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Iraq se convierte en Iraquistán

Fuentes: alhiwuar.net

Traducido del árabe por Ahmed Manaï y del francés por Jose Luis Diez Lerma, miembros de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística . Esta traducción es copyleft.

Ha bastado con que un abogado árabe de Qatar se prestase voluntario para defender al antiguo presidente Sadam Husein para que los chovinistas de toda calaña, los partidarios del confesionalismo, los sectarios, los azerís, persas, hindis u otros afganos (llegados a Iraq detrás de los carros de la ocupación y convertidos en presidentes, gobernadores, ministros y responsables de Iraq) se vean afectados por una locura colectiva, hasta el punto de que uno de los portavoces de lo que se denomina una Hauza, de Najaf o de Karbala (puesto que se han multiplicado para servir al mismo propósito) salte a la palestra para estigmatizar el carácter árabe de Iraq y reclamar el acercamiento del país a Teherán, Qom o a Meched; y pedir de paso la detención del abogado Najib al-Nuaimi y su colega estadounidense, Ramsay Clark, ya que entraron en Iraq sin visa, según su Santidad. Un diputado de la Asamblea Nacional le pisó los talones al Mulá para apoyar su llamamiento y solicitar una vez más la detención de los dos abogados por haber entrado ilegalmente en el país. ¡Algo totalmente lógico que unos clandestinos sean detenidos y juzgados!

Después, y de forma súbita, la campaña contra al-Nuaimi y Clark se frena y se baja el telón porque se dan cuenta de que habían entrado en Iraq con las visas reglamentarias expedidas por la embajada iraquí de Amán y que habían abonado las tasas correspondientes y alquilado un avión privado para ir hasta Bagdad. Y más aún, las autoridades estadounidenses les hicieron pagar los gastos de transporte del aeropuerto a la zona verde, lo que quiere decir que el viaje y la entrada en el país se realizaron en total conformidad con la normativa vigente.

Por el contrario, no ocurre lo mismo con la caterva de iraníes que entran en Iraq a través de las fronteras de Basora, el-Kut y el-Amara sin pasar por los puestos fronterizos oficiales, sin visa e incluso sin pasaporte. La situación es tal que los iraníes introducen en el país camiones llenos de urnas y toneladas de formularios de voto, bien impresos y en papel de lujo, mil veces mejor que los que se utilizan en los formularios oficiales distribuidos en Iraq. Todo esto llevado a cabo por empresarios responsables de la comisión electoral, según la famosa fórmula «Al César lo que es del César». Iraq es un país sin puertas y cuya soberanía es pisoteada y no sólo por los estadounidenses. Es un país blanco del saqueo de norte a sur y sobre todo, no crean que existe una comisión electoral independiente, otra para la honestidad, una tercera para la erradicación del partido Baas, una cuarta y una quinta y así hasta trescientas. Este extraordinario número de comisiones y organizaciones se lo debemos al señor Bremen y a la Agencia Estadounidense de Desarrollo, oficina de la CIA, así como a otras muchas agencias que trabajan en la sombra.

Imagínense que uno de los responsables de la comisión electoral (independiente) fue hasta junio de 2003 el cabecilla de las manifestaciones de los oficiales y de los soldados liberados por Bremer, los cuales reclamaban su soldada, causa perfectamente justa, y hete aquí que de la noche a la mañana lo encontramos al frente de una organización de la sociedad civil con oficinas en el centro de Bagdad, computadoras, coches, guardaespaldas y toda la parafernalia, posteriormente como director de dicha comisión y seguramente el miembro más influyente de su consejo de administración.

A continuación se descubrió que era suboficial en un tribunal militar en al-Karak y que vivía en una modesta casa del barrio de Assaidia antes de mudarse a la zona verde, donde ocupa una villa de un antiguo ministro. También se supo que consiguió ponerse de acuerdo con un miembro de la autoridad estadounidense tras haberle presentado unos dossiers falsificados en el tribunal militar en el que trabajaba como secretario judicial. En su sandez, el miembro en cuestión lo apadrinó, convencido de que había cazado una pieza de colección y lo designó para la comisión electoral, campo en el que supuestamente estaba especializado.

Una situación similar podemos encontrarla con esa funcionaria subalterna de la universidad de Babilonia en el-Hella que se transformó súbitamente en una importante responsable de dicha comisión. Eso le permitió dedicar 56 millones de dólares al pago de salarios y de retribuciones de los agentes que trabajan en las oficinas de votación en el extranjero, de los cuales 3 millones fueron destinados al pago de una sociedad sita en Jordania y perteneciente al hermano de un influyente miembro de la coalición y diputado en la asamblea nacional, aunque el gerente de la sociedad viva permanentemente en los Emiratos Árabes.

Volvamos al problema de las entradas en Iraq sin visa oficial y al escándalo creado de principio a fin por los aprendices de brujo de la soberanía iraquí pisoteada por la supuesta entrada de abogados sin visa. ¿Pero por qué no dijeron nada cuando el vicepresidente estadounidense Dick Cheney llegó a Bagdad y bajó al palacio presidencial (actualmente embajada estadounidense) y que Talibani y Jaafari acudieron tras una simple llamada de teléfono del embajador Zelman, y descubrir, para su gran sorpresa, que estaban en presencia del vicepresidente estadounidense? Además, el jefe de gobierno no dudó en expresar públicamente la gran sorpresa de «encontrarse en presencia del señor vicepresidente». Las visitas de los responsables estadounidenses, numerosas, todas de improviso y sin el menor respeto de las normas y costumbres diplomáticas, han provocado recientemente la reacción de un escritor humorista iraquí, conocido como Chelech, quien ha dicho que Iraq se ha convertido en KHAN JEGHAN, es decir, un lugar apartado en el que caben todo tipo de fantasías, sin puertas y en el que cualquiera puede entrar y salir sin trámite alguno y en el que el jefe de gobierno, Ibrahim al-Jaafari, en teoría primer responsable del país, es simple y llanamente un cornudo. Llegados a este punto, podemos plantearnos lo siguiente: ¿Por qué los responsable iraquíes no le piden a los ilustres visitantes de su país que anuncien su visita para que pueden prepararles a su llegada al aeropuerto la guardia de honor, la alfombra roja, los dátiles, el té y todo lo que recogen las reglas protocolarias? Además, sinceramente, para qué complicarse tanto cuando Cheney, Rumsfeld, Rice y el general Abou Zeid, así como sus colegas ingleses, australianos, polacos y demás son los amos del lugar según la vieja tradición que dice «¡Oh huespesd! Si tuviera el honor de venir a nuestra casa verá como será el amo y nosotros sus invitados»..

¿Quién de todos esos que gobiernan Bagdad osaría pedirle al embajador Zelman la fecha de llegada de un general o de un ministro estadounidense? La realidad es que Zelman es el gobernador efectivo de Iraq y el que todo decide. Pudo constatarse en una rueda de prensa conjunta de Ransfeld y al-Jaafari cuando, tras un gesto del patrón del Pentágono, al-Jaafari tomó el micrófono para decir que estimaba que el ministro del Interior, Baker Soulaghi, era un sectario que dirigía a las milicias y que no era digno de la dirección del ministerio del interior.

Lo curioso es que Soulaghi estaba detrás de al-Jaafari durante la rueda de prensa y se eclipsó en un segundo; una molestia menos. Muchas personas constataron también cómo Rumsfeld echó mano del general Keisi para responder a la pregunta de un periodista sobre la liberación de algunos antiguos responsables iraquíes. El general se acercó para declarar que esa liberación fue decidida tras haber realizado la instrucción correspondiente y no encontrar culpa alguna, y todo esto en coordinación con el gabinete del Primer Ministro y el Tribunal Penal iraquí. Los que vieron la cara de Jaafari por televisión, como la de un sordomudo ante una orquesta, pudieron darse cuenta de que al igual que los demás acababa de enterarse de la noticia.

Esta es la realidad de los flamantes dirigentes del nuevo Iraq, el Iraq de la democracia, del multipartidismo y de las elecciones honestas. Recordemos, hablando de las últimas elecciones, ganadas mayoritariamente por una coalición chiíta cuya fuerza son las porras y las palizas, que constituyen un nuevo acto de democracia de Bush y el modelo que será aplicado próximamente en otros países de la región.

En Iraq, los estadounidenses ponen en práctica sus ideas, los proyectos y los planes que desean y actúan según la conocida fórmula «estamos en nuestra casa y nos divertimos como queremos, ¿qué razón hay para que nos detesten los demás?». Los chovinistas, los sectarios y los separatistas son sus servidores y ejecutan sus órdenes y sus consignas al pie de la letra y todo esto con el firme propósito de hacer añicos Iraq y desmantelar el Estado iraquí en sucesivas etapas. Las recientes elecciones, amañadas a más no poder, son tan sólo un preámbulo del desmantelamiento de un viejo y orgulloso país árabe y el nacimiento de mini Estados, de principados, de cantones y de Cheikhats según las reglas de la proporcionalidad. Bravo –Mabrouk– por los iraníes que han alcanzado su sueño de gobernar la mitad de Iraq gracias a la democracia estadounidense y a las elecciones sectarias. Bravo –Mabrouk– por Sharon, Peres y Netanyahu: el sueño de Ben Gurion, de Golda Meier y Moshe Dayan de borrar del mapa al Estado iraquí centralizado se está cumpliendo. Finalmente, todas nuestras felicitaciones a los ocupantes norteamericanos y a todos sus servidores.

Haroun Mohamed es escritor y político iraquí residente en el Reino Unido.

-> http://www.tunisitri.net, el sitio web del Instituto tunecino de relaciones internacionales.