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Crónica al retorno a la capital iraquí

Bagdad, como de costumbre

Fuentes: CounterPunch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El acostumbrado descenso en espiral del avión me llevó un día gris a Bagdad… el tiempo igual que siempre, tal como estaba cuando me fui hace unas semanas. Las acostumbradas hordas de mercenarios ‘Global’ llenaban el aeropuerto… en el que no se permite que una persona lleve su equipaje de mano al baño por temor a que contenga bombas.. Hay que recordar que el aeropuerto es la mayor base militar de EE.UU. en Irak.

Luego hubo el acostumbrado placer de esperar en el punto de control para ser recogido. Como de costumbre, Abu Talat había llegado temprano, … sólo para quedarse atrapado en la enervadora espera en la fila de carros para que los perros husmearan su coche a la búsqueda de explosivos. Estar parado dentro del punto de control en la pequeña área de aparcamiento no es mi manera de pasarlo bien – todos observándose mutuamente, preguntándose si el otro es un secuestrador, o si ese coche allá a lo lejos es una bomba.

Por cierto no servía de consuelo el que tiroteos estallaran al azar no demasiado lejos.

Por fin permitieron que pasara Abu Talat y me sacara de allí en un santiamén con mi amigo Khalil. El mejor momento del día, fuera de volver a ver a mi querido amigo e intérprete, fue que hice un nuevo amigo.

Les digo en el coche, mientras pasamos kilómetros de coches haciendo cola para conseguir gasolina y gente que lleva bidones a las gasolineras: «Sé que esto suena a loco porque es una situación tan horrible la que vivimos aquí, pero eché de menos Bagdad y estoy muy feliz de estar de vuelta».

Khalil se ríe y responde: «Todos dicen lo mismo sobre este lugar».

Nos lleva a su casa para un gran almuerzo iraquí, con chai iraquí, por supuesto, y una gran conversación. Fuera de que la electricidad se enciende y apaga continuamente, ya que la mayor parte de Bagdad tiene un promedio de 4 horas de electricidad por día, es como un breve período de normalidad con amigos en la más peligrosa capital del mundo.

Pero ahí se acaba la normalidad.

Un coche bomba suicida estalló hoy en una comisaría en el sur de Bagdad matando a 8, tres de los cuales eran policías iraquíes. Diez personas fueron heridas en la explosión.

El jefe de policía adjunto de Bagdad, el brigadier Amer Ali Nayef y su hijo, el teniente Khalid Amer, fueron asesinados hoy en el distrito Dora del sur de Bagdad. Su coche fue acribillado esta mañana cuando iba al trabajo. Es el segundo alto oficial iraquí que ha sido asesinado en menos de una semana. Sólo el martes pasado, pistoleros asesinaron al gobernador de Bagdad, Ali al-Haidari, junto a seis de sus guardaespaldas.

Pero los detalles de un testigo ocular del asesinato del gobernador, no aparecieron en las noticias. El convoy fue alcanzado por un ataque bien coordinado. Había dos grupos de combatientes que ocupaban puestos de cigarrillos como los que existen a los bordes de las calles de Bagdad, a la espera del gobernador. Además, había pistoleros sobre los negocios vecinos… el convoy fue atacado, y el coche del gobernador escapó… sólo para ser perseguido por un coche lleno de pistoleros que completaron su tarea. Los únicos civiles que murieron fueron alcanzados por los disparos al azar de los guardias del gobernador.

La demolición de Faluya continúa. Dos de mis fuentes dentro de la ciudad, que viven en diferentes vecindarios, informan que ahora los militares están quemando casas. Al parecer, encuentran trampas explosivas, así que amontonan los muebles en las casas, los rocían con combustible, y los queman.

A pesar de todo, aquí mataron hoy a otro Marine.

Otro «Vehículo Bradley de Combate» fue destruido hoy en Bagdad… ya que la resistencia está utilizando bombas más potentes para sus ataques. Dos soldados murieron en la explosión, y cuatro fueron heridos.

No hace mucho un Bradley fue destruido por uno de esos inmensos artefactos, matando a 6 soldados.

Las sirenas aúllan en todo Bagdad, como de costumbre. Disparos detonan en toda la ciudad, como de costumbre. Y los británicos envían 400 soldados más.

En cuanto a las elecciones, hay ahora algunos lindos letreros en Bagdad, alentando a la gente para que vote.

Varios de mis amigos iraquíes me dicen que esperan que vote sólo un 20% de los iraquíes. ¿Quién puede culparlos? En circunstancias en las que la resistencia anuncia que disparará contra los centros electorales durante las elecciones, así como ante la elevada probabilidad de que coches suicidas se estrellen contra los centros electorales, una mejor seguridad previa a cualquier tipo de elección llevaría probablemente a más iraquíes a las urnas que hermosas carteleras publicitarias.

Así que, como de costumbre, la horrible catástrofe que es Irak ocupado se sigue poniendo peor con cada día que pasa.