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800.000 niños iraquíes no pueden ir a clase

Fuentes: Uruknet.Info

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

En Iraq, los colegios volverán pronto a abrir sus puertas, pero miles de angustiadas familias mantendrán a sus niños en casa ante el temor a posibles secuestros o a algo peor.

Las niñas son las que están expuestas a riesgos mayores. Un estudio conjunto del ministerio del interior iraquí y de UNICEF halló que el porcentaje de niñas, entre el conjunto de niños que no acudía a clase, alcanzaba un 74%.

Un reciente informe de la organización Save the Children, que tiene su sede en el Reino Unido, titulado «Reescribir el futuro: La educación de los niños en países sacudidos por conflictos», se documentan los efectos en 30 países de un conflicto armado sobre la educación primaria. Unos 115 millones de niños en edades de enseñanza primaria no pueden asistir a clase por diversas razones, dice el informe, siendo el conflicto armado, con mucho, el factor que más contribuye a impedir que uno de cada tres niños, ó 43 millones, puedan seguir sus clases.

En Iraq, esas cifras se traducen en que 818.000 niños en edades de primaria, o el 22,2% de la población estudiantil iraquí, no están asistiendo a clase.

Desde 2003, la violencia ha aumentado de forma dramática en un país que una vez disfrutó de relativa seguridad. Los ataques a colegios llevados a cabo por las fuerzas estadounidenses y gubernamentales iraquíes y las milicias civiles, los secuestros ejecutados por el crimen organizado y la perenne amenaza de coches-bombas, de balas de francotiradores y de tiroteos indiscriminados son los elementos que contribuyen al clima de violencia.

El ministerio de educación iraquí informó que tan sólo en la primera mitad del año académico de 2005 fueron asesinados 64 niños y 57 resultaron heridos por ataques a colegios. Otros 47 fueron secuestrados. Pero en esas cifras no se incluyen los niños que fueron asesinados o heridos cuando iban de camino al colegio.

Junto a la violencia, el desplazamiento es un factor que contribuye a la no asistencia a clase. Miles de niños pertenecen a familias que han tenido que escapar de los asedios estadounidenses a sus comunidades o de la violencia sectaria y, por tanto, no tienen posibilidades de acceder a la educación.

En un informe del pasado mes de junio, la Alta Comisión de Naciones Unidas para los Refugiados situó la cifra de desplazados dentro de Iraq en 1.800.000, lo que supone un aumento de 800.000 respecto al pasado año. En esa cifra no se incluyen las 100.000-150.000 personas que tuvieron que desplazarse como consecuencia de las operaciones militares estadounidenses en Ramada a lo largo del pasado verano.

Los profesores también han sido objetivo de la violencia iraquí, provocando gravísimas carencias. En los primeros cuatro meses de 2005, 311 profesores y empleados del ministerio de educación fueron asesinados y otros 158 resultaron heridos.

Durante ese mismo tiempo, 417 colegios y varias universidades fueron atacados, por lo que un buen número de ellos tuvieron que cerrar. Según el ministerio de educación superior, entre febrero y agosto de este año han sido asesinados 180 profesores; otros 3.250 han huido del país.

Aunque no hay cifras exactas de cuántos profesores han salido de Iraq desde la invasión dirigida por EEUU, los archivos estadísticos mantenidos por la Unión de Profesores de Universidad de Iraq muestran que alrededor de 10.000 profesionales, incluidos los médicos, han escapado del país desde 2003.

Dos expertos más se fueron precisamente el pasado mes. A comienzos de primavera me encontré en Ammán con Saleh Mohammad y su mujer Iman Hussain*. Ambos enseñaban en universidades de Bagdad. Me contaron que estaban especialmente preocupados por su hijo, que se habían trasladado a Amman, donde ahora hay viviendo alrededor de 500.000 iraquíes. Sin embargo, planeaban seguir en Bagdad a pesar del peligro. Ahora, seis meses después, han dejado su amado país debido a la grave situación de la seguridad, sin saber cuándo podrán regresar.

«El número de profesores que están saliendo este año del país es impresionante y casi el doble de los que se fueron en 2005», informó a IRIN (Red de Información Regional Integrada) el profesor Salah Aliwi, director general de planificación de estudios en el ministerio de educación superior. «Cada día perdemos a más gente con formación y experiencia, y eso está creando problemas muy serios en el sistema educativo».

Este mes, el ministerio de educación anunció que aumentará los salarios de un 20 a un 50% en un intento de que los profesores no se vayan. Todavía no se sabe si esa medida tendrá éxito. Incluso los más de 13.000 guardias contratados por el ministerio de educación para proteger las instituciones educativas en Iraq, no han sido suficientes para calmar la violencia o reducir el éxodo.

El sistema educativo iraquí, que en otro tiempo constituyó un modelo de educación en todo Oriente Medio, ha quedado en estado desastroso tras los doce años de penosas sanciones y los tres años de ocupación sangrienta, con una generación de niños a la que, además de infligirle graves traumas, se le ha arrebatado también el derecho a la educación.

Nota:

* (No son nombres reales)

Texto original en inglés:

www.uruknet.org.uk/?p=m26885&hd=0&sizew=1&l=e

Sinfo Fernández es miembro del colectivo de Rebelión.