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El paraíso perdido

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido por Sinfo Fernández

 


Obra del pintor iraquí Jaled Al-Qasab

 Hace pocos meses escribí un artículo titulado «Stuck at a Red Light» (1). Ese artículo se refería a la Zona Verde y a la Zona Roja en que han dividido Bagdad. Les pido que lo lean para comprender mejor lo que quiero transmitirles en estas líneas.

Un amigo me ha enviado hoy un artículo aparecido en The Guardian, exactamente sobre el mismo tema. «Mision Imperial»: La vida en el interior de la Zona Verde (2). También les pediría que lo leyeran.

El autor, un escritor bastante astuto, describe con total exactitud cómo discurre la vida en el interior de la Zona Verde. La importación y yuxtaposición del podrido American way of life en la ciudad de Bagdad.

Al leerlo, me sentí contaminada…

Me sentí contaminada por las tres comidas al día de esos cerdos comilones. Podría oler sus barbacoas de costillas de cerdo, beicon y salchichas.

Podría ver a esos gordos de carnes tambaleantes zambullendo sus aceitosos cuerpos sudorosos en la piscina de Sadam Husein y podría ver el círculo de grasa que se forma a su alrededor.

Podría oír el odioso acento nasal de sus risas estruendosas, con sus cócteles y whiskys en la mano.

Podría ver el comedor con la imponente lámpara de araña y los estadounidenses ofreciendo sus plegarias antes de cada comida, dando gracias a Jesús por sus bendiciones, mientras en la Zona Roja el almuédano llama a los fieles a la oración de la tarde alternando esa llamada con los Allah Akbars como código angustiado ante el ataque inminente sobre alguna barriada.

Mientras los iraquíes mendigan algo de comida (3) y mientras los niños iraquíes mueren de enfermedades transmitidas por el agua (4), porque no hay agua potable y hay amenaza de epidemia de cólera, esas escorias importan el agua de Kuwait hasta para lavar sus vegetales.

Mientras que hace tanto tiempo que no escuchamos una canción ni vemos una película, esas escorias aprenden a bailar la salsa que les enseña algún representante de la APC (5).

¿Recuerdan al profesor de salsa del que les hablé? Bien, no sólo está a cargo de los proyectos de reconstrucción, también se dedica a hacer lo que mejor se le da, menea su culo a los sones de la salsa.

También mencioné en mi artículo historias secretas de amor en la Zona Verde. El autor también lo confirma. En las noches de los martes, en la disco del hotel Al Rashid, el «operativo para los soldados» se dedica a follar de forma «piadosa», cuestión de aliviar las tensiones del estrés post-traumático.

Y, por supuesto, también hay unas cuantas chinas que están deseando hacer dólares con rapidez, preparadas para terminar con un masaje perfumado. ¿Quizá estilo Thai? Pero, ahora lo recuerdo, es el año del cerdo en el calendario del año nuevo chino.

No sólo chinas, también hay por allí unas cuantas iraquíes y me he encontrado con varias… Las prostitutas de la Zona Verde se pasean como vendedoras de recuerdos y pinturas horteras y ocasionalmente otras cosas… ansiosas de complacer a sus nuevos amos y listas para hacer un favor en nombre de la nueva democracia.

Pero no sean muy duros con ellas. Esas iraquíes no son las únicas.

Está también el «gobierno» oficial, esa pandilla de títeres, pero a mí me gusta llamarles los proxenetas de Irán, USA, Gran Bretaña y los representantes israelíes, los kurdos, encabezados por Yalal Talabani, nuestro nuevo Ariel Sharon.

Pero hay también otra categoría peor porque se esconden tras eslóganes que son incluso más atrayentes. ¿No saben quiénes son? Son los denominados «demócratas iraquíes» que pueblan los blogs iraquíes y los «grupos alternativos». Son la personificación del «nuevo Iraq». Son los hombres y mujeres de la denominada «vía media». Esos que darían su vida por conseguir la aprobación del hombre blanco (hablando simbólicamente) aunque participen en manifestaciones y gritos en contra de la guerra. Se encuentran por todas partes… Son los que gritan «oh, la dictadura» y mantienen el «oh» del lenguaje políticamente correcto de sus amos y desfilan al amparo de alguna jerga pseudo intelectual. Desde luego tienen sus equivalentes entre sus «hermanos árabes».

¿Saben? La cuestión es que, superados los cuarenta, nada supone ya ningún secreto. El olfato de una se agudiza y puede oler las sandeces a pesar de lo vieja y endurecida que pueda estar.

¿Por qué estoy mencionándoles? Porque son tan decisivos como los chulos y prostitutas iraquíes que han construido políticamente la Zona Verde y han llevado a miles de iraquíes a la infernal encerrona en que se encuentran sus vidas en estos momentos.

Esta última categoría, los de la «reconciliación» y «relatos de bolsillo» son los peores de todos. Son los corruptos escondidos que encuentran sus ecos en los movimientos de izquierda contra la guerra de Occidente. Y la lista de nombres es muy larga, demasiado larga.

La Zona Verde no habría sido posible sin las tres categorías anteriores. Las prostitutas, los proxenetas y los políticamente corruptos que han vendido a precio de saldo… a los iraquíes.

La verdad es dura, como dura es la fortaleza de la Zona Verde que protege a los mayores asesinos y bandidos que la historia ha conocido. Pero las cosas son por algo. Los iraquíes también les culpan por dejarles entrar y por marchar junto a ellos con las mismas intenciones, palabras, hechos y actos… apoyados por esos árabes y no árabes que bailan todos al mismo compás.

Si hay algo aún más doloroso que la Ocupación de Iraq, son esos iraquíes.

Uno puede reconocer a su enemigo pero el enemigo interno es el veneno más amargo que los iraquíes han de tragar actualmente, mientras el cura estadounidense de las misas en la Zona Verde está cantando Dios bendiga América y Jesús te ama y te perdonará por tus piadosos polvos del martes noche porque murió por tus pecados iraquíes en la cruz de madera iraquí…

¡Buen dios, la ironía es excesiva! Alguien debería hacer una película y estoy deseando protagonizar el papel de la que está «Detenida ante el semáforo en rojo» (1).

La historia de Iraq es una larga historia, larga historia.

Hay tantos ángulos en ella y tantas esquinas y tantos actores.

No es una historia normal de ocupación. Es única, tan única como el mismo Iraq.

«Hey, mi ocupación me pertenece» en cierto modo…

¡Qué intento tan desesperado de recuperar el control al menos de algo… mi ocupación me pertenece a mí y a nadie más… es mía!

Pura locura provocada ante el miedo de perderlo todo…

¿Por qué no pueden encontrar algo para nuestro estrés post-traumático?

¿Una piscina quizá, una pareja de masajistas chinas, o una disco para el martes por la noche?

¿O puede alguien llamar a un cura para que pueda confesar mis pecados y quizá así él pueda hacerme un exorcismo por su presencia en mi vida?

Esos que pueblan (o empuercan) la Zona Verde no son sólo los Halliburton y Cía.

Hay también otros proveedores. ¿Quieren saber quiénes?

Los árabes, por supuesto. Tienen a intermediarios egipcios, saudíes, kuwaitíes, libaneses, sirios…

Y, ¿saben algo más? Sé que esto les conmocionará, pero es que toda la saga iraquí es un espanto. El intermediario palestino. Sí, él.

Cuando la APC se estaba asentando cómodamente en la zona Verde y sacando sus licitaciones a concurso, los mayores postores para los contratos de abastecimiento de comida, lavandería… eran las «preeminentes» familias palestinas establecidas en Jordania.

Esas familias firman contratos con el ejército estadounidense durante el día y por la noche organizan cenas de caridad y charlas anti-sionistas en solidaridad con Jerusalén y Cisjordania.

Hay un viejo refrán persa que dice: «Cuanto más remuevas la mierda, peor olerá». Bien, ya lo hice…

Un nuevo informe «filtrado» del «gobierno iraquí» que trata sobre el petróleo señala la partición de Iraq en tres estados. Algo que he estado repitiendo una y otra vez y argumentando que es para el único propósito que los cambios demográficos, vía limpieza étnica, están teniendo lugar (con la generosa ayuda de Irán y sus milicias sectarias).

Iraq está acabado y perdido para siempre… al menos para un tiempo largo, muy largo

Iraquíes y árabes, realmente, podéis estar jodidamente orgullosos de vosotros mismos.

Llevaros con vosotros los millones a la tumba, que no dudo que encontraréis un paraíso más allá… Aquí hubo uno y es verdad, no era perfecto, pero lo vendisteis a un precio muy barato, tan barato como vosotros mismos.

El Iraq actual no es sino vuestro propio espejo.

N. de T.:

(1) Véase en Rebelión la traducción del mencionado artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=42091

(2) Véase en The Guardian: http://www.guardian.co.uk/Iraq/Story/0,,2016264,00.html

(3) Véase artículo: http://www.ipsnews.net/news.asp?idnews=36623

(4) Véase http://www.irinnews.org/Report.aspex?ReportId=70243 y, en Rebelión, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=45085

(5) APC: Autoridad Provisional de la Coalición

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Fuente: http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/02/paradise-lost.html

Sinfo Fernández forma parte de los colectivos de Rebelión y CubaDebate.