La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha alertado de que cerca de la mitad de los 6.000 idiomas que se hablan hoy en el planeta corren el riesgo de desaparecer a lo largo de este siglo, posibilidad agravada por el uso de nuevas tecnologías como Internet. […]
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha alertado de que cerca de la mitad de los 6.000 idiomas que se hablan hoy en el planeta corren el riesgo de desaparecer a lo largo de este siglo, posibilidad agravada por el uso de nuevas tecnologías como Internet.
En un informe titulado «Hacia las sociedades del conocimiento», publicado hoy simultáneamente en Bruselas, París, Ginebra y Nueva York, la UNESCO explica que las nuevas tecnologías, a pesar de las ventajas que conllevan, pueden acelerar la «extinción» de ciertos idiomas al favorecer la «homogeneización» en lugar de la diversidad.
«Tres de cada cuatro páginas en Internet están escritas en inglés. Sin embargo, el número de cibernautas cuya lengua materna no es el inglés excede del 50%, porcentaje que sigue aumentando», indica el documento.
La Directora General Adjunta de esta organización, Francoise Riviere, explicó en rueda de prensa que las lenguas más amenazadas son las menos difundidas y especialmente las que se hablan en los países africanos.
El documento indica que «según algunos lingüistas, el fenómeno de la extinción de los idiomas está teniendo lugar incluso a mayor escala, hasta el punto de que entre el 90 y el 95% de las lenguas actuales podría haber desaparecido en un siglo».
Habría que preguntarse cuántas de estas civilizaciones amenazadas están utilizando las nuevas tecnologías
Pedro Luis Díez Orzas, Director Ejecutivo de Linguaserve considera que el uso de las nuevas tecnologías es sólo un factor más dentro de la globalización y la consecuente desaparición de las lenguas, «No se puede generalizar a la hora de buscar culpables. Es verdad que están desapareciendo, pero lo más grave es que con ellas desaparece una cultura. Habría que preguntarse cuántas de esas civilizaciones amenazadas están utilizando las nuevas tecnologías», afirma Díez Orzas.
Según el informe de la UNESCO, sólo el 11% de la población mundial tiene acceso a Internet y el 90% vive en países industrializados.
Principales motivos de esta desaparición
Para Luis Díez, los dos factores más determinantes en la desaparición de las lenguas son por un lado que no se enseñan dentro de estas sociedades y que muchas de estas lenguas son minoritarias y están desprestigiadas.
Para garantizar su preservación, la UNESCO recomienda a los países que incentiven el aprendizaje de dos o tres idiomas desde la educación primaria y pide al sector público y privado que inviertan más para favorecer la traducción de los programas informáticos y el desarrollo de contenidos de Internet en alfabetos diferentes al latino.
Díez Orzas apunta además que sería importante la creación de una gran base documental, para lo que se podrían aprovechar las nuevas tecnologías, para evitar la desaparición de las lenguas, que comenzaría con la recogida de material por parte de lingüistas especializados con el fin de preservar estas lenguas irrepetibles.
Apuesta por el software libre para reducir la brecha tecnológica
Para reducir la brecha tecnológica existente entre los países del norte y sur, la UNESCO aconseja la difusión y el uso del software libre y de equipos informáticos asequibles en los países en desarrollo, la creación de más centros públicos que faciliten el acceso a Internet y la elaboración de contenidos adaptados a los grupos desfavorecidos.
El informe enfatiza la necesidad de invertir más en la educación de calidad para asegurar la igualdad de oportunidades y de que los países donantes faciliten a los más pobres «recursos adicionales para lograr el objetivo de una educación universal».
Además, aboga por que universidades, museos, bibliotecas y otros centros permitan el acceso libre a toda la información que sea de dominio público (ya no cubierta por la protección de los derechos de propiedad industrial o intelectual).