Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Harith Al-Dhari impresiona como una persona fuerte e imponente. Al- Dhari y su movimiento son de los oponentes más decididos a la realización de elecciones mientras el país pugna bajo la ocupación dirigida por EE.UU. La importancia de la Asociación de Eruditos Musulmanes saltó a la prominencia en los últimos meses cuando el movimiento impulsó una campaña para boicotear las elecciones del 30 de enero. Al-Ahram Weekly visitó a Al-Dhari en la central de la asociación en la mezquita Um Al-Qura en el oeste de Bagdad.
Ha habido rumores de que su reciente reunión con el embajador de EE.UU. en Irak resultó en un programa secreto. ¿Es verdad? ¿Quién ayudó a organizar esa reunión y qué fue discutido, y se ha previsto otra reunión?
Nuestra reunión con miembros de la misión diplomática de EE.UU. en Bagdad fue la primera reunión semejante que haya tenido lugar desde la ocupación. Ellos pidieron la reunión y fue organizada a través de la mediación de la Embajada Francesa. Estuvimos de acuerdo con reunirnos, porque nuestra puerta está siempre abierta a todas las agencias diplomáticas que quieran escuchar lo que tenemos que decir, igual como queremos escuchar lo que ellos tienen que decir. La delegación estadounidense fue encabezada por el Encargado de Negocios de EE.UU., John Negroponte, y consistió de varios funcionarios civiles y militares. Negroponte dijo que había sido instruido por su gobierno para que solicitara esa reunión. Luego mencionó dos temas: la seguridad y las elecciones. Sobre el primero dijo, y lo cito: «El pueblo iraquí ha sido privado de seguridad durante 20 años y así continuará hasta que la seguridad sea restaurada al país. Creemos que la realización de elecciones a tiempo ayudará a estabilizar la seguridad y esperamos que ustedes participarán en ellas, porque ustedes son respetados por su pueblo y pueden influenciar a otros para que también participen en las elecciones».
Explicamos que la violencia y la tiranía de las fuerzas de EE.UU. contra el pueblo iraquí y su destrucción de nuestras ciudades, de Nayaf a Faluya, eran responsables de esta nefasta situación. Además, los iraquíes no consideran que estas elecciones conducirán al logro de su principal demanda, que es el fin de la ocupación de EE.UU. Simplemente no ven la luz al final del oscuro túnel. Aunque no he sido nombrado portavoz de los iraquíes que se niegan a participar en las elecciones, conozco sus demandas, sentimientos y aspiraciones. Por ello, si los estadounidenses quieren terminar con los problemas y lograr estabilidad, deberían comprometerse a un programa declarado de retiro de sus tropas de Irak.
¿Le pidió a Negroponte la liberación de detenidos de su organización? ¿Qué razones le dio para boicotear las elecciones?
Le dijimos que los asesinatos y la destrucción han continuado ininterrumpidamente desde el instante en que las fuerzas de EE.UU. entraron al país hasta el presente. Más de 100.000 iraquíes han sido muertos y más de medio millón de hombres y mujeres iraquíes están en prisión. Hay más de 120 imanes y predicadores de la asociación muertos o encarcelados. Luego llegó la fase de la total o casi total destrucción de las ciudades de Nayaf y Faluya. ¿Cómo puede esperarse que la gente tenga elecciones en circunstancias parecidas? La mayor demanda por la que los iraquíes se han expuesto a un sufrimiento semejante [el fin de la ocupación] no será satisfecha mediante las elecciones. El pueblo iraquí no espera que estas elecciones produzcan otra cosa que un gobierno que hará siempre lo que quiera EE.UU., y todas las señales son que el próximo gobierno bajo la ocupación de EE.UU. será débil y autorizará todos los deseos estadounidenses.»
Alguna gente critica su posición ante las elecciones. ¿Qué le llevaría a cambiar de opinión sobre el boicot?
Nuestra posición al respecto no es nueva. Hemos dejado en claro desde la creación del Consejo Interino de Gobierno que somos una organización jurisprudencial religiosa, no un partido o una asociación política. No tenemos interés en ser, ni queremos convertirnos en, un partido o una agrupación política hasta después de que nuestro país obtenga la independencia. Al hacerlo conferiríamos legitimidad a esa agrupación, no importa cuáles sean sus creencias, y consecuentemente prolongaríamos la ocupación. Sin embargo, tenemos partidarios y muchos comparten nuestra convicción sobre la necesidad de boicotear las elecciones. Sin embargo, si EE.UU. declarara su compromiso frente a un programa definido para su abandono de Irak, podríamos llamar a esa gente a que participe en las elecciones. No publicaríamos un edicto religioso al efecto; simplemente los llamaríamos a participar y dejaríamos la decisión en sus manos.
¿Qué desea decir a los que los acusan de que ustedes están incitando activamente a los árabes suníes a boicotear las elecciones, y al hacerlo los están privando de la oportunidad de conformar su futuro en el nuevo Irak?
Hay algunos hechos que todos deberían reconocer. Primero, los que se oponen a las elecciones no son sólo suníes. La oposición es nacional, no sectaria como otros la han descrito. Más de 70 partidos y grupos políticos de todas las afiliaciones étnicas y religiosas se han retirado de las elecciones, declarando su oposición. Y los retiros continúan. Y eso es sin mencionar a las numerosas figuras políticas destacadas que se han pronunciado contra las elecciones. La oposición a las elecciones, por ello, no es sólo suní, es un fenómeno nacional de base amplia.
En segundo lugar, la constitución permanente será creada sobre la base de la ley para la administración del estado que fue redactada sobre todo por Paul Bremer, el antiguo regente civil de EE.UU. en Irak, y ratificada por el ahora disuelto Consejo Interino de Gobierno. No esperamos que la constitución difiera de esa ley. Pero incluso si es peor, la historia nos dice que los países liberados de la ocupación trabajan por erradicar todas las trazas de esa ocupación. Eso incluye las constituciones y leyes que han sido impuestas por la fuerza.
¿Se están coordinando con los partidos chiíes? ¿Cuáles son sus comentarios sobre el hecho de que existe un partido islámico en las listas electorales y personalidades suníes bien conocidas, con conexiones con los partidos suníes que participan en las elecciones?
Los chiíes, como los suníes, no están unidos en su posición ante las elecciones. Los chiíes tienen muchos partidos y autoridades. Existe la suprema autoridad chií representada por el ayatolá Ali Al-Sistani que tiene sus seguidores y que desea participar en las elecciones. Sin embargo, existen otras autoridades chiíes bien conocidas en Nayaf y Karbala, como el jeque Ahmed Al-Baghdadi y el jeque Mahmoud Al-Hasni. Estos, así como tribus chiíes en el sur, no participarán en las elecciones. Lo mismo vale para numerosos partidos laicos, para no mencionar el movimiento de Sáder y de Jawad Al-Khalisi. Como ya dije, la oposición a las elecciones es un movimiento nacional, no confesional o sectario. En cuanto al Partido Islámico Iraquí, ha pedido que las elecciones sean postergadas y cuando esta exigencia fue rechazada se retiró. Estoy enteramente convencido de que no participará. Si, por otra parte, las elecciones son postergadas, podría cambiar de nuevo de opinión. En cuanto a las otras personas suníes, son sólo nombres para salvar las apariencias.
¿Piensa que su vida está en peligro? ¿Ha recibido amenazas de muerte?
Sí. También, las amenazas han provenido de varias fuentes diferentes y algunas tenían un sello oficial y me fueron entregadas directamente. Hace cuatro meses recibí una carta de las fuerzas de ocupación a través de la CIA. Otras amenazas de otras partes me han sido pasadas a través de varias agencias diferentes.
¿Piensa que una de esas agencias es la que asesinó a su hermano, el jeque Damer, y a su hijo?
Es difícil de decir.
¿Qué desea que Egipto y los otros países árabes hagan ahora?
Todos lo que esperamos de Egipto y de otros países árabes es que comprendan la situación tal como es en Irak y que no intervengan en asuntos que no van en función de los intereses de Irak y del pueblo iraquí.
——————
http://weekly.ahram.org.eg/2005/726/re4.htm