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Un día de paz en la pantalla grande

Fuentes: IPSS

Un nuevo documental titulado «Peace One Day» («Paz por un día») retrata la lucha de seis años de un hombre hasta convencer a los líderes mundiales de establecer un día internacional de cese del fuego y no violencia en todo el planeta.

«La película muestra cómo una persona con su corazón en el lugar correcto y con pasión puede marcar una diferencia», dijo Ahmad Fawzi, director de la división de Medios de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la exhibición del filme en Nueva York, a la que también asistió Angelina Jolie, actriz y embajadora de la buena voluntad del organismo.

El protagonista es Jeremy Gilley, un ciudadano británico que documentó su viaje alrededor del mundo y sus reuniones con jefes de Estado, premios Nobel y funcionarios de la ONU. Durante los seis años que duró el proceso de filmación, iniciado en 1999, captó fuertes escenas de personas afectadas por la guerra y la violencia.

El viaje de Gilley a África, donde conoció a niños que habían perdido a familias enteras en los conflictos, fue una experiencia especialmente emotiva, contó.

Durante una visita a un hospital en Hargeisa, Somalia, Gilley encontró niños y pacientes desfallecientes de hambre. Habló con un chico de 16 años herido, que usaba muletas, cuyos ojos vidriosos reflejaban sus experiencias como soldado.

«Si (la guerra) continúa, no nos interesa», dijo el chico, que fue reclutado a los 12 años. «Pero si ellos quieren que la lucha continúe, lucharemos».

África no fue el único lugar donde Gilley conoció a víctimas de guerras y conflictos. En Israel, una mujer que lo había perdido todo le contó su historia. «Es como si toda tu vida sólo pudieras mirar fotografías, sin sentir los abrazos y besos de esas personas… Esto nos une con los palestinos y con los egipcios, y mañana nos unirá con las familias sirias».

El compromiso de Gilley con la gente común afectada por conflictos armados lo inspiró a promover una resolución de la ONU para establecer el 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz.

«Pasar tiempo con gente que ha sufrido y que me ha alentado a hacer que ese día fuera una realidad lo cambió todo», dijo. «En ese punto supe que no quería fallar».

Gilley no fue la primera persona en tratar de establecer un Día Internacional de la Paz. En 1981, el ex presidente de Costa Rica Oscar Arias presentó una propuesta similar ante la Asamblea General de la ONU. Gilley aspiraba a revivir esa iniciativa.

«Nadie oyó sobre este día y eso no hizo que la gente parara de luchar. Yo quise crear un día mundial con una fecha fija en el calendario», explicó.

Gilley se aventuró por todos los rincones del mundo, reuniéndose con gente influyente como el Dalai Lama, Mary Robinson (ex alta comisionada para los Derechos Humanos en la ONU), Simón Peres (ex primer ministro de Israel) y Amre Moussa (secretario general de la Liga Árabe). Todos ellos estuvieron de acuerdo con la causa de promover la paz.

«Creo que es una gran idea», dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresando su apoyo a la causa de Gilley. «Cualquier momento, así sea un día o una semana, que podamos dar a los combatientes para hacer una pausa, para pensar y reflexionar sobre lo que le están haciendo a su propio pueblo y al ambiente, será un gran logro».

Pese a todo este respaldo, Gilley pronto se dio cuenta de que el proceso de promover y adoptar una resolución requeriría mucho tiempo y trabajo. Cuando el gobierno de Costa Rica retiró su auspicio de la resolución, Gilley quiso abandonar el proyecto. «Una parte de mí sólo quería parar y crear una película sobre el fracaso», dijo.

Pero finalmente, la resolución fue adoptada el 7 de septiembre de 2001 por unanimidad de la Asamblea General. Tras alcanzar su objetivo, el entusiasmo de Gilley pronto fue atemperado por los ataques terroristas del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington, y el comienzo de la guerra de Estados Unidos y sus aliados en Iraq.

«¿Funcionaría ese día? Esa era la prueba real. Yo tenía que encontrar una manera de decirle a toda la gente posible, en un clima de guerra y terror, que ahora había un día de paz», manifestó.

Los principales objetivos de Gilley son ahora difundir lo más posible el día del cese del fuego y convencer a los combatientes de que trabajen por encontrar resoluciones pacíficas. «No nos detendremos hasta que el cese del fuego sea una realidad», dijo el cineasta.

En un esfuerzo por difundir ideales de paz, su organización «Peace One Day» ha coordinado numerosos acontecimientos, conciertos y manifestaciones respaldados por famosas personalidades. Gilley sigue alentando a la gente a que le envíe videos que muestren cómo celebran el 21 de septiembre.

«Este paso puede ser más que simbólico. Donde se lo respete, puede tener un efecto práctico», señaló Ahmad Fawzi.

Se está trabajando en una secuela de esta película de 90 minutos, centrándose en la implementación real de los ceses del fuego. Gilley quiere destacar el impacto de los individuos que instrumentan el cambio y el poder de «un día». «Si queremos construir la paz, debemos empezar con un día», opinó.

Actualmente, Gilley vive en Londres. Antes de embarcarse en el documental «Peace One Day», trabajó como actor y productor.