Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
El congresista estadounidense John Murtha manifestó el miércoles pasado que hay una investigación en marcha sobre las muertes de civiles en Hadiza, Iraq, durante el pasado noviembre, que mostrará que los marines «mataron a civiles inocentes a sangre fría». Murtha (demócrata por Pensilvania) se estaba refiriendo a una investigación sobre un incidente acaecido el 19 de noviembre en el cual al menos 23 civiles -incluidos siete mujeres y tres niños- recibieron disparos de las tropas estadounidenses. Hadiza es una ciudad de mayoría sunní, a 200 kilómetros al noroeste de Bagdad, en la provincia de Anbar.
Desde el primer momento, los habitantes de Hadiza mantuvieron que los soldados de EEUU habían disparado deliberadamente a quemarropa a las víctimas. Al principio, los marines declararon que un marine, Miguel Terrazas, de 20 años, y 15 civiles murieron «a causa de la explosión de una bomba al borde de la carretera». Sin embargo, las entrevistas realizadas con testigos de las matanzas -así como un vídeo filmado tras la desgracia- contradicen esa declaración y proporcionan un relato horrendo de lo que sólo puede ser descrito como una masacre.
Murtha, un antiguo marine oficial de inteligencia, veterano de Vietnam y el demócrata más antiguo en el subcomité de asignaciones para la defensa de la Casa Blanca, hizo un llamamiento el pasado noviembre a la retirada de todas las tropas estadounidenses de Iraq en un plazo de seis meses. En la conferencia de prensa del viernes en Capitol Hill manifestó que no había leído los resultados oficiales de la investigación, pero que había sido informado por oficiales que identificó como comandantes. Sostuvo que el número de civiles iraquíes muertos en el incidente era casi dos veces el del informe inicial que hablaba de 15. Los militares ahora admiten que los muertos fueron 23.
«Entiendo que la investigación muestra que en realidad no hubo bomba alguna», dijo Murtha, «no hubo explosión que matara a los civiles en un autobús. No había metralla. Sólo había agujeros de bala dentro de la casa donde los marines habían irrumpido».
«Un hombre fue muerto con un IED (artefacto explosivo casero)», añadió. «Después de eso, entraron en las casas y mataron a mujeres y niños».
El incidente fue publicado por primera vez el 19 de marzo en un artículo en la revista Time por Tim McGirk, con el siguiente titular: «Una mañana en Hadiza: marines estadounidenses mataron dentro de sus hogares a 15 civiles iraquíes el pasado noviembre. ¿Fue en defensa propia, fue un accidente o una venganza a sangre fría?». No fue sino hasta enero, una vez que Time presentó a unos oficiales militares en Bagdad la información que había reunido para su historia, cuando EEUU abrió su propia investigación. La pasada semana se inició una investigación criminal.
Según el relato de Time, alrededor de las 7,15 h. del 19 de noviembre, un vehículo multi-ruedas Humvee que desplazaba a unos marines de la Compañía Kilo, 3er batallón, 1er destacamento de marines, fue alcanzado por un artefacto explosivo casera que iba unido a un largo bote de propano, lanzado por control remoto.
Iman Walid, una niña de nueve años que vivía con su familia en una casa a unos 140 metros del lugar de la explosión, dijo a Time: «Escuchamos un ruido muy grande que nos despertó a todos. Entonces hicimos lo que siempre hacemos cuando hay una explosión: mi padre entra en su habitación con el Korán y reza para que nadie de la familia sufra daño». Dijo que el resto de la familia, incluida su madre, abuelo, abuela, dos hermanos, dos tías y dos tíos, se reunió en la sala de estar.
Los marines dicen que en ese momento llegaron disparos que procedían de la casa de Walid y devolvieron el fuego, una reivindicación que se contradice con el hecho de que el video filmado tras el incidente no muestra agujeros de bala en el exterior de la casa. Iman dijo que los marines entraron en la casa, gritando en inglés. Oficiales militares cercanos a la investigación dicen que los marines declaran haber oído el sonido de un AK-47 [kalashnikov] que estaba siendo cargado para disparar, una acusación que rechazan los supervivientes de la familia que dicen que no había armas en la casa.
La niña contó a Time: «Primero, fueron a la habitación de mi padre, que estaba leyendo el Corán y escuchamos disparos». Después entraron en la sala de estar. «No podría ver bien sus caras», dijo, «sólo sus armas clavándose en la puerta. Les vi disparar a mi abuelo, primero en el pecho y luego en la cabeza. Entonces mataron a mi abuelita». Iman dijo que los marines empezaron a disparar hacia la esquina de la habitación donde ella y su hermano de ocho años, Abdul Rahman, se escondían. Los otros adultos murieron protegiendo a los niños de las balas.
Los militares estadounidenses confirmaron que se había matado a siete personas en el interior de la casa, incluidas dos mujeres y un niño. Dicen que también cazaron y mataron con disparos a un hombre que escapaba de la casa. Algunos parientes dicen que una mujer, Hiba Abdullah, escapó con su bebé.
Los marines afirman que empezaron entonces a recibir disparos de una segunda casa. Según Time, esto les hizo «romper la puerta de la otra casa y lanzar una granada, lo que hizo que estallara un tanque de propano que había en la cocina. Los marines empezaron a disparar matando a ocho de sus moradores -incluido el dueño, su mujer, la hermana del dueño, un hijo de dos años y tres niñas».
En otra casa, murieron cuatro hombres. Yusif Ayed dijo a Time: «Los estadounidenses reunieron a mis cuatro hermanos y se los llevaron a la habitación de mi padre, a un armario. Los mataron dentro del armario». Aunque los cuatro fueron encontrados muertos, los marines admiten que sólo dispararon a dos. Declaran que uno de ellos blandía un AF-47 y rechazan que se hubiera disparado y matado a los hombres en el armario. Lo que dijeron los oficiales militares es que hubo varias series de asaltos que duraron unas cinco horas y que dejaron al menos 23 muertos.
El Dr. Wahid, el director del hospital local de Hadiza dijo que los marines llevaron 24 cuerpos a su hospital hacia la medianoche del 19 de noviembre. Dijo a Time que los marines declararon que las víctimas habían muerto a causa de metralla. «Pero para nosotros era obvio que no había órganos dañados por metralla. Eran claramente agujeros de bala. La mayoría de las víctimas habían recibido disparos en el pecho y en la cabeza – a quemarropa».
NBC News informa que fuentes anónimas militares dijeron que las fotos tomadas inmediatamente después del incidente «muestran que muchas de las víctimas habían recibido disparos a corta distancia, en la cabeza y el pecho, propios de una ejecución. Una de las fotos muestra a una madre y un niñito muertos, inclinados sobre el suelo como si rezaran».
El vídeo tomado por un estudiante de periodismo de Hadiza corrobora los relatos de los habitantes de Hadiza. La cinta fue enviada al Grupo de Derechos Humanos Hammurabi, quien a su vez lo remitió a Reuters. Time también obtuvo una copia del vídeo, que capta escenas en la morgue local y en los hogares de los asesinados. Una versión resumida del vídeo, sin algunos de los momentos más duros, está disponible en la web de ABC News.
El vídeo tomado en el interior de las casas muestra paredes y techos acribillados por agujeros de bala, así como salpicaduras de sangre y carne. La sangre se extiende por el suelo, al parecer por donde arrastraron a los muertos. Zapatos, ropas y otros objetos caseros están desparramados entre manchas que parecen ser de sangre.
Reuters informó que el vídeo muestra los cuerpos amontonados en la parte trasera de una furgoneta en el exterior de la morgue, incluido el de una niñita de unos tres años de edad. La cara de un hombre había sido desgarrada por las balas, con las piernas y antebrazos ocultos bajo otros cadáveres.
«Este es mi padre», dice un muchacho en el vídeo. «El no hizo nada malo. ¿Por qué le han matado?».
Otro hombre llora: «Eran niños. ¿Me estás contando que eran terroristas?».
Un habitante del lugar recuerda: «Llegaron y empezaron a disparar inmediatamente. Ni siquiera llamaron a la puerta. Les mataron al por mayor.
EEUU ha pagado a los familiares de las víctimas 2.500$ por 15 de los civiles muertos, más otros pequeños pagos a otros heridos. Tres comandantes marines en Hadiza han sido relevados de sus cargos y al menos 12 marines están bajo investigación.
El incidente de Hadiza está siendo citado como el peor incidente individual, hipotéticamente, de matanza deliberada de civiles llevada a cabo por los militares estadounidenses en Iraq. Sin embargo, se acepta a niveles muy amplios que han sido asesinados al menos unos 100.000 civiles iraquíes en los tres años que han pasado desde que EEUU invadió el país.
Justo la pasada semana, la Asociación de Clérigos Musulmanes, una agrupación religiosa sunní, acusó a las fuerzas ocupantes estadounidenses de asesinar a 25 civiles durante un asalto durante el fin de semana en el área rural alrededor de Latifya y Yusifiya, al sur de Badad.
Miles más perecieron durante la ofensiva mortal estadounidense sobre Faluya en noviembre de 2004; otros hombres, mujeres y niños sin fin han caído víctimas de los ataques aéreos y de los asaltos casa a casa. Sigue sin informarse sobre la mayor parte de esas víctimas, que son ignoradas o rechazadas por las autoridades estadounidenses, que desprecian hasta llevar la cuenta de los civiles muertos.
Texto original en inglés:
www.wsws.org/articles/2006/mass-m20.shtml