Traducido para Rebelión por Mariví Martínez M.
Un informe de la Comisión de Naciones Unidas para los Derechos Humanos concluye que ! los niños iraquíes estaban mejor bajo Saddam Hussein que lo que están ahora.
Esto es un golpe bajo para los que honestamente creemos –igual que George Bush y Tony Blair– que los niños logran su mejor desarrollo cuando les soltamos bombas desde lo alto, destruimos sus ciudades y les volamos los hospitales, escuelas y centrales de energía.
Ahora parece que, lejos de mejorar la calidad de vida de los jóvenes iraquíes, el asalto a cargo de los EE.UU. ha duplicado inexplicablemente la cantidad de niños menores de 5 años que padecen desnutrición. Con Saddam, cerca de un 4% de niños menores de 5 años pasaban hambre, mientras que a finales del año pasado, eran casi un 8%.
Estos resultados son aún más descorazonantes para nosotros en el «Departamento para Hacer Mejor las Cosas por los Niños del Oriente Medio a través de la Fuerza Militar», ya que los anteriores esfuerzos británicos y estadounidenses por mejorar el tema de los niños iraquíes también habían resultado decepcionantes. Por ejemplo, la política de aplicar las sanciones más draconianas de que se tenga memoria fracasó totalmente en el intento de mejorar las condiciones. Después de la invasión en 1990, la cantidad de niños menores de 5 años que murieron se multiplicó por seis. Para 1995 algo así como medio millón de niños iraquíes habían fallecido como consecuencia de nuestros esfuerzos por ayudarlos.
Un año después Madeleine Albright, por entonces embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, intentaba poner buena cara a este respecto. Cuando un periodista de televisión señaló que habían muerto más niños en Iraq por las sanciones que los que murieron en Hiroshima, la Sra. Albright divinamente contestó: «Pensamos que el precio vale la pena».
Pero George Bush claramente no lo pensaba. Así que salió con la idea de que era mejor bombardearlos. Y no solo eso, sino además también capturar y torturar a sus padres, humillar a sus madres, dispararles desde los controles car! reteros – aunque nada de esto parece haberles hecho ningún bien. Los niños iraquíes sencillamente se rehúsan a estar mejor nutridos, más sanos y menos propensos a fallecer. Es verdaderamente desconcertante.
Y esta es la razón por la que desde el Departamento hacemos este llamado al público en general en busca de ideas. Si pueden ustedes pensar en alguna otra técnica militar que hayamos omitido aplicarles a los niños de Iraq, agradeceremos nos lo hagan saber con suma urgencia. Les aseguramos que bajo nuestra actual dirección no hay límites para el monto de dinero que estamos dispuestos a invertir en una solución militar a los problemas de los niños iraquíes.
En el Reino Unido puede que haya ahora cerca de 3,6 millones de niños viviendo por debajo de la línea de pobreza y unos 12,9 millones en EE.UU., sin ninguna posibilidad de que sus gobiernos consigan dinero para cambiar tal situación. Pero con seguridad es un precio que vale la pena pagar, si esto significa que George! Bush y Tony Blair pueden disponer de cualquier cantidad de dinero disponible en bombas, granadas y balas para mejorar la vida de los niños iraquíes. Usted sabe que esto tiene lógica.
Texto original:
http://politics.guardian.co.uk/comment/story/0,9115,1457669,00.html