Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
Todavía hay sangre en la calle del centro de Basora en la que fue asesinada Suad al-Ali el pasado martes [25 de septiembre de 2018]. Suad al-Ali era una destacada activista de la ciudad y fundadora de al-Weed al-Alaiami for Human Rights, una ONG centrada en los derechos de las mujeres y los niños; su familia aún está conmocionado por su muerte.
«No sabemos quién la ha matado. No la habían amenazado antes», declaró a Middle East Eye el sábado Haider, su destrozado hermano. La hija de Suad rompió a llorar mientras hablaba su tío.
Haider afirmó que la muerte de su hermana, que fue grabada por CCTV, había sido «sorprendente y dolorosa» y que se produjo sin previo aviso. «Estaba en contra de la violencia y del racismo, y en contra de la pésima situación en Basora», afirmó. «Nuestro entorno es un entorno tribal, con lo que es muy difícil para una mujer trabajar como activista, pero ella estaba deseando hacerlo» añadió».
Las protestas que sacuden Basora desde julio han causado decenas de muertos a manos de las fuerzas de seguridad, muchos en extrañas circunstancias, y cientos de personas han resultado heridas. La violencia actual llevó a Estados Unidos a cerrar su consulado en Basora en medio de cada vez mayores amenazas de seguridad.
En una protes ta celebrada el viernes los activistas llevaron pancartas por el centro de Basora con imágenes los activistas asesinados cuando se manifestaban contra la corrupción, la contaminación del agua, los cortes de electricidad y el paro en la ciudad. Entre ellos estaba el retrato de Suad.
Suad es la primera activista destacada asesinada a plena luz del día cuando acudía a su trabajo. El asesinato se produjo en la zona de Abbasiyah del centro de Basora. Un comerciante que estaba justo en frente de la calle en la que se produjo dijo que estaba jugando con un vídeo juego cuando se produjo. «Es la primera vez que veo algo así. Estoy conmocionado», afirmó.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para el Iraq (UNAMI, por sus siglas en inglés) urg ió el miércoles a llevar a cabo una investigación sobre su asesinato «para determinar su causa y llevar a autor o autores ante la justicia».
El sábado por la noche se produjo otro asesinato. El médico Haider Shaker fue asesinado de un tiro dentro del hospital al-Sader, cerca del Ministerio del Petróleo donde está la residencia del actual gobernador de Basora. Haider Shaker, que había sido voluntario en la milicia Hashd al-Shaabi que luchó contra el Estado Islámico (EI), también había participado en las manifestaciones. El ministro de Sanidad confirmó su muerte en el canal de TV Alsumaria. En unas imágenes se ve una camioneta que circula a la par de Shaker cuando cruza la calle, un disparo y cómo este se desmorona.
Se está despertando miedo entre los activistas, los cuales ven que poderosas figuras están reaccionando ante sus protestas que desde el mes de julio han presenciado cómo se quemaban edificios de partidos políticos, de las milicias y el consulado de Irán.
Las amenazas han sido consata n tes durante semanas y los organizadores de las protestas temen que les ocurra lo mismo que a Suad. «No dispararán contra nosotros directa o intencionadamente, será más parecido a lo que le ocurrió a Suad al-Ali, dirán que se trata de una cuestión social», afirmó Naqib Alluaibi, organizador de las protestas de los viernes por los asesinatos de activistas. «Creo que nos asesinarán en secreto, como a Suad».
Mujeres en el punto de mira
Suad es una de las cuatro mujeres cuyos supuestos asesinatos han sido noticia en estos últimos meses. Dos esteticistas, Rafeef al-Yaseri y Rasha al-Hassan, fueron asesinadas por unos desconocidos en Bagdad en agosto. Y el jueves la popular estrella de los medios sociales Tara Fares fue asesinada en su coche.
La muerte de tantas mujeres, unida a las protestas, hizo que finalmente el primer ministro Haider al-Abadi afirmara que los asesinatos parecían estar «organizados» y que se iba a emprender una investigación.
El portavoz del Ministerio del Interior iraquí Saad Maan señaló que se tomarían «medidas rápidas» para encontrar «a las personas implicadas en el asesinato de Tara Fares en Bagdad y de la activista civil Suad al-Ali en Basora». Afirmó que los asesinatos eran un intento de «enviar mensajes amenazantes».
La noche del sábado se anunc ió que se había detenido a un sospechoso del asesinato de Fares pero por el momento no se tiene noticias del asesino de Suad.
En un primer momento la policía afirmó que Suad había sido asesinada por su exmarido, pero pocos activistas lo creen basándose en la profesionalidad del asesinato que se aprecia en el vídeo
Mahdi Tamimi, director de la oficina del Alto Comisionado Iraquí de Derechos Humanos (IHCHR, por sus siglas en inglés) en Basora, afirmó que estaban a la espera de que los tribunales decidieran si se trataba de un «caso criminal o político», pero afirmó ser escéptico respecto a la teoría de que el asesino fuera el exmarido. «En el vídeo se ve que era un asesino profesional», afirmó.
A pesar del miedo y de la intimidación el hermano de Suad señaló que esperaba que la muerte de su hermana provocara más manifestaciones en Basora, especialmente de mujeres. «El cien por cien de la gente debe seguir con el activismo y las mujeres son la mitad de la sociedad, así que deben participar», dijo. «Este incidente debería motivar a las mujeres a trabajar en este ámbito».
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.