Varios testigos de la matanza perpetrada por las tropas estadounidenses en la madrugada del 18 al 19 de mayo durante la celebración de la boda en la aldea de Makreddin, en el oeste de Irak, han asegurado que los soldados norteamericanos recorrieron el lugar con el objetivo de buscar supervivientes y rematar a los heridos […]
Varios testigos de la matanza perpetrada por las tropas estadounidenses en la madrugada del 18 al 19 de mayo durante la celebración de la boda en la aldea de Makreddin, en el oeste de Irak, han asegurado que los soldados norteamericanos recorrieron el lugar con el objetivo de buscar supervivientes y rematar a los heridos y «a cualquier que se moviera», antes de bombardear y destruir con misiles la casa de Rekad Naif, el padre del novio, según un informe elaborado por la directora en Bagdad del Centro del Observatorio de la Ocupación, Iman Jamas, difundido hoy 2 de junio por el Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA).
Durante una visita de inspección a la zona, Jamas se entrevistó, entre otros, con invitados y organizadores de la boda y con el director del hospital Al Qaim, una ciudad iraquí de 40.000 habitantes situada en la frontera con Siria, a 420 kilómetros al oeste de la capital.
Según las informaciones difundidas, las tropas estadounidenses mataron en la operación a 42 civiles, 15 de ellos menores de edad. Makreddin, donde se celebraba la boda, se encuentra al sur de Al Qaim, a 130 kilómetros en la profundidad del desierto. El 19 de mayo, el Comando Central de EEUU (Centcom), reconoció que había atacado la aldea, pero añadió que sus fuerzas habían respondido a fuego enemigo en una acción que un oficial militar en Bagdad calificó de «legítima».
El Centro del Observatorio de la Ocupación se dedica desde pocos meses después de la invasión anglo-estadounidense a documentar los efectos de la ocupación en la sociedad iraquí y a recoger testimonios que aportan en sus informes.
Según el director del hospital, Hamdi al Alusi, el centro empezó a recibir a primeras horas de la mañana del 19 de mayo a un gran número de heridos, la mayor parte de ellos mujeres y niños. «Los que los traían estaban aterrados y en estado de histeria; estaban tan conmocionados que nos preguntaban a nosotros qué es lo que había sucedido, como si un terremoto hubiera afectado al pueblo», afirmó.
Las 42 personas que ya habían llegado cadáveres fueron trasladadas al hospital forense de Ramadi, la capital de la provincia, donde se determinó que entre las víctimas había 14 niños menores de 12 años y 11 mujeres de diferentes edades. «A muchos de los muertos les habían disparado balas en la cabeza, en el pecho y en el abdomen», explicó el director. «Hicimos todo lo que pudimos para salvar a un bebé de ocho meses», prosiguió.
Según Al Alusi, todas las víctimas pertenecían a la tribu de Albo Fahad, la familia Rekad Naif, y no había ningún extranjero entre ellas. «Han asesinado a familias enteras», explicó. «Una de las mujeres muertas fue hallada sujetando a su bebé con los dientes después de que sus dos manos fueran heridas», añadió. «Ese pueblo tiene alrededor de 200 personas, así que el 25 por ciento han sido asesinados», precisó.
Hamdan Jalaf, de 18 años, quien ayudó a organizar la fiesta, explicó que «los tiroteos empezaron a las dos y media de la madrugada». Los soldados estadounidenses «utilizaban proyectiles para alumbrarse, seguían a los que huían y los mataban; no dejaron con vida a nadie que se moviera», prosiguió. «Había paracaidistas, buscaron en la casa y remataron a los heridos», añadió. «Al alba, dos helicópteros llegaron y recogieron a los soldados, entonces, tras unos cuantos minutos, vino un avión negro y bombardeó con misiles la casa de Rekad y las de sus hijos, destruyéndolas», aseguró.
«MATANZA BRUTAL»
Hamid Atalla, de 25 años, quien negó que los parientes disparasen al aire para celebrar la boda, explicó que los invitados estaban cenando cuando oyeron el ruido de un avión que «estuvo dando vueltas durante mucho tiempo». «A las once (de la noche), todos los invitados se fueron, sólo se quedaron aquéllos que habían venido de lejos», prosiguió.
«Yo estaba durmiendo en mi casa cuando oí el tiroteo, eran entre las dos y media y las tres de la madrugada», narró Hamid Atalla. «Dos helicópteros estuvieron disparando brutalmente hacia las casas de Rekad durante más de dos horas», hasta que «alrededor de las cinco de la madrugada», muchos soldados estadounidenses, más de treinta, se dirigieron a las casas «con linternas en las manos», aseguró.
«Oímos cómo disparaban con armas ligeras a la gente herida que yacía en el suelo», explicó el testigo, quien aseguró que «una de las mujeres heridas se llamaba Iqbal, encontraron en su cuerpo varias balas de revolver estadounidense».
«Buscaron por la casa» y «cogieron todo el dinero y el oro que las mujeres muertas llevaban puesto» y «la cámara y las películas», afirmó Hamid Atalla. «El cámara, Yaser, y su ayudante, Ammar, fueron asesinados», añadió. «La matanza fue brutal; muchos fueron asesinados disparándoles con armas ligeras en la cabeza», aseveró.
«Alrededor de las seis de la mañana dos helicópteros Chinook vinieron llevándose a todos los soldados», y pocos minutos después «llegó un caza negro, que no volaba muy alto, y disparó varios misiles contra las dos casas», aseguró el testigo.