Fuentes informativas árabes han empezado a dar una visión bien distinta de lo que pudo haber ocurrido en las proximidades de Nayaf el pasado domingo, 28 de enero, una masacre que ha costado la vida a 263 supuestos miembros de un denominado «Ejército del Cielo», a los que hay que añadir otros 502 detenidos, la […]
Fuentes informativas árabes han empezado a dar una visión bien distinta de lo que pudo haber ocurrido en las proximidades de Nayaf el pasado domingo, 28 de enero, una masacre que ha costado la vida a 263 supuestos miembros de un denominado «Ejército del Cielo», a los que hay que añadir otros 502 detenidos, la mitad de ellos heridos, muchos mujeres y niños, todo ello según un portavoz del ministerio de Defensa iraquí [1] .
Inicialmente las fuerzas de ocupación de EEUU se limitaron a afirmar que se trataba de un enfrentamiento con insurgentes, término comodín de los medios de comunicación occidentales. Fuentes colaboracionistas en Nayaf -su gobernador- y Bagdad fueron aportado posteriormente las más variadas explicaciones sobre los hechos y sus protagonistas, amalgamando en varias combinaciones todas ellas extravagantes a shiíes heréticos con seguidores de Al-Qaeda y baazistas, además de con combatientes «vestidos al modo afgano y paquistaní». Además, los medios de comunicación han -literalmente- barajado los nombres del supuesto líder de lo que ha sido presentado como una secta mesiánica del shiísmo iraquí, contraria a la doble vinculación a Irán y a los ocupantes de los líderes religiosos shiíes y de los grupos políticos confesionales ad-Dawa y Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq.
La confusión es aún mayor debido a que las fuerzas de ocupación y de seguridad iraquíes han cerrado a los medios de información el área de los supuestos enfrentamientos, y han impedido a aquéllos el acceso al medio millar de detenidos, entre los que hay mujeres y niños. Portavoces del ejército iraquí han descrito el lugar de los combates como fuertemente fortificado y socavado de túneles, y han informado de la captura de un importante arsenal. Es difícil imaginar que a pocos kilómetros de la ciudad santa de Nayaf (ya bajo control exclusivo de fuerzas gubernamentales iraquíes) pudiera haber tal bastión de un grupo disidente.
Ejército del Cielo
Finalmente se ha impuesto la explicación oficial de que un numeroso contingente de miembros del mencionado Ejército del Cielo pretendía secuestrar o eliminar en la ciudad santa de Nayaf, coincidiendo con la conmemoración de la Ashura, a los máximos líderes de la jerarquía shií, incluido el gran ayatolá as-Sistani.
Siempre según fuentes oficiales del Pentágono o del gobierno iraquí, una filtración determinó el asalto por parte de fuerzas de la Guardia Nacional (el nuevo ejército iraquí) y de brigadas especiales de la policía (en concreto, la Escorpión) de la zona conocida como «Granjas de Kufa», en el distrito de az-Zarka, a pocos kilómetros al norte de Nayaf. Estas mismas fuentes han descrito los enfrentamientos como muy duros, hasta el punto que determinaron la intervención de fuerzas aéreas y terrestres de EEUU a lo largo de la noche, mientras que aviones de Reino Unido bombardearon la zona [2] . Es razonable aventurar que el énfasis puesto en la espectacular capacidad militar del grupo y en la dureza de los enfrentamientos (se afirma que fue derribado un helicóptero de combate de EEU) se deba a la necesidad de justificar tal matanza, que también ha incluido a niños y mujeres
El lunes portavoces gubernamentales iraquíes informaban de la muerte durante los enfrentamientos del líder del grupo, Ahmed Hasán al-Yamani, si bien otras fuentes próximas a éste negaban tanto la implicación de los seguidores de este clérigo con el Ejército del Cielo como que hubiera muerto [3] .
De cierto hay en todo ello que la comunidad shií no es, ni mucho menos, como tal colaboracionista y que hay prominentes figuras de la jerarquía shií iraquí que rechazan al tiempo el compromiso con los ocupantes y la tutela iraní de otros ayatolás, con as-Sistani a la cabeza. Este puede que sea el trasfondo de lo ocurrido. Peregrinos de las tribus locales shiíes de al-Kazail y al-Hawatim se dirigían hacia Nayaf para unirse a la ceremonia de la Ashura cuando fueron interceptados en controles por fuerzas de seguridad bajo control de la Organización Badr, milicia del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq. La muerte de uno de los líderes tribales y de su esposa por miembros de la brigada especial de la policía Escorpión dio paso a un enfrentamiento, ya de noche, que se saldó con la muerte de casi trescientos peregrinos y de los guardianes que les protegían.
Los habitantes de la zona de la matanza son seguidores de Hasán al-Sarkhi (confundido con el supuesto líder del Ejército del Cielo), opuesto a la línea colaboracionista de los religiosos que se atribuyen la representatividad de la comunidad shií iraquí, incluido Moqtadar as-Sáder, de cuyo padre al-Sarkhi fue discípulo, pero que considera a su hijo un colaboracionista más. La matanza de las Granjas de Kufa habría sido así un ajuste de cuentas de las fuerzas colaboracionistas contra sus seguidores locales. El diario iraquí az-Zaman recoge estos días declaraciones de residentes en la zona que apuntalan tal hipótesis.
Matanza de peregrinos
Mientras la confusión perdura, los ocupantes y el gobierno colaboracionista de al-Maliki ya han sido capaces de dar la vuelta internacionalmente a lo que probablemente ha sido una simple matanza de peregrinos: mostrar ante la opinión pública interior y exterior su determinación en combatir a cualquier grupo armado «sea sunní o shií», lema publicitario que justifica el nuevo incremento de tropas de EEUU en Iraq decidido por el presidente Bush [4] . Un regalo inesperado derivado quizás de un incidente casual.
El pasado jueves, 25 de enero Abdul-Hussein Kaabai, portavoz de as-Sáder y máxima autoridad municipal del barrio de Medina as-Sáder de la capital, ratificaba el apoyo de esta corriente al nuevo plan de seguridad de EEUU y del gobierno al-Maliki [sic] [5] , que incluye el incremento de hasta 17.500 soldados estadounidenses en Bagdad. Ante lo que parece ser por parte de as-Sáder una nítida estrategia de desactivación del enfrentamiento directo con EEUU [6] , los sucesos de Nayaf permiten a ocupantes y colaboracionistas mostrar su supuesta intolerancia frente a cualquier milicia, sea cuál sea su adscripción comunitaria, presentando en forma de tres centenares de muertos la cabeza de una peligrosa secta herética precisamente shií.
Mientras tanto, la milicia de as-Sáder, el Ejército del Mahdi, hoy por hoy la principal cantera de los escuadrones de la muerte, puede seguir impunemente secuestrando, torturando y asesinado a 100 personas cada día en Bagdad, exterminando a los palestinos de la capital y bombardeando barrios insurrectos (siete niñas muertas el domingo en el de Ramadi, 20 vecinos muertos el día 30 en Adamiya), todo ello ante las narices -complacientes- de los estadounidenses: trabajo sucio que les evitan, al fin y al cabo.
Carlos Varea es coordinador de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq
Notas:
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Reuters, 30 de enero, 2007.
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The New York Times, 30 de enero, 2007.
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Reuters, 30 de enero, 2007.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2007/docs/ocup_12-01-07_varea.html .
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Los Angeles Times, 27 de enero, 2007.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2007/docs/analisis_9-01-07_varea.html .