerto buscaría imponer desde arriba, desde su gobierno, el «socialismo» obregonista y en los treinta Lázaro Cárdenas impondría por decreto» la «Reforma Agraria».
3. Algún poeta desconocido lanzó una idea que se difundió ampliamente: «En el Norte del país de trabaja, en el Centro se piensa y en el Sur se sueña». Sin reflexionar mucho algunos han rechazado esa idea, otros más han dicho que así es y a la mayoría no le ha importado. Obviamente en todos lados hay guevones o flojos, hay quienes no quieren pensar y otros mas que no poseen la capacidad para soñar. Sin embargo esas palabras parecen reflejar una realidad: un Norte próspero que ha recibido muchos apoyos económicos, cercano al mercado yanqui; un Centro donde se ubican las principales universidades, bibliotecas, publicaciones y centros de investigación y un Sur de recursos naturales sin inversión, sin creación de empleos y abandonado a su suerte. Yucatán pertenece a ese Sur que vio destruirse su principal fuente de empleo: la industria henequenera.
4. López Obrador, el presidente despojado, ha anunciado que visitará en apoyo a la campaña del Frente Amplio Progresista (FAP), a decenas de municipios yucatecos. La realidad es que podría impulsar mucha expectación y simpatía su gira, pero no debe olvidar que Yucatán no es el estado de Tabasco -donde cuenta con el apoyo desde hace muchos años de la mitad de la población- ni mucho menos el DF donde el 75 por ciento de la población lo respalda. Pero lo más importante es que la izquierda en Yucatán antes de 2006 sólo había obtenido un cinco por ciento de votación y después apenas llegó a un 12. El PAN y el PRI han dominado la política, sobre todo el primero a partir del año 2000. No se vislumbra ninguna posibilidad de victoria del FAP, aunque aliado con todos los demás partidos en un frente de «todos contra la derecha panista» habría alguna posibilidad.
5. La realidad es que el panismo tiene todo para repetir en el gobierno del estado: el total apoyo del gobierno nacional, enormes cantidades de dinero para comprar votos en campaña, medios de información nacionales y locales a su servicio y una débil oposición que nunca ha trabajado en Yucatán como tal. Tanto Fox, como el gobernador yucateco Patricio Patrón son analfabetas políticos, pero supieron integrar a los poderosos empresarios a los negocios económicos. Patrón, sin poder articular un discurso o idea alguna, ha sabido caminar sin dificultad en esta entidad donde no pasa nada a pesar del desempleo y la miseria de los yucatecos. Según el INEGI la remuneración anual promedio de Yucatán es de 47, 172 pesos, siendo el promedio nacional anual de 79, 551 pesos. Mientras tanto el PIB nacional del DF es de 22.8 % y el de Yucatán de 1.4 %.
6. El priísmo busca lavarse la cara con una candidata a la gubernatura «sin cola que le pisen», es decir, de recién ingreso a la política y, por tanto, con escasísima experiencia. Fue seleccionada por encuestas Televisa mientras en el PAN se realizaron elecciones directas que ganó el candidato oficial, es decir, el candidato del gobernador Patrón y del presidente usurpador Calderón. Como el FAP, el PRI tampoco tiene posibilidad de triunfar en esas elecciones de mayo de 1977 sin lograr alianza con todos los partidos de oposición. En los años 90 el PRI mantuvo una ventaja mínima sobre el PAN, con un PRD que sólo alcanzaba el cuatro por ciento; pero a partir del 2000 el PRI necesita a los demás partidos de «oposición» si quiere evitarse el ridículo. Al parecer la candidata idónea del PRI era Dulce Sauri, por su gran experiencia y su posición democrática en el Senado apoyando al PRD.
7. El perredismo yucateco refleja fielmente la división nacional. Los «chuchos», que controlan la dirección burocrática del PRD nacional, en Yucatán no cuentan con más de 50 activistas; los «amalios» que al parecer mutaron en «redires», quizá lleguen a 40 y los «sobrinos», que no tienen representación nacional, quizá sean la mayoría, es decir, unos 80 activistas. Dado que en Yucatán nunca la izquierda política ha tenido presencia alguna, porque también es un estado que no tiene interés por la política, los perredistas no tienen candidato y parece que deben pedir prestado o aliarse con el PRI. Si el PRD se presenta con candidato propio y recibe el apoyo de López Obrador podría lograr hasta un 15 por ciento, pero si logra presentar con el PRI un candidato podrían lograr hasta un 48 por ciento. Si el PRI va sólo podría lograr hasta un 35 por ciento frente a un 50 % del PAN.
8. Si el PAN logra nuevamente la gubernatura Felipe Calderón se fortalecerá, los empresarios yucatecos seguirán haciendo enormes negocios y el PAN casi será inamovible en el estado. Si se registrara una alianza PRI-FAP apoyando a Ivon Ortega, con enorme trabajo se podría ganar la gubernatura, pero no puede asegurarse que las cosas cambién de manera importante para beneficio del pueblo. Calderón tendrá que negociar, pero ni el PRI ni el FAP han demostrado tener interés en servir al pueblo. Quizá pudiera repetirse la experiencia del gobernador Sabines en Chiapas que, después de recibir todo el apoyo del FAP, ahora declara su incondicionalidad con el presidente usurpador Calderón. Ni modo así tiene que ser en un estado conservador donde se ha hecho muy poco trabajo político y donde nada puede cambiar de la noche a la mañana.
9. Yucatán es tierra maya, un lugar -como todos- que nadie escogió para nacer. En 2005 se reportaba que tenía un millón 818 mil 949 habitantes. Pero, ¿a quién le importa más Yucatán si no a los trabajadores yucatecos? A los políticos de todos los partidos -aunque inventen bonitos discursos- sólo les interesa escalar la pirámide para lograr más poder y dinero. Los empresarios, que sólo se dedican a hacer negocios que les produzcan grandes ganancias, lo ven sólo como un lugar de oportunidades financieras. Por el contrario, los trabajadores luchan aquí con su familia -en ningún lugar más- para conseguir sus medios de vida. Saben que no les quedan otras alternativas que los servicios de salud, de educación, sociales públicos que el gobierno debe proporcionarles. Por eso ellos deben impulsar la participación y la vigilancia política. CE: [email protected]