Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
Los militares de Estados Unidos han declarado que confían en que, para el principio de la primavera próxima y a lo largo del verano, se produzca una reducción sustancial del número de sus efectivos en Iraq. El General George Casey, el comandante estadounidense más antiguo en Iraq, dijo que si los desarrollos políticos continuaran de forma positiva y las fuerzas de seguridad iraquíes se fortalecieran, podrían producirse entonces reducciones significativas en la cifra de 135.000 efectivos de sus fuerzas armadas allí.
El anuncio podría significar que el deseo estadounidense de continuar en Iraq empieza a debilitarse. La encuesta de opinión más reciente realizada en EEUU ha mostrado que un 53% de los estadounidenses creen que EEUU no va a ganar en Iraq.
En una reunión mantenida en Bagdad con el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el General Casey manifestó que las reducciones de tropas se producirán tras las elecciones iraquíes que tendrán lugar a finales de año.
Muchos funcionarios iraquíes se muestran escépticos de las declaraciones estadounidenses que señalan que están formando con rapidez un ejército y fuerzas de policía iraquíes competentes. Dicen que la resistencia tiene capacidad para tomar los distritos árabes sunníes casi cuando se lo propongan.
La seguridad en Iraq sigue estando fundamentalmente en manos de EEUU, a pesar de la autoridad nominativa de los Ministerios de Defensa y de Interior. No tiene lugar ninguna acción militar que no esté dirigida por el mando estadounidense. En un documento del gobierno británico filtrado este mes de julio en EEUU se hacía referencia a un plan estadounidense para reducir el número de tropas extranjeras en Iraq a unos 66.000 efectivos para mediados de 2006.
El Primer Ministro iraquí, Ibrahim al Jaafari, dijo en una conferencia de prensa conjunta con el Sr. Rumsfeld que los estadounidenses se irían tan pronto como los iraquíes estuvieran preparados. Declaró: «El mayor deseo del pueblo iraquí es ver que la coalición de fuerzas [extranjeras] se va del país tan pronto como las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes tengan más responsabilidades». Añadió que no habría retiradas por sorpresa.
Los ciudadanos normales iraquíes en Bagdad culpan de sus problemas a la presencia militar estadounidense y dicen que no va a pasar nada porque se marchen cuanto antes. La obsesión de los soldados estadounidenses de tratar a todos los iraquíes como potenciales suicidas-bomba ha provocado frecuentes tiroteos sobre iraquíes inocentes.
La policía general, que está a cargo de la brigada que persigue los crímenes más graves, recibió disparos en la cabeza de los soldados estadounidenses. Los iraquíes culpan también a la presencia estadounidense por la ausencia de seguridad personal, sobre todo por los frecuentes secuestros y robos. Pero, teniendo en cuenta la debilidad de las fuerzas de seguridad iraquíes, una salida rápida de EEUU del país podría provocar una desintegración de la autoridad gubernamental en gran parte del país. Mahmud Othman, un miembro kurdo independiente del Parlamento, piensa que la cifra real de los integrantes de las fuerzas de seguridad iraquíes es de 40.000 y no de 150.000 como se ha declarado.
EEUU ha mostrado siempre una actitud ambivalente ante el hecho de restaurar de nuevo las fuerzas armadas iraquíes. Quieren que sean fuertes a la hora de hacer frente a la resistencia pero les han ido dotando lentamente de armas efectivas. Los oficiales iraquíes dicen «…Al fin y al cabo, los estadounidenses no confían en nosotros».
El grupo Al Qaida en Iraq ha declarado que habían matado a dos enviados argelinos que habían secuestrado a causa del apoyo de su gobierno a EEUU. La declaración se produjo en una página de internet que es utilizada a menudo por el grupo dirigido por Abu Musab al-Zarqawi y en ella se leía: «Argelia ha enviado a estos dos apostatas como aliados de los judíos y los cristianos en Iraq. ¿Acaso no os hemos advertido ya de que no establezcáis alianzas con EEUU?»
La radio argelina interrumpió su programación para emitir una declaración de la oficina del Presidente Abdelaziz Buteflika que informaba que Ali Belarussi y Azzedine Belkadi habían sido ejecutados.
Los militares de EEUU han dividido Iraq en seis Zonas de Responsabilidad principales (AORs, en sus siglas en inglés) controladas por las fuerzas multinacionales de 26 países. El 11º Regimiento de Caballería Blindado de Fort Irwin, California, dirige la misión de Bagdad, mientras que la 12ª División de Infantería estadounidense del Estado de Nueva York cubre las áreas de Kirkuk, Tikrit y Samaraa.
Desde que se produjo la invasión, han muerto en Iraq 1.785 soldados estadounidenses, 348 de los cuales tras las elecciones del 30 de enero. Alrededor de 5.000 efectivos han escapado sin permiso desde el comienzo de las operaciones en 2003.
Los Angeles Times informó el pasado miércoles 27 de julio que al menos 23 miembros del batallón de la Guardia Nacional de California que sirven en Iraq están bajo investigación por acusaciones de torturas y abusos con los detenidos iraquíes y por una serie de extorsiones por valor de unos 30.000 $ que implicaban promesas de protección a los tenderos iraquíes frente a la insurgencia.
Patrick Coburn fue premiado con el premio Martha Gellhorn de 2005 por sus informes de guerra en reconocimiento a sus artículos sobre Iraq durante el pasado año. Su nuevo trabajo, «The Broken Boy», acaba de ser publicado en el Reino Unido.
Texto original en inglés: www.counterpunch.org/patrick07302005.html