Tal y como se había anunciado el nuevo plan de George Bush para Irak consiste en mandar otros 20.000 soldados para reforzar a los 132.000 ya acantonados en el país árabe. Junto a ello, quiere invertir 1.000 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras destrozadas en la guerra provocada por Washington. Lanueva estrategia del presidente […]
Esta es una de las novedades que Bush presentó ayer por la noche [madrugada de hoy en Euskal Herria] y que confirmó que su plan se basa en enviar 21.500 soldados más a Irak, tal y como avanzaron distintos medios de comunicación estadounidenses la pasada semana. Actualmente, hay unos 132.000 soldados estadounidenses en Irak y el coste del despliegue militar desde 2003 asciende a 350.000 millones de dólares (268.000 millones de euros). Así, según las filtraciones que se conocieron ayer, Bush prevé enviar 4.000 marines a la provincia de Al Anbar y unos 17.500 soldadosa Bagdad para que «lleven a cabo operaciones de seguridad». Mil millones de dólares Según Dan Barlett, director de comunicación de la Casa Blanca, Bush iba a decir «muy claramente» a los iraquíes que «el apoyo estadounidense no es ilimitado y que deben cambiar de manera de actuar». Es decir, que, a medio plazo, deben asumir la responsabilidad de «garantizar la seguridad en su propio país». Según la CBS, el envío de nuevas tropas se hará de manera escalonada. Los primeros11.000 soldados se desplegarán en las próximas semanas, mientras que el resto lohará en los próximos meses.
Tal y como se había anunciado el nuevo plan de George Bush para Irak consiste en mandar otros 20.000 soldados para reforzar a los 132.000 ya acantonados en el país árabe. Junto a ello, quiere invertir 1.000 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras destrozadas en la guerra provocada por Washington. Lanueva estrategia del presidente de Estados Unidos, George Bush, prestará «especial atención a la lucha contra los infiltrados sirios e iraníes que operan en Irak», según un documento hecho público por la Casa Blanca al que tuvo acceso France Presse. Washington acusa a los gobiernos de Teherán y a Damasco de «contribuir a la desestabilización de Irak, facilitando el paso a este país de individuos ligados a la insurgencia o a la organización terrorista Al Qaeda».