La guerrilla iraquí está llevando a cabo un plan sistemático de atentados y sabotajes contra la industria petrolífera iraquí y sus derivados que está provocando una importante interrupción de gasolina, agua y electricidad que mina la credibilidad de los partidos que sustentan la ocupación, empeñados en una sorda lucha por el reparto del poder después […]
La guerrilla iraquí está llevando a cabo un plan sistemático de atentados y sabotajes contra la industria petrolífera iraquí y sus derivados que está provocando una importante interrupción de gasolina, agua y electricidad que mina la credibilidad de los partidos que sustentan la ocupación, empeñados en una sorda lucha por el reparto del poder después de la farsa electoral del 30 de enero en la composición del nuevo gobierno, y su capacidad para proporcionar servicios básicos a la población, de forma especial en Bagdad. Ello, unido a la ingobernabilidad del país y al constante esfuerzo económico que la guerra está costando a las arcas públicas de EEUU ha provocado que la Administración Bush obligue al todavía gobierno Alaui a crear una fuerza especial del ejército iraquí que sirve a los intereses imperialistas para proteger las infraestructuras petrolíferas sobre todo en el norte de Iraq, en la zona de Kirkuk. Esa fuerza especial estará compuesta principalmente por soldados kurdos, antiguos peshmergas, y se pone en marcha en unos momentos en los que el acuerdo al que previsiblemente lleguen shiíes y kurdos en el nuevo gobierno dará a estos últimos el Ministerio del Petróleo.
La guerrilla de liberación nacional iraquí ha puesto en marcha una nueva estrategia de ataque a la industria petrolífera y sus derivados con la finalidad de boicotear los intereses imperialistas de control de las reservas estratégicas iraquíes y para demostrar que el nuevo gobierno salido de la farsa electoral del 30 de enero es incapaz de proporcionar servicios básicos a la población.
Los ataques contra la industria petrolífera se realizan de forma sistemática y coordinada y se han intensificado en las últimas semanas afectando no sólo a oleoductos y refinerías, sino también a centrales eléctricas y sistemas de abastecimiento de agua. No son simples sabotajes, ya que los ataques no sólo tienen como finalidad interrumpir el suministro, sino «prolongar la destrucción de los equipos», según expertos estadounidenses del Institute for Analisis of the Global Security [1]. La refinería de Dura, que proporciona combustible a la planta principal de alimentación de Bagdad, ha sido objeto de 11 ataques en los meses de diciembre de 2004 y enero de 2005. Según los analistas del IAGS, la guerrilla iraquí «juega hábilmente» con la relación ente el petróleo y la electricidad: sin petróleo no hay electricidad, y sin electricidad no hay petróleo puesto que no puede ser bombeado o refinado.
El año 2004 se cerró con un total de 246 ataques contra la infraestructura del petróleo (a una media de uno cada día y medio) el año 2003 se produjeron 77 ataques desde que se dio formalmente por finalizada la guerra, el 1 de mayo- y supuso un costo de 7.000 millones de dólares sólo en relación con lo que se dejó de exportar, sin añadir el costo del fuel oil y de otros productos derivados, también afectados por los ataques, situándose la producción de barriles diarios en 1,85 millones.
El año en curso, 2005, ha continuado con la misma tónica puesto que sólo en el tiempo que lleva transcurrido se han producido 38 ataques a la industria petrolera (a una media de 2,5 ataques a la semana) y, aparentemente, eso supone una mejora respecto a la situación anterior puesto que si hay que hacer caso a un alto cargo del Ministerio del Petróleo colaboracionista, la producción está ahora en los 2,1 millones de barriles diarios, de los cuales 1,6 millones son exportados por la zona de Basora. No obstante, esta cifra se alcanza casi con un año de retraso respecto a los planes imperialistas con los que se inició la invasión, en marzo de 2003. EEUU y sus colaboradores iraquíes tienen la intención de alcanzar una producción de 2,9 millones de barriles diarios a finales de 2005, y 3,5 millones de barriles por día en 2006.
Estos planes se revelan para atraer a las principales compañías petroleras internacionales, 20 de las cuales ya han ofrecido formalmente al gobierno colaboracionista sus servicios en múltiples aspectos, como formación de personal, realización de estudios geológicos para explorar la existencia de nuevas reservas petrolíferas, etc. Ya en octubre de 2004, durante la Conferencia de Donantes que se celebró en Tokio, las multinacionales petrolíferas apostaron por las elecciones de enero y el mantenimiento de la «seguridad y estabilidad» tanto del país como de las instalaciones petrolíferas como requisito para trabajar en Iraq [2]. El gobierno de Alaui considera que desde la farsa electoral se ha producido un reflujo de los ataques guerrilleros, que se ha proporcionado golpes serios a las fuerzas de la guerrilla y que hay sectores que estarían dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo para dejar la lucha armada [3].
La meta de EEUU y los colaboracionistas es aumentar la producción hasta los 4 millones diarios de barriles de petróleo antes de 2007 y llegar hasta los 6 millones diarios a partir de entonces [4]. No obstante, estos planes se revelan como irreales si se tiene en cuenta la predicción realizada recientemente por el Fondo Monetario Internacional que estima que Iraq no alcanzará la producción de 3,5 millones de barriles diarios hasta el año 2009. [5].
Vital para los intereses imperialistas
EEUU necesita cuanto antes aumentar la producción petrolífera iraquí para alimentar su propio crecimiento económico, seriamente afectado por la sangría económica que está suponiendo la guerra (4.700 millones de dólares mensuales) y para ello es imprescindible garantizar la seguridad de las instalaciones y de los oleoductos. Hay que tener en cuenta, además, que hay otros focos de conflicto para EEUU como el de Venezuela, tradicional proveedor de petróleo, y el hecho de que la OPEP no puede a corto plazo poner más petróleo en el mercado.
Por ello, y una vez que puede recaer en un kurdo la titularidad del Ministerio del Petróleo, ha obligado al gobierno del primer ministro colaboracionista, Iyad Alaui, a adelantar la formación de una fuerza conjunta iraquí-estadounidense, compuesta por tres batallones, para que se haga cargo de la seguridad de las instalaciones petrolíferas. Hasta el momento, 9.000 soldados iraquíes al servicio del gobierno estaban dedicados a proteger la infraestructura, pero han resultado insuficientes para atajar los ataques guerrilleros, especialmente en la zona norte del país.
Los tres batallones conjuntos con unos 2.000 soldados en total- van a operar en los alrededores de la ciudad de Kirkuk, donde ya han comenzado a patrullar aviones y helicópteros por todo el trazado del oleoducto que conduce el petróleo iraquí hasta la ciudad turca de Ceyhan (donde es refinado), a Jordania (petróleo en bruto) y a Bagdad (para consumo doméstico). Aunque aún no está clara cuál sería la composición de estos batallones, que se quiere estén operativos en el mes de julio, es muy probable que su composición mayoritaria sea de peshmergas kurdos [6].
En la zona de Kirkuk ciudad que los kurdos consideran bebe estar bajo su control y cuya reivindicación está retrasando la formación del gobierno surgido tras la farsa electoral- se sitúa la mayor parte de los ataques que se han producido en los últimos meses, especialmente en la refinería de Baiji. Tiene la capacidad suficiente para bombear cerca de 1’2 millones de barriles al día, pero en estos momentos no produce más de 800.000 barriles diarios y en numerosas ocasiones ha visto paralizada su producción, incluso por tres semanas de duración, por los ataques guerrilleros. También hay aquí plantas de gas propano, que proporciona calefacción y petróleo para cocinar a los habitantes de Bagdad.
Junto a esta formación militar, EEUU tiene en proyecto suministrar a los colaboracionistas un sistema de control y protección de los oleoductos que incluya cámaras infrarrojas de vigilancia, sensores y el vallado de toda la conducción por los oleoductos.
Estabilizar la producción petrolífera de Iraq y conseguir su retorno a la Organización de Países Exportadores de Petróleo con todos sus derechos a día de hoy Iraq no está sometido al sistema de cupos- es una de las prioridades de EEUU tras la ocupación, máxime en unos momentos en los que la producción de los países que no son miembros de esta organización ha comenzado a declinar y se verá muy pronto sobrepasada por la producción de los países OPEP, por lo que el mundo industrializado no podrá buscar mercados alternativos a los de esta organización.
Normalizando la producción de petróleo de Iraq y conseguir que sea aceptado como miembro de pleno derecho de la OPEP haría que este país árabe juegue un papel casi tan importante como el de Arabia Saudí no sólo por ser el segundo país en cuanto a reservas, sino que podría convertirse en el principal servidor de los intereses de los EEUU en la organización en una doble vía: garantizar un aumento de la producción para que el precio del barril no supere los 30 dólares y asegurar que no se va a cambiar el dólar como moneda de transacción financiera en detrimento del euro, como hizo en su momento Saddam Hussein y ahora preconiza el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Mientras tanto, cientos de trabajadores iraquíes del sector portuario tienen previsto participar en una huelga en protesta contra los malos tratos que sufren por parte de las fuerzas estadounidenses destacadas en la sureña ciudad de Basora. Los dirigentes sindicales lanzan la convocatoria hartos de que los soldados de EEUU incursionen en las instalaciones del puerto y golpeen a los obreros. La huelga podría paralizar la exportación petrolera en la principal salida de Iraq [7].
Notas:
[1] Citado por The New York Times del 20 de febrero de 2005.
[2] Ver en CSCAweb: La deuda externa iraquí asciende a 125.000 millones de dólares. El gobierno colaboracionista de Iraq quiere cobrar lo que le prometieron – Club de París: Cantidades adeudadas por Iraq a los países acreedores
[3] The Guardian, 27 de marzo de 2005.
[4] Al-Watan, 20 de marzo 2005.
[5] Associated Press, 16 de febrero de 2005.
[6] The Washington Times, 24 de marzo de 2005.
[7] Prensa Latina, 25 de marzo de 2005.