Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
Según un informe de la Red de Información Regional Integrada de la Oficina de Naciones Unidas de Asuntos Humanitarios (IRIN, en sus siglas en inglés), un número cada vez mayor de muchachos iraquíes se están incorporando al comercio sexual, algunos obligados por bandas de delincuentes, otros para salir de la miseria en un país donde las cifras oficiales del gobierno sobre desempleo juvenil son de un 48% -aunque las cifras reales son, sin duda alguna, mucho más altas-.
«Lloro todas las noches», dijo Feiraz. «Soy homosexual y he sido obligado a trabajar como prostituto porque una persona con la que tuve relaciones sexuales me fotografió en la cama y me dijo que, si no trabajaba para él, enviaría las fotos a mi familia. Mi vida es un desastre ahora. Mi familia podría matarme para restaurar su honor», dijo, explicando que la homosexualidad era totalmente inaceptable en Iraq debido a las creencias religiosas.
Se ha producido un aumento dramático del número de jóvenes atrapados por el comercio sexual desde la caída de Saddam Hussein, según el informe de IRIN, que atribuye el aumento «a las presiones económicas que enfrentan las familias por todo el país y a la presencia de nuevas redes de prostitución que han brotado desde que se produjo la invasión. Con la sociedad en completo desorden y un compendio de temas graves que resolver, la protección a los niños no ha sido precisamente una de las prioridades del gobierno de transición. Las bandas utilizan dinero o amenazas para conseguir que adolescentes trabajen para ellos», declararon los funcionarios.
«Muchos de nosotros estamos trabajando bajo amenaza, pero otros lo hacen porque no saben cómo sobrevivir y han encontrado por esta vía un modo fácil de conseguir dinero», dijo Feiraz. «Alguien debería librarnos de esos criminales».
Las denominadas «muertes por honor» de muchachos homosexuales son aprobadas por muchos dirigentes religiosos iraquíes. El sheij Hussein Salah, uno de los líderes de la comunidad musulmana shií en Iraq, le dijo a IRIN en Bagdad que las familias de esos muchachos dedicados a prácticas homosexuales les «matarían» tanto si la situación les había sido impuesta como si habían entrado en ella libremente. «Durante el régimen de Saddam Hussein», dijo Salah, «la homosexualidad era ilegal y las prácticas homosexuales eran punibles con la muerte. Esperamos que esto se siga aplicando bajo la nueva constitución», añadió.
«Algunas familias de Bagdad manifestaron que estaban impidiendo que sus niños fueran al colegio o a la universidad ante el temor de que fueran atraídos a una actividad inaceptable. ‘Si llego a saber que mi hijo está haciendo algo parecido, le mataría directamente’, dijo Kudaifa Abdul Latiff, padre de tres adolescentes. ‘Los homosexuales no son más que unos animales'».
El informe de IRIN dice que hay tan solo dos pequeñas ONGs locales intentando ayudar a esos niños atraídos para el trabajo sexual, «En este sentido, Por un Futuro Mejor y la Paz en Iraq (IPBF, en sus siglas en inglés), ha recogido los nombres de más de 50 adolescentes que han manifestado que, a causa de las amenazas, no pueden salir del comercio sexual. Sin embargo, pocos casos se han resuelto hasta ahora. ‘Hemos intentado hacer todo lo que podíamos para sacar a esos pobres niños y niñas de las calles de la capital», dijo Abdallah Jassim, portavoz de IPBF. «En ocasiones, las bandas de delincuentes nos paran y nos amenazan. Y el gobierno no puede ofrecernos todos los días seguridad especial». Se dice que la Media Luna Roja Iraquí está también esperando que se apruebe y financie un proyecto de rehabilitación para adolescentes que han presentado. «Pero se han presentado muy pocos donantes».
Mientras tanto, con muy pocas perspectivas esperanzadoras en el horizonte, muchos adolescentes en Bagdad viven con miedo, esperando con ansiedad que cualquiera, de cualquier lugar, llegue con una solución a su situación. «Espero poder vivir un día sin el temor de que en cualquier momento puedo encontrar a mi padre con una pistola o un cuchillo dispuesto a matarme porque ha descubierto lo que hago para vivir», dijo Yussef Hatab, un niño de 15 años.
¿Dónde están las voces de la Campaña de Derechos Humanos, de la Asociación Nacional de Gays y Lesbianas y la prensa comercial gay pidiendo que las fuerzas de ocupación estadounidenses pongan fina a la actuación de las bandas criminales que utilizan la fuerza y la amenaza con los jóvenes para meterlos en el mundo de la prostitución? ¿Por qué nuestras instituciones estadounidenses gays no han pedido a Washington que utilice toda su influencia para impedir que el gobierno títere que están financiando, y cuyas cuerdas manejan por detrás del escenario, criminalice la homosexualidad? Esto es causa y consecuencia del problema que planteé en un reciente artículo para Gay City News -que nuestras instituciones gays más importantes, en gran medida, ignoran la opresión de los gays de otras culturas, y escapan de intentar ayudar a adolescentes gay tanto aquí en EEUU como en el extranjero por temor a ser empañados con sospechas de pedofilia en el contexto de caza de brujas anti-pedofilia que se da en este país (realzada por las revelaciones sin fin sobre explotación sexual de niños llevada a cabo por los hipócritas casos del armario conservador de la Iglesia Católica). Este silencio, la actitud del avestruz de esconder la cabeza bajo el ala, son vergonzosos – algo que deberíamos recordar aunque las celebraciones de este año del «Orgullo Gay» estén todavía resonando en nuestros oídos.
Texto original en inglés:
www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=15&ItemID=8472