Unos mil efectivos británicos mataron ayer a siete hombres armados y destruyeron el cuartel general de la unidad de delitos graves en la ciudad iraquí de Basora, al sur del país, en una incursión que tenía como finalidad rescatar a un grupo de prisioneros que iban a ser ejecutados, según fuentes militares. El Ejército, que […]
Unos mil efectivos británicos mataron ayer a siete hombres armados y destruyeron el cuartel general de la unidad de delitos graves en la ciudad iraquí de Basora, al sur del país, en una incursión que tenía como finalidad rescatar a un grupo de prisioneros que iban a ser ejecutados, según fuentes militares.
El Ejército, que catalogó la comisaría como una «empresa del crimen» y un símbolo de la opresión contra los residentes de la ciudad, dijo que el edificio fue demolido con explosivos después del asalto que llevaron a cabo unos mil soldados respaldados con tanques.
Muchos de los 127 prisioneros, todos sospechosos de ser criminales, se encontraban en una hacinada celda, viviendo en «condiciones atroces», de acuerdo con las fuentes militares consultadas. Algunos tenían los pies o las manos machacados, y heridos de balas en sus rodillas, una señal aparente de tortura.
Un portavoz del Ejército británico, el capitán Tane Dunlop, confirmó que la unidad aplicaba la ley a su antojo. «¿Unidad del crimen? Eso es lo que prácticamente hace, en lugar de prevenirlo», dijo el capitán Dunlop a Reuters.
Militantes chiíes que buscan controlar la rica ciudad petrolera son sospechosos de infiltrarse en la policía de Basora.
Tanques Challenger y vehículos de combate Warrior blindados de la fuerza británica fueron objeto de ataques con ametralladora y granadas cuando se acercaban al centro policial, pero el Ejército respondió abriendo fuego y mató a siete hombres armados.
En la comisaría, una de las principales en la segunda ciudad más importante de Irak, dos soldados británicos de civil fueron detenidos brevemente en septiembre de 2005, antes de ser liberados en una incursión de sus compañeros.
El Ejército británico ya tenía planes de disolver la unidad, pero decidió hacerlo ayer al enterarse la víspera de que algunos de los prisioneros, todos sospechosos de ser criminales, serían ejecutados, según informó otro portavoz británico, el mayor Charlie Burbridge.
Gran Bretaña tiene alrededor de 7.300 soldados en el sur de Irak, la mayoría en la zona de Basora.
En un incidente separado, el Ejército estadounidense dijo que tres de sus soldados perdieron la vida ayer, uno de ellos por una bomba que explotó al borde de la carretera cerca de una unidad de patrullaje en Bagdad y los otros en combate. Estas nuevas bajas elevan a 2.967 el número de soldados estadounidenses muertos en Irak.
En Bagdad, ayer se registró un nuevo atentado con coche bomba que costó la vida a al menos 10 personas. El ataque se produjo cerca de una parada de autobús situada en Al Yadida, al este de la capital iraquí. Otros dos civiles también perdieron la vida como consecuencia de la explosión causada por un suicida en Al Tulabiya.