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La resistencia y la corrupción desarman a la fuerza «iraquí»

Fuentes: Gara

Los ataques y choques registrados anteayer en Irak dejaron al menos veintiséis cadáveres, mientras el balance aún provisional del ataque suicida del viernes contra un centro de reclutamiento en el norte del país alcanzaba ya los 48 fallecidos. La «iraquización» del conflicto pretendida por la fuerza ocupante no va por buen camino, aunque el mismísimo […]

Los ataques y choques registrados anteayer en Irak dejaron al menos veintiséis cadáveres, mientras el balance aún provisional del ataque suicida del viernes contra un centro de reclutamiento en el norte del país alcanzaba ya los 48 fallecidos. La «iraquización» del conflicto pretendida por la fuerza ocupante no va por buen camino, aunque el mismísimo ex presidente George Bush afirmara ayer lo contrario.

El ex presidente estadounidense George Bush (1989-1993) afirmó ayer que Irak está mejor ahora que con Saddam Hussein, en una entrevista con la emisora RTL con motivo de la salida en el Estado francés de su libro «Journal d’un président». «Pronto tendremos un país, Irak, que será libre y democrático y espero que los países que no han querido participar en la coalición (para invadir Irak y cambiar su régimen) comenzarán a ser constructivos y comenzarán a trabajar con el Irak democrático», recalcó Bush.

Estas palabras suenan a cuento de hadas que nada tiene que ver con la situación del país árabe ocupado. Ayer, sin ir más lejos, al menos veintiséis personas fallecieron en ataques y choques diversos. Además, el balance de víctimas, todavía provisional, del ataque suicida del viernes en un centro de reclutamiento en Rabia, cerca de la frontera con Siria, se elevaba ayer a 48 muertos y 58 heridos, según la Policía «iraquí» creada por la fuerza ocupante.

Este goteo interminable de muertes, del que la fuerza ocupante no se molesta en informar, ha sido contabilizado por diversos analistas. Según el doctor Hatim Al-Alauani, director de la organización humanitaria Al-Iraqiyun, «128.000 iraquíes no combatientes han sido asesinados desde que comenzara la invasión en marzo de 2003». Esta sería la cifra total de muertos violentamente, siendo el 55% mujeres y niños menores de 12 años.

Las fuentes de dicho estudio, según informó el Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA), han sido las familias de los propios muertos y los hospitales iraquíes. Esas 128.000 víctimas «no incluyen los asesinatos selectivos, los secuestros o las desapariciones, pero sí las víctimas de los asaltos a Falujah o Al-Qaim».

Tales cifras entran en abierto conflicto con las 39.000 víctimas contabilizadas recientemente por el Instituto Graduado de Estudios Internacionales, con sede en Ginebra, pero están en lógica relación con las 100.000 contabilizadas por la revista británica «The Lancet» a principios de 2005.

El CSCA recuerda que sigue sin haber una contabilidad de bajas civiles iraquíes por parte de las autoridades ocupantes.

Los pobres, sin ataúdes

«De cualquier forma, es tan elevado el número de bajas civiles a causa de la Ocupación, que en Irak hay problemas para cubrir la necesidad cotidiana de ataúdes. En Bagdad, donde muere violentamente una persona cada hora, las clases bajas no pueden permitirse un sencillo ataúd (entre 35 y 50 dólares de coste), y dependen de las donaciones de particulares a las mezquitas».

Por si fuera poco el gran obstáculo que supone para los planes de la fuerza ocupante la actuación de la resistencia, la corrupción amenaza con hacer de las futuras fuerzas de seguridad y el ejército «iraquíes» un «ejército fantasma».

«Ejército fantasma»

El Ejército estaría lleno de «batallones fantasma» en los que los oficiales se quedan con la paga de los soldados rasos, que o bien nunca han existido, o hace tiempo que desertaron. Según el parlamentario Mahmoud Ozman, existen casos de unidades donde están registrados 2.200 efectivos, pero sólo hay 300 soldados en activo: «los EEUU afirman que cuentan con 150.000 iraquíes en las fuerzas de seguridad, pero dudo de que existan más de 40.000».

En los últimos seis meses, el Ministerio de Interior ha recibido alrededor de 5.200 millones de dólares para reclutar los nuevos cuerpos de seguridad. Ozman afirma que EEUU es partícipe e impulsor de esta corrupción, que genera una situación en la que las nuevas fuerzas de seguridad están peor armadas que la resistencia, siendo objetivo bien fácil para la guerrilla. Según un político iraquí, que no quiso identificarse al periodista de «The Independent», «durante los últimos dos años, algunas personas han podido amasar tales fortunas que podrían asombrar a un señor de la droga colombiano. Para proteger esas sumas de dinero, no dudan en matar».

En estas circunstancias, no sorprende que le resistencia siga golpeando donde y cuando quiere. Ayer llevó sus ataques hasta la ciudad meridional de Basora, donde la explosión de dos bombas mató a dos guardias británicos. El atentado, que tuvo como blanco una caravana de coches del consulado británico de Basora, dejó herido a otro guardia. Los estallidos ocurrieron en torno a las 9:30, cuando el convoy atravesaba el sur de Basora. Un portavoz del Ministerio británico de Exteriores confirmó que las dos víctimas trabajaban para la empresa de seguridad Control Risks y protegían al personal consular que viajaba en el convoy.

Un poco más tarde, al menos seis iraquíes murieron y más de veinte resultaron heridos al estallar un coche-bomba conducido por un kamikaze en un puesto de control en el centro de Bagdad. Al parecer, el atentado dejó también víctimas estadounidenses, pero el Ejército norteamericano no comunicó cifras de bajas.

La directora general del Ministerio iraquí de Sanidad, Iman Nayi Abdelrazaq, fue secuestrada cuando salía de casa, en el barrio de Al Mansour, en el oeste de la capital. Asimismo, el secretario general del Consejo de Diálogo Nacional (CDN), Jalaf al Sheij al Ayan, salió ileso de un intento de atentado en la carretera que une Bagdad con Hilla. Un portavoz del CDN, Jaled al Mutleq, acusó a «sectores oficiales gubernamentales» ­que no identificó­ de estar detrás del ataque», ya que «coches de la seguridad dependientes del Gobierno abrieron fuego contra la caravana de Ayan».

A los redactores de la Carta Magna se les acaba el tiempo
Miembros del comité encargado de redactar la nueva Constitución iraquí reconocieron ayer que persisten grandes diferencias a sólo dos semanas de que concluya el plazo para que el Parlamento apruebe el borrador del texto. Según un miembro suní del comité, algunas cuestiones podrían quedar sin resolver incluso después de las elecciones generales previstas para diciembre. El comité esperaba concluir el borrador para finales de este mes para permitir al Parlamento que lo debatiera antes del 15 de agosto. Una vez aprobado por los diputados, los electores deberán decidir en referéndum si lo aprueban o no, a mediados de octubre. El 90% del texto está completado, pero puntos como el federalismo, el papel del Islam e incluso el nombre del país, siguen siendo objeto de disputa. Tanto EEUU como Gran Bretaña aumentan la presión al comité para que los plazos se cumplan. –



La tierra donde ocho de cada diez personas son refugiadas
Lide MANTEROLA BRIGADISTA EN PALESTINA

Hemos tenido numerosas reuniones y experiencias muy diferentes, desde escuchar tiroteos por las noches, a escuchar tiros, como celebración, en las bodas; desde pasear por campos de refugiados donde la gente tiene que vivir hacinada, en condiciones insalubres y con carencia de algunos servicios básicos, a pasar un día en la playa con una organización juvenil, jugando, comiendo, bailando todos y todas juntas.

Gaza es un territorio muy pequeño, de 8 kilómetros de ancho (de media) por 45 de largo, es decir, 365 kilómetros cuadrados, rodeado por una alambrada desde la primera Intifada (1987), al que el año pasado han añadido un muro de hormigón en la zona fronteriza con Egipto.

El Estado de Israel se apoderó de un 20% de esta extensión para la construcción de las 22 colonias existentes y de otro 22% para que los soldados pudieran proteger a estos colonos. En unos 155 kilómetros cuadrados hay unos 7.500 colonos, más unos 3.000 soldados, y en los 210 kilómetros cuadrados restantes viven aproximadamente 1.300.000 palestinos y palestinas, convirtiendo esta zona en una de las de mayor densidad poblacional del mundo, en particular, el campo de refugiados de Jabalia (donde viven unas 120.000 personas en 2 kilómetros cuadrados). Casi el 80% de la población de Gaza es refugiada, personas que fueron expulsadas de sus casas en 1948 o posteriormente, en el 67. Les fue arrebatado absolutamente todo.

Casi el 60% de su población tiene menos de 16 años. Tiene la mayor tasa de mártires, de personas que o se han inmolado o que han sido asesinadas por Israel.

El territorio más machacado por la fuerza ocupante

No es de extrañar, con todos estos datos, que sea la zona de Palestina donde la resistencia tiene más fuerza. Es por ello la zona más machacada por los israelíes, no sólo por las incursiones militares, por los asesinatos selectivos, por los asesinatos indiscriminados (cabe recordar el bombardeo a una manifestación pacífica llena de gente de todas las edades, en un barrio de Gaza, donde murieron decenas de personas), por el derribo de casas (1.700 el último año, unas 4.000 en esta segunda Intifada, según datos del PCHR), por la destrucción de cultivos, por el cierre total de Gaza con el consiguiente impedimento de paso, incluso a los servicios de la ONU para los refugiados (UNRWA). Sino, especialmente, por todas las trabas que les ponen a los palestinos y palestinas en su quehacer diario, quitándoles la luz varias veces al día (pues los recursos hídricos y eléctricos son controlados por Israel, quien seguirá controlándolos tras el plan de desconexión), dándoles apenas dos horas de agua al día; mezclándoles, en algunas zonas como Rafah, el agua de consumo con las aguas residuales; cerrándoles la única carretera que conecta el norte con el sur cada vez que a los colonos les apetece pasar por esa carretera, a pesar de que tienen una propia; desabasteciendo los mercados de alimentos básicos y medicamentos al cerrar los puntos de paso; bombardeando las infraestructuras básicas como tuberías de agua o los pozos ciegos e impidiendo su reconstruccion… Normalmente nada de todo esto sale en los periódicos. Creo que nuestra adocenada sociedad no podría creer que semejante barbarie estuviera siendo cometida ante sus ojos con total impunidad. Por tanto, como no lo iban a creer, mejor no mostrárselo y dejarles que sigan viviendo en su «mundo feliz» (mass media dixit). –