Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Hace cinco años ya que muchos de nosotros nos despertamos con la imagen de la demolición de la estatua de Saddam Hussein en Bagdad. Los medios de comunicación devoraron esa imagen. Según afirmó George Bush, fue un hecho memorable que podía igualarse a la caída del Muro de Berlín. Iraq ya era libre, escribieron o dijeron la mayor parte de los expertos. Los Estados Unidos estaban demostrando que sus detractores se equivocaban. Bagdad había caído con apenas pérdida de vidas estadounidense. Un Iraq democrático acababa de aparecer por el horizonte.
Lo que Vds. vieron no era real. La estatua de Saddam no fue demolida por los iraquíes. El suceso fue organizado y bien ensayado por el ejército estadounidense.
La «multitud» estaba integrada por personal y tanques del ejército estadounidense, y alrededor de 50 periodistas, que fueron alertados en el Hotel Palestina, que se encontraba cerca del lugar de la reunión, llegaron para presenciar el histórico suceso. En absoluto aquella fue una acción popular que brotara del pueblo iraquí.
Al parecer, los «expertos» que asesoraron sobre las implicaciones del derrumbamiento de la estatua se equivocaron todos. El ejército estadounidense no encontró muchedumbre alguna arrojándole flores. Más de 4.000 soldados estadounidenses, casi 2.000 civiles estadounidenses del personal de «seguridad» [mercenarios] y cientos otros de diversas nacionalidades han muerto desde aquel 9 de abril de 2003. Decenas de miles de soldados estadounidenses han resultado gravemente heridos desde esa fecha. Por más que se busque, por ningún rincón de Iraq aparece la democracia. No hay gobierno en Iraq. No hay paz en Iraq. Sin duda que los expertos se apresuraron demasiado en disfrutar de la gloria.
Todos suponían que la fecha del 9 de abril se dedicaría a celebrar el Día de la Fiesta Nacional del «nuevo» Iraq. Cuando llegó el primer aniversario, Bush planeó visitar Bagdad y dirigir una inmensa parada militar en la zona donde había estado la estatua de Saddam. Algo ocurrió a lo largo del camino que hizo que Bush cambiara de planes: una feroz resistencia.
El 9 de abril de este año, la plaza tendrá el mismo aspecto que tiene desde aquel 9 de abril de la invasión estadounidense. Se acordonará y no se permitirá que nadie entre en ella. Esa es la forma de evitar que millones de personas se desborden por la zona.
Hace poco más de tres años, recibí un mensaje de un lector en Canadá. Le llamaré Martín. Es un ciego palestino que sufre también una deficiencia auditiva. Martín lleva viviendo veinte años en Canadá.
Su mensaje me dejó anonadado. Con todo lo que está pasando, la mayor parte de la gente ha olvidado que fue aquel 9 de abril de 2003 el día en que Estados Unidos declaró «la liberación de Iraq». Sin duda, Martín no lo había olvidado y pasó el día en solitario.
Le llamé para pedirle permiso para publicar su mensaje y consintió. Después me habló de su tristeza porque ese día no estuviera siendo conmemorado por muchos árabes como uno de los más desastrosos de la historia.
Mencioné lo que Hugo Chavez ha hecho en Venezuela con una situación similar. El 12 de octubre es un día de fiesta que en EEUU se denomina «El Día de Colón» y en él se celebra la llegada de Cristóbal Colón al Hemisferio Occidental. Pero en realidad supuso el comienzo de la desaparición de los indígenas americanos. Para los indígenas actuales, es el día más temido del año. Pero, en Venezuela, Chavez le ha dado un vuelco a la situación. En 2004, se proclamó esa fecha como la fiesta nacional en su país con el nombre del «Día de la Liberación del Indio». Le dije a Martín que algún día el mundo árabe podría hacer lo mismo con el 9 de abril.
Durante los últimos tres años he sacado este artículo y lo seguiré haciendo cada año hasta que le den un vuelco a la fecha del 9 de Abril, al igual que el 12 de Octubre de la mano de Hugo Chavez.
Las líneas siguientes representan un mensaje sincero que conmovería a cualquier árabe auténtico del mundo. Después de ver cómo muchos árabes sucumben ante los sobornos y amenazas de Estados Unidos, es maravilloso ver que alguien como Martín pone todo en perspectiva. Si todos los árabes tuvieran su integridad, no habría existido un 9 de abril en el que tantos seres tienen que recordar la destrucción de una cultura y una ciudad de 5.000 años.
Hola. Voy a enviarles mi opinión acerca del Movimiento Antibelicista. No hay suficiente furia en mi corazón, quizá porque me la he estado tragando, pero tengo que enviar este mensaje, por eso léanlo y vean si deciden publicarlo o no; apreciaría mucho que trataran de dedicar el Nueve de Abril a la Caída de Bagdad. En mi caso, no puedo hacer mucho por Iraq ni por su pueblo debido a mis inexistentes recursos y a mi incapacidad, pero puedo dedicar a Iraq el Nueve de Abril. Ese día no contesto ninguna llamada telefónica, no me conecto a Internet y me quedo clavado en mi habitación. Sé que vendrá un día en que celebraré con el PUEBLO DE IRAQ que el último de los invasores ha salido ya de allí. Les dejo con mi opinión sobre el Movimiento Antibelicista.
Les reitero que estoy enviando este mensaje para expresar mi solidaridad con el Pueblo de Iraq, con sus aspiraciones y su resistencia ante la ocupación, con sus avances y retrocesos a corto y largo plazo.
Las crecientes presiones sobre el Pueblo de Iraq no son nuevas, ni se limitan a los invasores, sus hombres de paja, sus aliados y los beneficiarios locales o de cualquier otra condición.
Iraq, que fue una vez cuna de la civilización y castillo de resistencia ante la entidad sionista y sus partidarios, se ha convertido en blanco de la codicia de los expansionistas, de los viejos y nuevos imperialistas que habitan Washington y Londres. Esa Coalición siniestra que ha reemplazado al Pacto de Bagdad, la OTAN y el CENTO (*).
Como en 1991, los regímenes en Washington y Londres engatusaron y sobornaron a los árabes, esta vez con la «Hoja de Ruta». Por pura derrota y fracaso, y para mantener alguna dignidad y autoestima, los regímenes árabes estaban apoyando la invasión incluso cuando la denunciaban. Los países árabes se abrieron a los ejércitos, barcos, aviones y servicios secretos de los invasores. Incluso la supuesta Autoridad Palestina le falló a los iraquíes, que siempre se habían alineado con la lucha de la Resistencia Palestina.
El Nueve de Abril, Bagdad cayó ante los invasores con las bendiciones de los regímenes y los medios de comunicación árabes. Estos jugaron, de forma descarada y vergonzosa, un sucio papel en apoyo de la invasión.
La caída de Bagdad fue un plan muy bien calculado de traición, silencio y participación activa, todo lo cual se tradujo en una forma explícita de odio intenso que contó con la participación árabe. Y este hecho nunca será olvidado.
Después de cuatro años, con la Resistencia cobrando impulso, el supuesto Movimiento Antibelicista, o algunos de sus componentes, han adoptado la postura del establishment estadounidense: no podemos irnos y abandonar a los iraquíes, debemos «ayudarles a construir su nación».
La primera pregunta que me viene a la mente es, ¿desde cuándo un invasor ayuda a construir una nación? ¿Trataba la invasión de «construir» la nación de Iraq? Aquellos que visitaron Iraq antes de la invasión y de las sanciones saben que Iraq era una nación unida, fuerte y capaz de mantenerse por sí misma contra cualquier agresión. Después de 13 años de sanciones, Iraq siguió unida, fuerte a nivel económico y en lo demás. Por eso, los iraquíes son más que capaces que nadie de reconstruir su nación si se les deja en paz. Lo mismo puede aplicarse a los sirios, libaneses, palestinos y todos los demás.
Así pues, les preguntamos: ¿ha contribuido la invasión a llevar algún bienestar a los iraquíes? No, hasta donde yo conozco.
El problema del Movimiento Antibelicista es que no tiene una agenda unificada, ni lucha por un objetivo específico y toda esa jerga de «No podemos abandonar a los iraquíes y debemos ayudar a construir la nación de Iraq» no es más una legitimación de la invasión y sus partidarios.
Entonces queremos saber si la agenda de los regímenes de Londres y Washington está en armonía con la del Movimiento Antibelicista. Si es así, no creo que sea movimiento antibelicista alguno.
¿Cuáles son los ingredientes para construir una nación? ¿El Acta Patriótica, la Seguridad de la Patria, la ideología del partido conservador o la del demócrata? ¿Está la democracia estadounidense trabajando para los estadounidenses, para todos los estadounidenses, incluidos los musulmanes, negros y otras comunidades? Estas y otras cuestiones son las que hay que plantearle al supuesto Movimiento Antibelicista.
En resumen, señoras y caballeros, cuando Vds. sean capaces de acabar con los crímenes de las calles de sus ciudades, entonces podrán ayudarnos a construir nuestras naciones, y en ese preciso momento vengan y democratícennos. De lo contrario, déjennos en paz.
N. de la T.:
(*) CENTO: la Organización del Tratado Central, cuyo nombre original fue Organización del Tratado para Oriente Medio -METO-, también conocida como Pacto/Alianza de Bagdad, se formó en 1955 y sus miembros eran: Iraq, Turquía, Pakistán, Irán y el Reino Unido. A pesar de sus presiones, EEUU no llegó inicialmente a participar por razones puramente técnicas de procedimientos presupuestarios. Se valoró esa organización, pacto o alianza, especialmente por los nacionalistas radicales, como un intento británico de conservar su influencia en Oriente Medio en sustitución de la pérdida de su imperio en la India. En 1958, EEUU se unió al comité militar de esta Alianza, considerada como la menos importante de las Alianzas nacidas durante la Guerra Fría. Tuvo sus primeros cuarteles en Bagdad y Ankara.
Enlace con texto original en inglés:
www.malcomlagauche.com/id1.html