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Software libre

Escapando de la jaula

Fuentes: La Vaca

El software libre es una de las herramientas contra los condicionamientos que imponen a los usuarios los holdings informáticos. El taller al respecto se iba a desarrollar, con computadora incluida, en un espacio llamado La Jaula, pero los asistentes, prudentes, prefirieron permanecer afuera. La experiencia de los movimientos al manejar sus propias redes de comunicación

El lugar de la cita para el taller era el espacio denominado La Jaula, uno de esos típicos depósitos enrejados donde se guardan a lo cambalache, herramientas, muebles, y toda clase de sorpresas. No parecía el nombre, la jaula, el más indicado para hablar de Software Libre, tal como proponían integrantes de la agrupación Hipatia en la tercera jornada de Enero Autónomo. Con tino, los participantes abandonaron ese cubículo de rejas metálicas y armaron la ronda en medio de la planta baja de Tucuypaj. Allí Vladimir explicó de qué se trata su movimiento: ‘Esta es una organización política, nosotros no somos técnicos. Somos tipos que se juntan para hacer cosas que cambian otras’.

‘En el software libre, a diferencia del propietario, todos somos prosumidores: producimos y consumimos al mismo tiempo. El límite de hasta donde se mete lo pone uno, mientras que en el software propietario el usuario es absolutamente pasivo’, explicó Vladimir, que se vio en la necesidad de entrar en algunas disquisiciones técnicas: ‘El software libre es aquel que tiene abierto el código fuente, algo que Microsoft custodia muy bien. El código fuente es a la compu, lo que la receta a una torta. Nosotros tenemos derecho a saber cómo lo hicieron. La torta puede tener sabor muy rico, pero tenemos derecho a saber si tiene veneno’.

Vladimir señaló que el software propietario convierte al usuario en un ser cautivo de su proveedor. ‘Si en una empresa que usa software propietario se va el proveedor y hay algún problema, se para todo. Si usa el sistema libre, cualquiera puede meterse y hacer los cambios necesarios’, dijo y puso como ejemplo a Andrés, del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano que maneja la página web de su agrupación. ‘Al pricipio -confesó Andrés- sólo sabíamos escribir en la máquina. Y en poco tiempo pudimos diagramar, diseñar, subir materiales y difundir nuestra cosas. Al principio había rechazo al uso de la computadora, teníamos el fantasma que eso iba a contaminar nuestra actividad. Pero descubrimos que vos podés dominar y condicionar con el uso que das a la herramienta’.

Andrés señaló que ahora tienen un tanto abandonada la página, porque las urgencias del movimiento pasan por otro lado. Sin embargo, aclaró que sí hay una fluida comunicación por e-mail entre los cinco barrios de la agrupación, evitando los cotidianos, largos y costosos viajes en colectivos.

Uno de los participantes preguntó sobre los posibles errores del sistema Linux, promovido por las organizaciones del software libre. La respuesta dio lugar a una discusión técnica que Andrés cortó en seco: ‘A ver si cambiamos el lenguaje, sino hay muchos que nos quedamos afuera’, señaló. El debate se saldó encendiendo la computadora, donde en vivo y en directo hubo una demostración de cómo trabaja cada sistema. Ese es el mecanismo, a computadora encendida, con el que trabajan los grupos de software libre y los que intentan facilitarle a los movimientos el uso de sus propias herramientas para que la comunicación no sea una jaula, sino la forma de salir de ella.