Multitud de filmes de terror parten de las siguientes premisas: Una familia vive en una casa unifamiliar felizmente. De pronto, otros penetran en su casa destrozando su convivencia, con amenazas, vilencia, ruidos en la noche… Una veces el mundo del cine echa mano de espíritus, muertos o duendes (Por ejemplo «Los otros de Almenabar»), y […]
Multitud de filmes de terror parten de las siguientes premisas: Una familia vive en una casa unifamiliar felizmente. De pronto, otros penetran en su casa destrozando su convivencia, con amenazas, vilencia, ruidos en la noche… Una veces el mundo del cine echa mano de espíritus, muertos o duendes (Por ejemplo «Los otros de Almenabar»), y otras veces de inquilinos o amantes, tras engañar a los propietarios, resultan ser malvados («De repente un extraño»)
Pero si quieren vivir una situación realmente terrorífica acudan al cine a ver «Domicilio privado». Una familia palestina de clase media tiene que sufrir la ocupación de su casa por el ejercito israelí. Su director, Saverio Constanzo, se ha basado en hechos reales, rodándola como sí fuera un documental o , también se podría decir que conforme los cánones del movimiento dogma, si no fuera por la utilización de música para enfatizar determinadas escenas. El realismo es total, tanto que no se cuenta una historia maniquea.
El protagonista, profesor de inglés, Mohamed (Mohammad Bakri), opta por no huir y convertirse en un refugiado mas, convencido de que la única manera de sobrevivir es la resistencia pacífica. Esta postura no es compartida por su mujer y muchos de sus hijos. Cada uno de ellos reaccionará de manera diferente ante esta decisión y también, de manera diferente, se evolucionará su comportamiento a causa de la convivencia con los soldados israelíes.
El rodaje, que se tuvo que realizar en Italia, participaron actores palestinos e israelíes. La película ha sido premiada con la Espiga de Plata a la mejor película en Valladolid 2004 y con el Leopardo de Oro a la mejor película y al mejor actor (Mohammad Bakri) en el Festival de Locarno 2004.